¿Eres escritor de método?


Porque escribir no es un camino de rosas.

Si hablamos de método, lo más probable es que lo relaciones con el mundo del cine y la interpretación. Y con la figura de Stanislavski. Y lo cierto es que no andáis demasiado desencaminados. 

Con todo, muy pocos saben que el Método Stanislavski también cuenta con una adaptación para escritores. Y que cuenta con un gran número de adeptos (la mayoría de ellos, inconscientes).

¿Eres uno de ellos? Vamos a descubrirlo ^^




Antes de nada, es importante conocer en qué se basa la técnica de Stanislavski. En sus inicios, se trataba de un sistema de preparación para actores de teatro basado en dos pilares: experimentación y fusión.

El objetivo era alcanzar la perfección en la interpretación. Y con este fin el actor debía no solo aprenderse bien su papel, sino experimentar vivencias y costumbres de su personaje a fin de lograr que este le "poseyera".

Para ello, los actores probaban de los vicios y costumbres de sus personajes, frecuentaban los ambientes en los que teóricamente estos se desenvolvían y llegaban incluso a vincular recuerdos personales a las vivencias del personaje.

El resultado a menudo derivaba en paranoias, trastornos psicológicos moderados y otros muchos males similares. A fin de cuentas, se trata de una técnica extrema que juega con el cuerpo y la mente del actor...

Actualmente el método se ha convertido en una técnica de marketing para promocionar películas. Al parecer, al público le resulta morbosamente deseable ver un film donde se dice que el actor ha pasado las de Caín para pulir su interpretación.

En cualquier caso, una versión muy light de este sistema es aplicable a la labor del escritor. Ahora os explico cómo ejecutarlo. Aunque me da en la nariz que, como dije antes, muchos de vosotros ya lo usáis sin saberlo.



El método aplicado a la escritura

Escribir no es lo mismo que actuar. No obstante, los escritores sí interpretamos diferentes papeles cuando escribimos: nuestros personajes.

Para poder escribir sobre un personaje, debemos conocerle muy bien. Tanto a él como a su entorno, grupo social y realidad económica. Solo entendiendo la realidad de un personaje podremos hablar sobre él de forma fidedigna y creíble.

La biblioteca es tu amiga, pero a menudo no basta

Con este fin, los escritores llevan a cabo un arduo proceso de documentación. Se familiarizan, por ejemplo, con la alimentación de las poblaciones europeas renacentistas en las que se inspira su obra.

Pero a menudo, leer manuales y tratados no basta. Todo queda muy técnico y en el aire. Faltan matices que el papel jamás podrá transmitirnos. Y aquí es cuando entra en juego el método: cuando la tarea de documentación se convierte en experimentación.

Así pues, si eres de los que se lanzan mochila al hombro a vivir y entender las vivencias de tus personajes... ¡Felicidades! Eres un adepto del método ^^




Cómo aplicar el método

El modo de aplicación del método para los escritores puede ser parcial, moderado o total. Aunque este último es muy escaso (y poco recomendable, por el bien de tu imagen pública).


Modo parcial

Se aplica de forma parcial cuando el escritor solo somete a experimentación aspectos de worldbuilding o actividades relacionadas con el mundo de su historia.

Esto ocurre por ejemplo cuando decidimos probar alimentos que en nuestra novela son comunes y que nosotros no conocemos o no hemos degustado. 

Nadie merece comer mijo, ni siquiera él

Por ejemplo, si inspiras tu novela en un mundo parecido al Japón Feudal, a la fuerza acabarás comiendo arroz, pescado seco y el despreciable mijo. Ampliarás tu paladar mientras aprendes a describir los sabores propios de este país.

Otra forma de aplicar parcialmente el método es experimentando las tareas que realizarán nuestros personajes. Por ejemplo, si tu protagonista es alfarera y tienes oportunidad, deberías aprender las técnicas propias del oficio o visitar un taller.

Lo mismo podría aplicarse a la esgrima, la equitación o la preparación de remedios herbales. O te haces tus propias infusiones de cardo mariano, o te pasas toda la tarde con tu amigo el botánico aprendiendo a hacerlo.


