La vida del escritor nunca es fácil. Al margen de los terribles vicios que lleva asociada la profesión, debemos enfrentarnos a no pocos sinsabores.
Uno de los peores es el rechazo. Cuando presentamos nuestra obra a concurso o la enviamos a una editorial, la mayoría de las veces obtendremos una negativa (cuando no el silencio). Pero esta realidad, inevitable además, no debe ser contemplada como un fracaso absoluto.
Para enseñarnos que de los rechazos también se puede sacar algo bueno, hoy tenemos con nosotros a la escritora Coral Carracedo, quien nos ilustrará en el arte del método del bullet journal como terapia ante los rechazos.
¡En sus capaces manos os dejo! ^^
Uno de los peores es el rechazo. Cuando presentamos nuestra obra a concurso o la enviamos a una editorial, la mayoría de las veces obtendremos una negativa (cuando no el silencio). Pero esta realidad, inevitable además, no debe ser contemplada como un fracaso absoluto.
Para enseñarnos que de los rechazos también se puede sacar algo bueno, hoy tenemos con nosotros a la escritora Coral Carracedo, quien nos ilustrará en el arte del método del bullet journal como terapia ante los rechazos.
¡En sus capaces manos os dejo! ^^
El Método Bullet Journal
El
bullet journal es más que una simple agenda diaria. Es todas las
agendas juntas en una sola. Además también es bloc de notas,
cuaderno de dibujo y todo lo que puedas necesitar. De verdad, si
tienes que dibujar, apuntar la lista de la compra y las tareas de la
casa lo haces todo
en el mismo lugar.
No hay presión para que todo esté organizado (para eso asignas tú
mismo el índice), lo único que importa
es que te funcione a ti.
Las partes que no son de planificación, estrictamente hablando, se llaman colecciones y es aquí donde sale a relucir toda la imaginación de los que usamos este método. Depende de tu oficio, te servirán unas u otras. Yo, cada día, intento pensar en nuevas para exprimir su uso al máximo y potenciar los puntos en los que soy buena y minimizar el desastre que soy.
A los escritores nos encanta tener muchas libretas. Una para cada
proyecto. Y, seamos sinceros, siempre tenemos muchos proyectos entre
manos (a algunos como a mí también nos gusta tenerlas en blanco
porque sabemos que las arruinamos con nuestra letra).
Hay
una de esas colecciones que me parece de especial utilidad para
escritores que es:
LA COLECCIÓN DE RECHAZOS
La colección de rechazos se basa en cuatro principios:
1. Convertir
algo doloroso en algo bueno y necesario, porque el camino se
hace a base de errores.
Los rechazos editoriales son una parte que hay que aceptar si se
quiere ser escritor. No, no todo lo que escribas va a ser oro ni
puede ser digno de publicarse, pero
es un paso necesario que dar. Sobre todo al comenzar.
2. Te
ayuda a terminar cosas y ser capaz de analizarlas con ojo
crítico. Cada
relato terminado y rechazado es un escalón que se sube. Un post
que me gusta mucho es el de Rafa de la Rosa en Excentrya que
tituló: No
vales una mierda como escritor. Permite
aceptar que no estamos en la cumbre de nuestra carrera literaria y
entonces, fijarnos una meta. Yo diría que 100 es un número más que
redondo. Y ese número fue lo que me inspiró para crear la
colección.
3. La
colección de rechazos también permite mostrar progresión mediante
un número.
La idea surgió de la famosa entrada de Gabriella Campbell títulada
"¿Quieres
triunfar como escritor? Busca 100 rechazos”.
Antes de echarnos las manos a la cabeza con esto de ser rechazado hay
que aclarar que, aunque se buscan los rechazos activamente, no quiere
decir que hay que enviar las cosas a medio hacer o de mala forma para
que, precisamente, nos rechacen. Responde a la frase “hazlo, que el
no ya lo tienes”. Cuando tengas una larga lista de rechazos sabrás
que estás trabajando duro en tu meta de ser escritor.
4. Permite interiorizar
que siempre hay que mejorar y que los rechazos son rechazos y no
fracasos. Hay
que mirar la meta, pero a veces viene bien echar un vistazo hacia
atrás y contabilizar los peldaños que se ha subido. Te han
rechazado, pero tu no has fracasado en nada. Fracasar sería tirar la
toalla por completo. Rechazar es una palabra, a priori, que parece
muy negativa, pero en realidad, pone todo el peso en la otra parte.
