Existe en la fantasía una raza misteriosa, un pacto extraño y secreto del que rara vez se hace mención en las historias de género. Una alianza que supera las expectativas de la sociedad. ¿Sabéis de qué estoy hablando?
Justo: de la amistad o alianza entre dos o más personajes femeninos. O lo que viene a ser lo mismo, de la sororidad.
El concepto sororidad es un americanismo derivado de la palabra sorority, que hace referencia a la alianza o la unión recíproca entre mujeres para lograr un bien común.
Y aunque a primera vista parece algo muy redundante, pues se presupone la existencia de relaciones entre féminas, lo cierto es que en la ficción estas brillan por su ausencia.
¿No me creéis? Pues seguid leyendo ^^
Relaciones femeninas en la ficción
Dando un repaso a las principales novelas de fantasía que han visto la luz en las últimas décadas, me percaté del hecho de que, pese a la enorme variedad de relaciones que aparecen en las mismas, la amistad femenina sigue siendo la gran ausente.
Pongamos un par de ejemplos: en las novelas de CdHyF, a pesar de la ingente cantidad de personajes que hay (de ambos sexos), no se presencian apenas relaciones de amistad entre mujeres iguales.
Lo más cercano que podemos encontrar es la relación que tiene Daenerys con Missandrei y el resto de sus doncellas, pero a pesar de que se hacen confidencias, la suya sigue siendo una relación jerárquica (reina-vasallas).
Por amigas que sean, continúan siendo sierva y señora |
Lo más cercano que podemos encontrar es la relación que tiene Daenerys con Missandrei y el resto de sus doncellas, pero a pesar de que se hacen confidencias, la suya sigue siendo una relación jerárquica (reina-vasallas).
Si hurgamos en la fantasía patria, como puede ser Róndola, donde el volumen de personajes femeninos es superior al de personajes masculinos, vemos que la situación se repite: a pesar de que las protagonistas son un grupo de princesas, lo cierto es que la relación que existe entre ellas no responde al paradigma de amistad (y mucho menos de sororidad).
Hereva, la protagonista, se siente ninguneada por sus compañeras, estas a su vez se mienten, se desprecian, se traicionan e incluso manifiestan celos las unas de las otras. No es lo que yo entiendo por una relación sana, la verdad.
¡Oh, soledad!
Y es que el principal problema al que se enfrentan los personajes femeninos en la ficción no es ya la falta de vínculos reales con otras mujeres, sino la inexistencia de dichas mujeres para establecerlos.
Esto, mis apreciados lectores, es lo que se conoce como Síndrome de la Pitufina, que como bien mencionaba Cuervo Fúnebre en este post sobre tests de paridad en la literatura, consiste en reducir al 50% de la población humana a un único personaje cargado de tópicos manidos y dañinos.
Dicho de otra forma. Las mujeres que aparecen en las historias lo hacen siempre de forma individual en una proporción de 1 a 5 respecto a los hombres. Y aunque pueden tener arco propio al margen de los varones, no por ello dejan de ser el componente femenino. Son LA MUJER del grupo en el que se encuentran.
Ejemplos de esto hay muchos. Por citar uno de ellos, Ygritte es la mujer del grupo de Mance Ryder, y a pesar de que tiene un fuerte carácter y que la considero un buen personaje, echo en falta que haya más mujeres con nombre y rol propio con las que pueda relacionarse en su grupo.
Lo dramático de que en la ficción sea tan común ver mujeres que andan solas en un mundo de hombres no es tanto la imposibilidad de que se den relaciones entre féminas, sino la generalización de algo que es a todas luces ridículo: invisibilizar la existencia de la mitad del género humano.
Historias geniales se echan a perder por la no-presencia del género femenino. Cuando hablé del western, resalté que en uno de los grandes títulos de este género (El bueno, el feo y el malo), las mujeres no existen ni como decorado.
Pero este mal, no solo ataca al western, ni a las obras pulp del siglo pasado. Es real y sigue vigente hoy día en no pocas historias de fantasía y ci-fi. ¿O me vais a decir que Rey está muy bien surtida de amigas y aliadas?
"Hombre, Alister, es que el realismo...". Claro, el realismo dice que puede haber mundos enteros sembrados de penes y es normal, es la broforce. Pero si la amistad entre cinco personas sucede entre mujeres no es normal. Ya... Mis huevarios puestos al sol ¬¬
¡Oh, soledad!
Y es que el principal problema al que se enfrentan los personajes femeninos en la ficción no es ya la falta de vínculos reales con otras mujeres, sino la inexistencia de dichas mujeres para establecerlos.
