Quién diga que jamás se ha encontrado con algo de esto es un mentiroso, que lo sepáis.
Como lectora ávida del género fantástico, a menudo me encuentro con elementos que me rechinan dentro de la novela. Sí, ya sé que escribir fantasía es una odisea, y que para disfrutar es necesaria una actitud abierta.
Como lectora ávida del género fantástico, a menudo me encuentro con elementos que me rechinan dentro de la novela. Sí, ya sé que escribir fantasía es una odisea, y que para disfrutar es necesaria una actitud abierta.
Pero una cosa es ser abierto, y otra tener que tragar sin cuestionarse cómo el escritor se pasa por el forro cualquier consideración en pro de la epicidad.
Hoy os traigo una lista de cosas que solemos encontrar en las novelas de fantasía, y que no deberían estar allí. Ya hablamos de personajes tópicos, así que en esta ocasión nos centraremos en elementos y escenas que suponen una ofensa a la realidad.
1. Armaduras de lujo... en plena Edad Media
El combate de turno: aguerrido protagonista con armadura bañada en oro vs coloso de 2 metros ataviado con una coraza negra como su alma y un casco cubierto de plumas blancas.
¡No!
Lo siento, pero si ambientas tu novela en pleno feudalismo (sistema deficitario de base agraria y escasa o nula mecanización) no pueden existir prodigios de la forja.
¿El motivo? Muy simple: sin reinversión no hay tecnificación. Si el campo no se tecnifica no hay excedente. Sin excedente agrario no hay desocupación. Sin desocupación no existe mano de obra artesanal profesional y a tiempo completo. Sin ese artesanado no hay quien evolucione e innove (y mucho menos con una nobleza rendista). Y sin innovación se repite el modelo que funciona.
Fácil de entender. Si tu sociedad vive pendiente de no morir de hambre/peste no va a tener tiempo de jugar a hacer filigranas en las corazas.
De hecho, no van ni a molestarse en gastar tales cantidades de metal: cota de malla y sobrevesta. Es funcional y ahorra materiales.
Este es el sensual uniforme de un caballero medieval |
Soluciones a este problema hay varias, he aquí unas pocas para que no tengas que renunciar a tus flamantes armaduras esmaltadas:
- Armaduras de importación (vienen de zonas tecnificadas).
- Cambiar el sistema económica y crear un artesanado.
- Las armaduras las fabrican magos/enanos/sucios elfos.
2. Muerte por caballo
Típica escena de lucha: los caballeros del rey cargan contra las tropas enemigas y los cascos de los caballos chapotean en la sangre de los caídos.
¡Error!
Aunque no es de conocimiento extendido, los equinos son una raza tirando a fifi sensible que evita la sangre como el que más. Por lo tanto, en un contexto de lucha antes se encabritan que embisten.
Son tan delicados para el agua (si está turbia no beben) como para mancharse las patas, de modo que no van a pisar a un soldado caído y ensangrentado por mucho que te empeñes.
Lo siento, es un animal herbívoro bastante cobarde, su instinto de conservación lo insta a huir de la cercanía de los cadáveres (porque eso atrae depredadores). No quieren pisar animales heridos para que el hedor de la sangre no se les pegue y nos convierta en objetivos potenciales.
Sí, ya sé que en las películas queda muy épico. Pero en las películas también pintan los combates muy surrealistas y la realidad no es exactamente así, como nos está enseñando Ana Katzen.
Impresiona mucho, pero no suele pasar |
Pero oye, no hace falta practicarse el harakiri por haber incluido una carga equina con pisotones en tu novela. Lo hecho, hecho está. Y ahora toca justificarlo.
Puede haber miles de explicaciones, y yo solo te dejaré una breve lista de excusas recurrentes para cuando te topes como un lector incómodo (como yo):
- Son caballos entrenados
- Es una raza mágica/híbrida
- Son antropófagos (esta opción te da +10 de grimdark)
3. El Mundo de los Pitufos
Escenario habitual: sociedad igualitaria, rey bondadoso, políticas pacifistas y de integración... El mundo de yupi.
¡A la hoguera con tu novela!
Mira, no tengo nada en contra de la creación de civilizaciones mejores que la nuestra, pero sí contra la idealización de sociedades.
No sé si eres habitual del blog, pero si lo frecuentas debes estar hasta las narices de que te repita que sin conflicto no hay novela. Una sociedad en la que nadie es corrupto ni racista, ni belicista... Bueno, simplemente no es creíble.
Inquietante sociedad ideal realizando danzas diabólicas |
Lo siento por ti, pero la naturaleza humana tiende al conflicto, así que un mundo maravilloso y justo va a aburrir a tu lector. Y no solo eso, también se va a cargar el juego de la literatura fantástica: leer con predisposición a creer.
Personalmente soy incapaz de creerme una sociedad tan perfecta y sin máculas, y si ya empiezo a desencantarme por ahí, difícilmente disfrute de la lectura.
Puedo aceptar sociedades igualitarias, o sociedades con un rey bienintencionado. Hasta sociedades sin corrupción. ¿Pero TODO? Ya me disculpareis, pero desde mi óptica eso es demasiado hermoso, más propio de cuentos infantiles (edulcorados por Disney) que de novelas.