Esto nos desespera a todos porque nos deja sin control, pero tu
trabajo es hacerlo lo mejor posible. Lo que pase después de enviar
un relato es algo que se escapa de tus manos, por lo que no deberías
preocuparte.
Escribí
una entrada en el blog de La Maldición del Escritor dando ejemplos
sobre las diferentes formas en las que llevar la colección. ¿Ya
has visto esos y no te gusta ninguno? ¿Quieres más ejemplos para
sacar tu idea personalizada?
Echa un vistazo a los
rechazos para liberar a Dobby de
Laura Morán Iglesias, los
pokémon de
Riku Evans y las
ratitas adorables de
Celia Añó.
Cada
uno se lo personaliza dependiendo de sus capacidades artísticas o
tema. ¡Diviértete con ello!
Esta
es solo la mitad de la terapia del escritor. La siguiente también es
necesaria.
LA COLECCIÓN DE LOGROS
Para
evitar que esto parezca deprimente también te diré que los logros
también hay que apuntarlos. Cuando se hace queda patente que lo
hemos conseguido. Es un momento bastante feliz. A diferencia de los
rechazos que son simples números, aquí recomiendo escribir cual es
cada logro y emocionarse un poco por la buena experiencia.
Un
ejercicio que yo hago es establecerme
una palabra del año que corresponda con lo que quiero conseguir.
Ya os estoy viendo las caras de pepinillos en vinagre
arrugaos:
Eso es que es muy Mr. Wonderful. Bueno, podéis hacerlo
minimalista, en negro o no hacerlo.
Yo os do recomendaciones. Como curiosidad, en 2017
la palabra que elegí fue: Florecer. Y creo que he ido cumpliendo.
Como
podéis ver tan solo he dejado una cara para apuntar
logros, mientras que para los rechazos tengo cuatro. Creo que hay que
apuntar lo que realmente sintamos como logros grandes y relevantes.
Está bien emocionarse pero tampoco hay que llenar el bullet journal
de frases como: “soy el puto amo”.
¿Qué más puedo hacer cuando me rechazan?
Ante
un rechazo literario hay que darnos
un par de días para estar mal. Se
nos permite. Nos han hecho pupa en el ego y hay que aceptarlo y
encajarlo. No podemos estar felices inmediatamente. No es realista.
Lo que tampoco es bueno es quedarse pensando en lo que podía haber
sido. Tras ese pequeño intervalo de tiempo, es momento en el que ser
introspectivos y volver a sumergirnos en nuestro texto y hacernos
muchas preguntas.
Hay
algunos elementos que puedes mejorar tú, y otras cosas que están
fuera de tu control y son subjetivas del jurado o quien seleccione el
texto. Tenlo en cuenta, pero que no sea una excusa.
Dicen
que los relatos no se acaban nunca, se abandonan (y se envían) por
lo que siempre son mejorables. Sobre todo cuánto más tiempo pasa y
más técnica aprendemos y más leemos. Aquí dejo unas cuantas
respuestas a por qué te han rechazado. Sincérate contigo mismo.
¿Por qué me pueden haber rechazado?
- El texto tiene erratas.
- No tiene un estilo definido.
- Había muchos participantes, entre ellos, gente que escribe mejor.
- Se han enviado muchos relatos con temas como el que trato y han elegido otro.
- La idea no era potente y no ha destacado.
- El texto tiene incoherencias.
- No es lo que buscaban.
- El relato no queda bien junto al resto de los que forman la antología.
- No cumple las bases.
- Contiene un mensaje ofensivo.
Ánimo y mucha suerte con esos rechazos. ¡Ojalá tengas muchos! ¡Y que tras ellos también lleguen los logros!
Y con esto nos despedimos de Coral. Vaya ideas más creativas para encajar los rechazos literarios nos ha dado. ¿Qué os han parecido estas técnicas? ¿Las usáis ya o sois más partidarios de otros sistemas?
¡Nos leemos! ^^
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Recuerda que al comentar en esta página estás aceptando nuestra política de privacidad. Puedes obtener más información al respecto en el siguiente enlace:
http://escribeconingenio.blogspot.com/p/politicas-de-privacidad.html