Porque de ilusión también se escribe.
Seguro que muchas mañanas te levantas con el pie izquierdo, o por alguna horrible conjunción de los astros, tu jornada acaba convertida en un infierno.
Las causas no importan, a lo largo del día nos sentimos aguijoneados por decenas de sentimientos y emociones (y no todas agradables). Estas últimas son las que más nos afectan. Muchas veces, llegan a desbordarnos, desmotivándonos, haciéndonos sentir incapaces de escribir.
Ante esta situación, solo existen dos formas de impedir que las emociones nos arrastren y controlen: la renuncia (o método jedi) o la proyección canalizada (método sith).
Como a mí ese rollito zen de la mente en blanco no me gusta un pelo, hoy os explicaré cómo canalizar tus emociones para hacerlas el motor de tu escritura.
1. Focaliza
Me da lo mismo qué tipo de sentimiento anide en tu interior: ira, tristeza, angustia... No importa. Se trata de aislar ese sentimiento del resto de emociones.
Sí, suena muy complicado, y es que es muy difícil comprender la mente humana (y el corazón aún más). Lo más sencillo es centrarse en la emoción inmediata o en la sensación predominante.
Si te sientes, por ejemplo, avergonzado, concéntrate en esa sensación.
¿Ya la tienes? Excelente, sigamos.
2. Analiza
Aislada nuestra sensación, es momento de someterla a examen. Hay que centrarse en ella, desgranar qué es lo que nos transmite.
No me refiero a nivel emocional, sino a nivel físico y de percepción. Debemos tomar distancia y observar cómo nos afecta esa emoción para poder describirla y usarla.
Temblores en las manos, la sensación de que todo a tu alrededor se ha vuelto gris, palpitaciones en la sien, ardor en el rostro... Anota cada gesto para sacarle partido más adelante.
No me refiero a nivel emocional, sino a nivel físico y de percepción. Debemos tomar distancia y observar cómo nos afecta esa emoción para poder describirla y usarla.
Persona llena de rabia y odio meditando al respecto |
Temblores en las manos, la sensación de que todo a tu alrededor se ha vuelto gris, palpitaciones en la sien, ardor en el rostro... Anota cada gesto para sacarle partido más adelante.
3. Utiliza
Ahora sí. Es momento de coger nuestro sentimiento negativo y convertirlo en combustible para explicar. Y lo mejor es que hay más de una manera de hacerlo ^^
a) Descripción
Bien enfocado, un sentimiento puede ser ideal para la descripción de atmósferas. Una profunda tristeza es el pincel más adecuado para una melancólica despedida bajo la lluvia.
b) Óptica de personaje
Una buena forma de dar realismo a un personaje es aprovechar tus propias emociones para describir las suyas.
¿Qué mejor que un buen cabreo para describir el torrente que corre por las venas de un vaquero a punto de salir a cobrar su venganza?
c) Comprensión
A veces nuestros personajes van a su bola. Quizá una buena manera de entenderles (y de paso entendernos a nosotros) es analizar nuestras emociones como si fuesen las suyas. Nos ayudará a empatizar con nuestras creaciones, y a comprender sus acciones, pudiendo a su vez hacerlas más comprensibles para el lector.
La persona de antes, dejándose llevar por la ira |
Tal vez un análisis de tu propia vergüenza te ayuda a entender por qué ese enano huyó cabreado cuando le sonrió la guerrera norteña.
Yo este último método lo he probado, y me ha ayudado a comprender a un personaje con el que apenas empatizaba, pero si queréis saber más de él, deberéis estar atentos al nuevo concurso de Isla Tintero ;)
4. Evalúa
Como todo, el torrente de emoción al escribir actúa sin filtros, y tras vomitar nuestras escenas lo más recomendable es dejarlas reposar y corregir lo que escribimos al cabo de un par de días, ya serenos emocionalmente.
Sí, ya sé que corregir es una tortura, pero si nos sometemos a ella conseguiremos pulir un texto emocionalmente potente y bastante humano.
Si no lo corregís, se corre el riesgo de dejar que la emoción empape el texto más allá de lo ideal (no se puede hablar de la dicha estando deprimido), dándole un tono equivocado al conjunto.
Y con esto doy por concluido el post de hoy. Espero que esta breve entrada os sirva para canalizar vuestros sentimientos negativos y evitar que estos os frenen a la hora de escribir.
¡Nos leemos! ^^
Sí, ya sé que corregir es una tortura, pero si nos sometemos a ella conseguiremos pulir un texto emocionalmente potente y bastante humano.
Si no lo corregís, se corre el riesgo de dejar que la emoción empape el texto más allá de lo ideal (no se puede hablar de la dicha estando deprimido), dándole un tono equivocado al conjunto.
Y con esto doy por concluido el post de hoy. Espero que esta breve entrada os sirva para canalizar vuestros sentimientos negativos y evitar que estos os frenen a la hora de escribir.
¡Nos leemos! ^^
Muy interesante la entrada. Me parece genial la idea de aislar y analizar las emociones, aunque -no sé si es sólo personal o le pasa a todo el mundo- es un desafío hacerlo en algunos casos... conoces de dónde vienen y porqué pero lo que menos quieres es "saber" de ellos. En fin, veremos qué pasa xD
ResponderEliminarLeí muchas de tus otras entradas y te aseguro que las ame! Pero soy un poco -bastante- perezosa para comentar -.- ¡Perdón!
¡Muchas gracias! <3
No hace falta que te disculpes, a mí me hace ilusión tener lectores (aunque sea desde la sombra) XD
EliminarTranquila, que no eres la única que preferiría extirpar depende de qué sentimientos en lugar de pensar en ellos, pero te aseguro que si te pones a reflexionar, el resultado suele ser positivo ^^
Acabo de darme cuenta de que lo que me gusta de tu blog es que compartís técnicas que siento que puedo usar de verdad. Son sencillas y prácticas. Sos lo más ;)
ResponderEliminarMuchas gracias por esas palabras, me alegra de verdad que lo que hago te resulte útil ^^
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