Esto, mis apreciados lectores, es lo que se conoce como Síndrome de la Pitufina, que como bien mencionaba Cuervo Fúnebre en este post sobre tests de paridad en la literatura, consiste en reducir al 50% de la población humana a un único personaje cargado de tópicos manidos y dañinos.
Dicho de otra forma. Las mujeres que aparecen en las historias lo hacen siempre de forma individual en una proporción de 1 a 5 respecto a los hombres. Y aunque pueden tener arco propio al margen de los varones, no por ello dejan de ser el componente femenino. Son LA MUJER del grupo en el que se encuentran.
¿Amigas? ¿Qué es eso? |
Ejemplos de esto hay muchos. Por citar uno de ellos, Ygritte es la mujer del grupo de Mance Ryder, y a pesar de que tiene un fuerte carácter y que la considero un buen personaje, echo en falta que haya más mujeres con nombre y rol propio con las que pueda relacionarse en su grupo.
Lo dramático de que en la ficción sea tan común ver mujeres que andan solas en un mundo de hombres no es tanto la imposibilidad de que se den relaciones entre féminas, sino la generalización de algo que es a todas luces ridículo: invisibilizar la existencia de la mitad del género humano.
Historias geniales se echan a perder por la no-presencia del género femenino. Cuando hablé del western, resalté que en uno de los grandes títulos de este género (El bueno, el feo y el malo), las mujeres no existen ni como decorado.
Pero este mal, no solo ataca al western, ni a las obras pulp del siglo pasado. Es real y sigue vigente hoy día en no pocas historias de fantasía y ci-fi. ¿O me vais a decir que Rey está muy bien surtida de amigas y aliadas?
"Hombre, Alister, es que el realismo...". Claro, el realismo dice que puede haber mundos enteros sembrados de penes y es normal, es la broforce. Pero si la amistad entre cinco personas sucede entre mujeres no es normal. Ya... Mis huevarios puestos al sol ¬¬
¿Quiere esto decir que no hay relaciones femeninas?
En absoluto. La ficción está llena de vínculos afectivos entre mujeres, pero estas relaciones casi siempre están condicionadas por factores jerárquicos de diversa índole. Veamos unos pocos:
Madre/hija
Este es el esquema más utilizado en las relaciones entre mujeres que se presentan en la ficción. El personaje más maduro desempeña un rol materno hacia el personaje más joven o desamparado.
No es necesario que existan entre ellas vínculos de sangre, simplemente la relación entre ambos personajes se cimienta en la protección por parte de la mujer más madura (sea por edad, por raza...) y la búsqueda de amparo por parte de la integrante más joven de la relación.
Yennefer y Ciri de niña (cosplay) |
Un ejemplo conocido de este tipo de relaciones es la que se establece entre Yennefer y Ciri. Por sus circunstancias personales, la hechicera ve en la pequeña Ciri a una criatura que debe ser protegida, de modo que adopta un rol maternal para con ella que acaba condicionando su relación.
Mentora/pupila
La otra relación entre mujeres que predomina en la literatura de ficción es la que se establece entre una mujer que ejerce como maestra de otra, habitualmente más joven.
Es habitual que esta tipología se mezcle en ocasiones con los roles de madre/hija, pues en ambos casos es la parte más adulta de la relación la que lleva a cabo un rol dominante o protector respecto a la otra parte.
Antes mencionábamos a Rey. Bien, pues la relación que se establece entre ella y Leia Organa sería de este tipo. La joven siente una sincera y profunda admiración por la princesa, y esta a su vez se ve en el deseo de proteger y cuidar de Rey para que pueda desarrollar todo su potencial.
De hecho, en esta misma categoría podríamos agrupar también la relaciones jerárquicas profesionales establecidas entre mujeres, como la que existe entre Nicasia (La Corte de los Espejos) y su cocinera.
Antes mencionábamos a Rey. Bien, pues la relación que se establece entre ella y Leia Organa sería de este tipo. La joven siente una sincera y profunda admiración por la princesa, y esta a su vez se ve en el deseo de proteger y cuidar de Rey para que pueda desarrollar todo su potencial.
Leia y Rey |
De hecho, en esta misma categoría podríamos agrupar también la relaciones jerárquicas profesionales establecidas entre mujeres, como la que existe entre Nicasia (La Corte de los Espejos) y su cocinera.
En ocasiones, la mentora acaba transformándose en antagonista de su pupila. Son infinitos los ejemplos de jóvenes aprendices de bruja que reniegan al tiempo de las enseñanzas de su mentora y la enfrentan.
