Desde hace unas semanas Twitter arde presa de una nueva polémica. O más bien de una polémica resucitada: la necesidad de que un autor utilice sensitivity readers.
Para quien no lo sepa, un sensitivity reader (SR) es una persona que pertenece a una minoría o colectivo y ayuda a los escritores a señalar en sus historias tópicos o falsas verdades atribuidas a ciertos colectivos. Cuesta creer que una figura así pueda ofender, ¿eh?
Hacer arder Twitter no cuesta. De hecho, esta red social arde más rápido que un bosque en verano. Al final uno se acaba cansando y decide mantenerse al margen de dichas polémicas para que no le drenen la energía. Después de todo, alimentar a los trolls no sirve de nada.
Twitter: descripción gráfica |
Así pues, en lugar de utilizar mi energía en hablar con personas cuyas identidades desconozco para tratar (en vano) de hacerles cambiar de parecer, me he decidido a escribir este post con el fin de ofrecer a los SR herramientas para desempeñar su labor con más comodidad.
A la larga, me resulta mucho más productivo pasar de discusiones y ponerme a teclear: genero contenido consultable y no me arriesgo a que se me desequilibren los chakras ^^
Antes de nada, es importante recordar que casi todas las novelas que se escriben hoy en día pueden tener la necesidad de buscar los servicios de un sensitivity reader.
Por ejemplo, si yo quisiera escribir una historia de vampiros canarios, como ha hecho el amigo Javier Alemán en la recién publicada Sanguijuela (que podéis obtener aquí), lo más probable es que acabara contactando con un canario para que me hiciera de SR y así evitar que mis personajes se convirtiesen en tópicos andantes de cómo se supone que son las personas de este archipiélago.
Lo mismo ocurre si en vuestras historias incluis a personas racializadas, no binarias, procedentes de otros países... Se trata de contar con el punto de vista de un miembro de este colectivo (al que no pertenecemos) para no parodiarles sin querer en nuestras obras por desconocimiento.
Todos, de un modo u otro, podemos ser SR de alguien. Pero esta labor, que se asemeja en parte a un proceso de edición ordinario, debe desempeñarse con seriedad y concisión. Debemos marcar claramente al escritor dónde radica su error y hacernos entender.
Sistemas para que esto funcione los hay a puñados. Sin embargo, a mi criterio hay tres que resultan infalibles.
1. El método analógico
Es el que consume más recursos, de modo que lo desaconsejo a cualquier persona preocupada por el medio ambiente, pues se va a gastar bastante papel.
Para llevar a cabo su lectura sensitiva, el SR debe imprimir la obra del autor que se ha puesto en sus manos y corregirla manualmente. Por ello, más le vale proveerse de varios bolígrafos, marcadores de colores y post-its.
La principal ventaja de este tipo de lectura sensitiva es que fomenta el diálogo. Podemos quedar con el escritor en una cafetería y comentar los cambios resaltados previamente por el SR, o bien realizar la lectura junto al escritor, de modo que nuestros comentarios le queden más claros.
La otra ventaja es que, si conocemos al escritor, podemos aprovechar para dejarle mensajes motivadores o apuntes en el borrador. Consejos adicionales a nuestra lectura sensitiva que tal vez le ayuden a perfilar su historia.
Por no hablar de las posibles erratas que vamos a encontrar sin querer durante nuestra lectura y que podemos señalarle para hacer el proceso de corrección más sencillo.
Además, que te llenen la novela con post-it y pegatinas motivadoras siempre ayuda a que después el escritor implemente los cambios en su obra con una sonrisa en la cara. Y creedme, eso se agradece siempre ^^
2. Modo digital
La segunda opción nos ahorrará tinta, papel y recursos naturales. Por contra, nos mantendrá anclados a una silla frente a una pantalla, de modo que os aconsejo tomaros con calma la tarea y hacer pausas regulares para que no se os sequen los ojos.
Trabajando desde el ordenador tenemos a nuestro alcance todos los recursos que San Internet puede brindarnos: desde diccionarios a webs informativas cuyos enlaces podemos adjuntar en el documento.
Sin embargo, a muchos SR les tira para atrás la idea de toquetear el documento original del autor. Temen borrar algo sin querer y cargarse el trabajo de meses. O peor: que sus modificaciones resulten ofensivas para el dueño y luego resulte irrecuperable el texto original.