Modo moderado

Se considera aplicación moderada cuando las actividades que realizaremos se basan en la propia naturaleza de nuestros personajes, no en su entorno.

Es decir: no estaremos aprendiendo tareas ni gastronomía de un lugar, sino experimentando las costumbres de nuestros personajes, sus gustos y aficiones.

Un ejemplo claro podría ser un escritor que decide aprender a jugar al póquer porque su personaje principal es un estafador en potencia y un ludópata. Para aprender esto no bastará con leer muchos manuales, necesitarás poner en práctica lo aprendido de forma física.

Grupo de escritores experimentando ^^

De este modo, no solo se aprende a ejecutar tus nuevas habilidades. También puedes percibir las reacciones corporales, las sensaciones y los sentimientos que te embargan.

Y además, si tienes suerte, puede que incluso descubras una habilidad innata en ti y que llegues a hacerte rico (y mandes tu novela a paseo).


Modo total

Tan escaso como excesivo, aplicar el modo total consiste en ceder completamente tu cuerpo y/o tu mente al personaje al que tratas de dar vida.

Esto es lo que Stanislavski habría definido como una posesión completa. O dicho de otro modo: una actuación impecable y una interpretación sin fisuras.

Suena a locura, ¿verdad? En parte lo es. Y mucho, dicho sea de paso. Pero el resultado es más realista y a algunos escritores les compensa.

Para aplicar correctamente el modo total, el escritor debe dejar que la personalidad de su personaje se "apodere de su cuerpo" durante un periodo de tiempo concreto, que puede abarcar desde un par de horas a varias semanas.

Es un método agresivo y violento, insisto

Durante este tiempo, el escritor condicionará su actividad y su interacción con el mundo a la personalidad del personaje. "¿Qué haría X?" se convierte en la pregunta recurrente y el motor de la acción.

Finalizado el experimento, el escritor se siente tan ligado a su criatura que la escritura fluye tranquilamente. A fin de cuentas, es el propio personaje quien teclea.

Otra aplicación total del método consiste en la experimentación física del personaje. Esto es bastante recomendable cuando trabajemos con un personaje con limitaciones físicas (y es bastante menos agresivo para la mente de uno que cederle la cabeza a un personaje).

Cuando hablamos de tullidos, ciegos, cojos o paralíticos, debemos ser conscientes de que su abanico de recursos es distinto al nuestro, así como su expresión corporal.

Nicasia (La Corte de los Espejos) vive condicionda por su cojera

Un modo de entender y describir de forma fidedigna estas realidades es entrevistarnos con personas que padezcan estos problemas, pedirles que ejerzan como sensitivity readers o directamente someternos a experimentar su realidad.

Privarnos voluntariamente del uso de una mano o un ojo nos ayudará a comprender las dificultades de estas personas y a poder plasmar su realidad en papel de forma más  respetuosa (y de paso nos concienciará).



Caso práctico

Después de leer esto, alguno se estará preguntando si yo me he decidido a ser escritor de método. Y lo cierto es que sí, pero en contadas ocasiones.

Probé el mijo en su momento para entender la repugnancia que les causaba a mis personajes y recientemente he experimentado con un personaje al que le tengo mucho cariño. Y confío en que pronto vosotros también.

James es un profesional del latrocinio marítimo (o sea, un pirata). Y como soy una persona que adora los topicazos, el pobre hombre es ciego del ojo izquierdo.

Al principio, escribir sobre él no entrañaba dificultad alguna, pero al llegar a una escena concreta en la que mi personaje trataba de guiñar un ojo reparé en que eso no era posible.

Hasta el momento no había sido consciente de que el hecho de estar falto de un ojo condicionaba totalmente su lenguaje corporal y su forma de moverse. ¿Cómo solucionar aquello?

Bueno, ahora ya entendéis por qué había un parche en mi escritorio el otro día ;)

El resultado por el momento lo juzgo como positivo. Estoy tomando consciencia de gestos y actitudes que de otro modo me pasarían desapercibidas. En cualquier caso, si he logrado o no una representación realista es algo que deberéis juzgar vosotros.



Si los dioses son propicios, en muy poco tiempo podréis valorarlo. Pero sobre ese tema hablaremos en otra ocasión.


¡Nos leemos! ^^

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