Las rivales
El tercer gran grupo de las relaciones entre mujeres se mueve en el terreno de la enemistad. Ambas féminas, que pudieron ser amigas en el pasado, se contemplan la una a la otra como rivales o enemigas.
Con frecuencia, sobre todo en las novelas YA, abundan las llamadas ami-enemigas: mujeres cuya relación afectiva zozobra en cuanto aparecen en escena los intereses románticos, momento en el cual se convierten en acérrimas rivales por el interés (habitualmente) de un hombre.
Cersei y Margaery practicando en apuñalamiento mental |
También puede darse que dichas mujeres se contemplen como rivales por ser una de ellas más joven que la otra, cosa que les ocurre a Cersei Lannister y a Margaery Tyrell. O que simplemente una de las dos partes tema que la otra le arrebate el poder que hasta ahora ostenta.
En cualquier caso, este tipo de relaciones femeninas, muy abundantes en la ficción, pregonan un tópico que a base de repetirse tanto, casi se ha convertido en un dogma: las mujeres entre ellas son malas y no hay peor rival para una joven que otra mujer.
La gran contradicción
Hasta ahora hemos hablado de literatura fantástica y de la escasa presencia de vínculos femeninos. ¿Pero qué ocurre si buscamos en otros campos?
Pues depende. Las series suelen repetir los mismos esquemas que las novelas. Existen grupos de amigas, pero estas compiten y se traicionan hasta el aborrecimiento por motivos (habitualmente) absurdos, dando a entender que las mujeres no solo son inestables, sino malvadas.
En cambio, si nos ponemos a buscar series de animación, vemos que la presencia de relaciones de amistad sana entre mujeres es más abundante, sobre todo si dichas series se enfocan a un público femenino y muy joven (o infantil).
Adorables, ¿no es cierto? ^^ |
Uno de estos ejemplos ya lo utilicé para hablar sobre la figura del amante platónico, pero merece que lo recuperemos: la relación amistosa entre Sakura y Tomoyo.
Ambas chicas mantienen entre ellas una relación de sincera amistad que les permite apoyarse y cuidar la una de la otra a pesar de sus dificultades personales. No se odian, no se traicionan, no compiten y no existe entre ellas ninguna relación jerárquica que condicione la relación. Esto, amigos, es sororidad.
La pregunta es, si estos modelos llevan existiendo desde hace tiempo, ¿por qué nos esforzamos tanto en no darles visibilidad en obras no enfocadas a determinado sexo o edades?
¿Por qué diablos pasa esto? ¿Acaso la amistad entre mujeres debe ser un mito o algo relegado a las historias "para chicas"?
Un par de teorías para acabar
A nivel personal (y puedo equivocarme), se me ocurren un par de motivos bastante terribles para que la sororidad sea más ficticia que los dragones en la literatura de género.
En primer lugar, la influencia de los tópicos sociales y los roles preestablecidos en nuestros textos. Escribimos lo que vivimos y naturalizamos conductas que no necesariamente son justas ni representativas, pero que sí se nos venden como "lo normal".
Como nos insisten tanto en que las mujeres son malas entre ellas, acabamos por asumir que esto es así. Como nos hacen creer que la mujer fuera del hogar y el rol de cuidadora es una excepción, llenamos la ficción de pitufinas solitarias.
En segundo lugar (y esto es algo más terrible), la sospechosa desaparición de la sororidad como tema recurrente una vez abandonada la infancia, me da a pensar que se busca intencionadamente reproducir los tópicos de los que antes hablaba.
"Niña, la amistad femenina es cosa de la infancia. Es una mentira. Las mujeres son tus enemigas, joven adolescente, desconfía y lucha contra ellas".
Digno mensaje del Dr. Maligno, ¿no os parece? Pues me da a mí en la nariz que es bastante más real. Y eso es algo monstruoso, pues consiste en abogar por sistema por la ruptura de los vínculos sinceros entre mujeres cuando no existen razones de peso para ello.
De momento, lo voy a dejar aquí, porque el post ya se me va de los límites. Pero os invito a reflexionar sobre el tema y a sacar vuestras conclusiones al respecto. ¿Por qué creéis vosotros que hay tan pocas amistades femeninas representadas en la ficción?
Podéis creer que exagero, pero por mucho que he buscado, lo más parecido a un grupo de amigas que he hallado entre mis lecturas es la hermandad de las wazybas de Delbaeth Rising. Y esto es algo que me entristece mucho.
En cualquier caso, me gustaría mucho conocer vuestra opinión al respecto. Y que me recomendéis historias basadas en la amistad femenina, claro.
Pero lo más importante es, ¿vais a incluir en vuestras historias más vínculos de sororidad de ahora en adelante?