Tranquilos. La preocupación es normal, pero ninguno de estos factores debería ser un problema. Entre otras cosas, porque ningún escritor que se precie envía su original sin guardarse una (o diez) copias por si las moscas.
Pero si aún así como SR os da apuro toquetear el documento a las bravas, aquí os dejo dos sistemas de corrección bastante eficaces y muy poco destructivos.
A) Comentarios
La primera opción consiste en añadir comentarios al margen del documento. Solo tenemos que seleccionar el párrafo o la palabra que no nos convence y añadir un comentario donde indiquemos por qué no pasa nuestro filtro lector y cómo debería solucionarse.
A través de estos comentarios también podemos dejar enlaces a recursos web sin tener que marranear el texto, así como añadir nuestras valoraciones. Son como los post-it digitales, vaya.
Luego, cuando devolvamos el documento al escritor, este solo tiene que borrar los comentarios para quedarse de nuevo con un documento limpio. Y lo mejor de todo, es que puede responder a las notas que le hemos dejado y retornar el documento para someterlo a una segunda lectura.
Como veis, se trata de un método 0 destructivo y bastante útil en cuanto a transmisión de información. Sin embargo, en ocasiones puede resultar engorroso o poco preciso.
B) Control de cambios
La otra opción para pasar una lectura sensitiva sin ser destructivos con el documento consiste en utilizar el control de cambios de word para modificar el texto.
Teniendo activo el registro del control de cambios, cualquier modificación que realicemos al documento quedará marcada de un color determinado y aquellas partes que eliminemos aparecerán con el texto coloreado y tachado.
Cuando devolvamos el documento a su propietario, este solo debe aceptar o rechazar los cambios implementados (usando de nuevo el control de cambios) y volverá a quedarse con un documento limpio y corregido.
Este sistema puede combinarse con los comentarios; del mismo modo que a veces es más sencillo realizar una modificación que explicarla, en ocasiones ocurre a la inversa y es conveniente razonar al lector el por qué de nuestras correcciones.
Usando cualquiera de estos tres sistemas, podremos desempeñar nuestra labor como SR de forma limpia y precisa.
Además, de paso hemos aprendido varios sistemas que las editoriales utilizan a la hora de editar y corregir las historias que se disponen a publicar. Y este es un conocimiento que nunca se sabe si vamos a necesitar en un futuro.
¡Nos leemos! ^^
Por ejemplo, si yo quisiera escribir una historia de vampiros canarios, como ha hecho el amigo Javier Alemán en la recién publicada Sanguijuela (que podéis obtener aquí), lo más probable es que acabara contactando con un canario para que me hiciera de SR y así evitar que mis personajes se convirtiesen en tópicos andantes de cómo se supone que son las personas de este archipiélago.
Lo mismo ocurre si en vuestras historias incluis a personas racializadas, no binarias, procedentes de otros países... Se trata de contar con el punto de vista de un miembro de este colectivo (al que no pertenecemos) para no parodiarles sin querer en nuestras obras por desconocimiento.
Todos, de un modo u otro, podemos ser SR de alguien. Pero esta labor, que se asemeja en parte a un proceso de edición ordinario, debe desempeñarse con seriedad y concisión. Debemos marcar claramente al escritor dónde radica su error y hacernos entender.
Sistemas para que esto funcione los hay a puñados. Sin embargo, a mi criterio hay tres que resultan infalibles.
1. El método analógico
Es el que consume más recursos, de modo que lo desaconsejo a cualquier persona preocupada por el medio ambiente, pues se va a gastar bastante papel.
Para llevar a cabo su lectura sensitiva, el SR debe imprimir la obra del autor que se ha puesto en sus manos y corregirla manualmente. Por ello, más le vale proveerse de varios bolígrafos, marcadores de colores y post-its.
Idealización de un espacio de trabajo de SR |
La principal ventaja de este tipo de lectura sensitiva es que fomenta el diálogo. Podemos quedar con el escritor en una cafetería y comentar los cambios resaltados previamente por el SR, o bien realizar la lectura junto al escritor, de modo que nuestros comentarios le queden más claros.
La otra ventaja es que, si conocemos al escritor, podemos aprovechar para dejarle mensajes motivadores o apuntes en el borrador. Consejos adicionales a nuestra lectura sensitiva que tal vez le ayuden a perfilar su historia.
Por no hablar de las posibles erratas que vamos a encontrar sin querer durante nuestra lectura y que podemos señalarle para hacer el proceso de corrección más sencillo.