¡Nos leemos! ^^
La pregunta es, si estos modelos llevan existiendo desde hace tiempo, ¿por qué nos esforzamos tanto en no darles visibilidad en obras no enfocadas a determinado sexo o edades?
¿Por qué diablos pasa esto? ¿Acaso la amistad entre mujeres debe ser un mito o algo relegado a las historias "para chicas"?
Un par de teorías para acabar
A nivel personal (y puedo equivocarme), se me ocurren un par de motivos bastante terribles para que la sororidad sea más ficticia que los dragones en la literatura de género.
En primer lugar, la influencia de los tópicos sociales y los roles preestablecidos en nuestros textos. Escribimos lo que vivimos y naturalizamos conductas que no necesariamente son justas ni representativas, pero que sí se nos venden como "lo normal".
Esto es "lo normal" entre mujeres según la sociedad |
Como nos insisten tanto en que las mujeres son malas entre ellas, acabamos por asumir que esto es así. Como nos hacen creer que la mujer fuera del hogar y el rol de cuidadora es una excepción, llenamos la ficción de pitufinas solitarias.
En segundo lugar (y esto es algo más terrible), la sospechosa desaparición de la sororidad como tema recurrente una vez abandonada la infancia, me da a pensar que se busca intencionadamente reproducir los tópicos de los que antes hablaba.
"Niña, la amistad femenina es cosa de la infancia. Es una mentira. Las mujeres son tus enemigas, joven adolescente, desconfía y lucha contra ellas".
Digno mensaje del Dr. Maligno, ¿no os parece? Pues me da a mí en la nariz que es bastante más real. Y eso es algo monstruoso, pues consiste en abogar por sistema por la ruptura de los vínculos sinceros entre mujeres cuando no existen razones de peso para ello.
De momento, lo voy a dejar aquí, porque el post ya se me va de los límites. Pero os invito a reflexionar sobre el tema y a sacar vuestras conclusiones al respecto. ¿Por qué creéis vosotros que hay tan pocas amistades femeninas representadas en la ficción?
Podéis creer que exagero, pero por mucho que he buscado, lo más parecido a un grupo de amigas que he hallado entre mis lecturas es la hermandad de las wazybas de Delbaeth Rising. Y esto es algo que me entristece mucho.
En cualquier caso, me gustaría mucho conocer vuestra opinión al respecto. Y que me recomendéis historias basadas en la amistad femenina, claro.
Pero lo más importante es, ¿vais a incluir en vuestras historias más vínculos de sororidad de ahora en adelante?
¡Nos leemos! ^^
Que interesante Alister. La verdad que me ha dado bastante que pensar. Según iba leyendo solo quería sacar intentar sacar algún ejemplo, y no era capaz. Tenías absolutamente la razón. Pesé a que hay novelas con bastante personajes femeninos, son cada uno en su arco protagonistas, pero no se relaccionan. Me llevo el termino sororidad como palabra del día, que lo sepas :)
ResponderEliminarLo cierto es que es desolador. Aún tengo esperanzas de que alguien comente para recomendar una obra donde se trate la amistad femenina, porque hallar ejemplos es un infierno y hay que tirar de shojo manga :(
EliminarEn el libro de Laini Taylor, Hija de humo y hueso la protagonista tiene una gran amistad, incluso cuando se llega a descubrir el origen de la protagonistas no dejan de ser amigas, pero en realidad hay pocos libros en el que se desarrolle la amistad femenina, otro pero en menor grado sería en la saga Beautifull la amistad de Chloe y Sara no son el eje principal pero se ve la complicidad entre ellas. Son los libros en los que pude encontrar la amistad femenina.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus recomendaciones! Les echaré un ojo ^^
EliminarBuen artículo. Entre las novelas que he leído, no recuerdo ninguna sobre amistades femeninas. Pero en series de televisión, me vienen dos, Friends y Sexo en Nueva York, no se si te valen estos dos ejemplos. Saludos.
ResponderEliminar¿Qué hay de la relación de Elizabeth y Jane Bennet? Obviamente no se "cuentan" todo, pero tienen una relación de amistad más allá de la familiar, e incluso la primera es capaz de rechazar una propuesta matrimonial en extremo ventajosa debido a una "ofensa" contra la hermana.
ResponderEliminarMe vienen a la mente también las hermanas Dashwood, un pequeño clan de mujeres que nuevamente no se "cuentan todo" pero son capaces de todo por cuidar su círculo íntimo.
Curioso que ambas historias sean de una mujer.
"Róndola" va básicamente de un grupo de amigas.
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