Además, que te llenen la novela con post-it y pegatinas motivadoras siempre ayuda a que después el escritor implemente los cambios en su obra con una sonrisa en la cara. Y creedme, eso se agradece siempre ^^
2. Modo digital
La segunda opción nos ahorrará tinta, papel y recursos naturales. Por contra, nos mantendrá anclados a una silla frente a una pantalla, de modo que os aconsejo tomaros con calma la tarea y hacer pausas regulares para que no se os sequen los ojos.
Trabajando desde el ordenador tenemos a nuestro alcance todos los recursos que San Internet puede brindarnos: desde diccionarios a webs informativas cuyos enlaces podemos adjuntar en el documento.
Sin embargo, a muchos SR les tira para atrás la idea de toquetear el documento original del autor. Temen borrar algo sin querer y cargarse el trabajo de meses. O peor: que sus modificaciones resulten ofensivas para el dueño y luego resulte irrecuperable el texto original.
Tranquilos. La preocupación es normal, pero ninguno de estos factores debería ser un problema. Entre otras cosas, porque ningún escritor que se precie envía su original sin guardarse una (o diez) copias por si las moscas.
Pero si aún así como SR os da apuro toquetear el documento a las bravas, aquí os dejo dos sistemas de corrección bastante eficaces y muy poco destructivos.
A) Comentarios
La primera opción consiste en añadir comentarios al margen del documento. Solo tenemos que seleccionar el párrafo o la palabra que no nos convence y añadir un comentario donde indiquemos por qué no pasa nuestro filtro lector y cómo debería solucionarse.
A través de estos comentarios también podemos dejar enlaces a recursos web sin tener que marranear el texto, así como añadir nuestras valoraciones. Son como los post-it digitales, vaya.
Ejemplo de comentario y respuesta en Word |
Luego, cuando devolvamos el documento al escritor, este solo tiene que borrar los comentarios para quedarse de nuevo con un documento limpio. Y lo mejor de todo, es que puede responder a las notas que le hemos dejado y retornar el documento para someterlo a una segunda lectura.
Como veis, se trata de un método 0 destructivo y bastante útil en cuanto a transmisión de información. Sin embargo, en ocasiones puede resultar engorroso o poco preciso.
B) Control de cambios
La otra opción para pasar una lectura sensitiva sin ser destructivos con el documento consiste en utilizar el control de cambios de word para modificar el texto.
Teniendo activo el registro del control de cambios, cualquier modificación que realicemos al documento quedará marcada de un color determinado y aquellas partes que eliminemos aparecerán con el texto coloreado y tachado.
Ejemplo de funcionamiento del control de cambios |
Cuando devolvamos el documento a su propietario, este solo debe aceptar o rechazar los cambios implementados (usando de nuevo el control de cambios) y volverá a quedarse con un documento limpio y corregido.
Este sistema puede combinarse con los comentarios; del mismo modo que a veces es más sencillo realizar una modificación que explicarla, en ocasiones ocurre a la inversa y es conveniente razonar al lector el por qué de nuestras correcciones.
Usando cualquiera de estos tres sistemas, podremos desempeñar nuestra labor como SR de forma limpia y precisa.
Además, de paso hemos aprendido varios sistemas que las editoriales utilizan a la hora de editar y corregir las historias que se disponen a publicar. Y este es un conocimiento que nunca se sabe si vamos a necesitar en un futuro.
¡Nos leemos! ^^
Menuda se lió con el tema de los SR. Yo también preferí mantenerme al margen, pero ofrecí a la causa mi apoyo con likes. Dejando de lado la polémica, y sin ser yo SR, voto por el método digital. Se ahorra papel (ecofriendly!), dinero no tienes que ir por ahí con hojas y post-its y bolis. Y el SR tiene más espacio para explicar cosas, que a lo mejor en un post it no tiene. No le veo muchas ventajas al método tradicional, la verdad xD
ResponderEliminarUn abrazo, Alister <3
El método tradicional ayuda a localizar erratas. Por lo demás, es una cuestión de gusto ;)
EliminarYo era de tener todo en papel, sobre todo apuntes y artículos y demás. Pero claro, no es ni económico ni ecológico, así que la opción de ir leyendo y poder comentar es más cómoda.
ResponderEliminarSobre la polémica llegué tarde, pero a consecuencia de ello aprendí sobre esta figura y mira, hay temas acerca de los cuales puedo dar mi testimonio.
¡Un saludo!