Ya sé que cuando escribimos muchas veces buscamos enmendar aquello que odiamos de nuestra propia realidad, pero la idealización no es el camino.
Aún así, si persistes en la creación de sociedades perfectas, permíteme ofrecerte un par de consejos para hacerlas más creíbles (y aún así parecerá una distopía adolescente invertida):
- Es tan idílica que elimina a los disidentes con crueldad.
- La igualdad solo se da en un pequeño colectivo marginal.
- La igualdad es una ilusión creada por máquinas (Matrix).
4. ¡En fila de uno, por favor!
En situación: aguerrido protagonista vs diez gorilas armados... que deciden enfrentarlo de uno en uno.
Yo no sé en qué parte de la instrucción militar quedaron esos soldados, pero lo de ir en fila pasa de moda después de preescolar. Para formar puede quedar muy chulo, pero para una pelea es simplemente ridículo.
No, no queda épico, sino vergonzoso. ¿Es acaso tu novela una película de serie B (pero de las malas, malas)? ¿No, verdad? ¡Pues no me metas escenas de mierda!
Éstos pinginos tienen un motivo para ir en fila. Tus guardias no. |
Hay muchas maneras de hacer épica una pelea, aún si quieres que tu protagonista salga ileso, pero poner por guardias a un grupo de campesinos sin instrucción militar no es una opción.
Para salvar los muebles tras crear una escena así existen muy pocas soluciones, pero como mi obligación es dártelas, aquí te las dejo:
- El lugar de batalla es estrecho, solo permite el 1vs1.
- Tus guardias son mercenarios individualistas.
- Realmente no son guardias, sino campesinos cobardes.
5. Sana, sana, culito de rana
Esto ocurre cuando tu protagonista, herido de muerte, es capaz de guardar dentro sus intestinos y lanzarse a la guerra en apenas diez páginas.
El milagro de la medicina instantánea ha llegado a tus mundos de fantasía (o tu personaje tiene sangre de aloe vera y cicatriza al instante). Las geniales pomadas mágicas no son solo cosa de Los Juegos del Hambre...
Con cariño lo digo: yo una novela así no me la leo. Me gusta la fantasía, sí, pero no tanto como para creer en la curación milagrosa.
"Oh, es que lo ayudaron los (inserte aquí grupo de sabios y poderosos seres de otra raza)".
Ese argumento estaba bien... cuando salieron los primeros libros de fantasía épica. Ahora nadie quiere leer sobre recuperaciones maravillosas por obra y gracia de magos y elfos (o peor aún: porque es El Elegido).
Ya sé que es un coñazo tener indispuesto a tu protagonista durante dos meses, pero también tiene sus cosas buenas: imagina la ansiedad del lector al ver que, mientras el héroe lucha por su vida, los villanos se hacen con el poder, secuestran a la hija del rey, invocan al kráken y convierten el culto a su Dios Gusano en la religión mayoritaria.
Sí, lo vas a tener pegado a la novela con cara de frustración, rezando porque el protagonista recobre fuerzas y solvente la situación. Y si encima cuando decide ponerse en marcha cae preso en combate porque aún está débil, los lectores más sádicos van a llegar al éxtasis absoluto.
"La debilidad del héroe es mi momento de lucirme como personaje" |
Con todo, si perseveras en aligerar el trámite de la sanación a tus personajes, he aquí un par de excusas convincentes para ello:
- Que la cura instantánea tenga un precio elevado*.
- Que la recuperación deje secuelas permanentes.
- Que se requiera X elemento muy escaso (y si lo pones solo en posesión del villano, mejor).
*Cualquier cosa: años de vida, la sangre de un amigo...
Y con esto concluyo por hoy. Existen infinidad de pequeñas cosas que no deberían ocurrir en las novelas de fantasía, pero eso se contará en otras entradas (porque sino, ésta se hace eterna
Si mis soluciones para ellas no os convencen, os invito a proponer mejores opciones en los comentarios, así nos ayudamos todos.
¡Nos leemos! ^^
Lo de la sanación de heridas me ha encantado, sobre todo porque lo que suele ocurrir es que al escritor "se le olvida" que su personaje ha sido herido. En una página le duele terriblemente la mano y en la siguiente está tocando las castañuelas. Y es que muchas veces se pierde hasta la coherencia interna de la obra.
ResponderEliminarMe han gustado mucho tus consejitos ^^ ¡Besos!
Consejitos para salvar los muebles de Alister Mairon, a partir de ahora los venderé así =D
EliminarA mí antes me pasaba, que me olvidaba de dónde se habían lesionado los niños... XD
Por eso, para evitarlo, en la última novela que escribí (y que si los dioses son propicios verá la luz) tenía al lado un monigote y marcaba los puntos donde se había hecho daño ^^' Muy friki, sí. Pero funciona.
¡Nos leemos!
Me encantaaa, lo de los caballos antropófagos ya lo había pensado yo pero con unicornios: había unos bosques malditos a los que nadie se atrevía a entrar porque los unicornios se dedicaban a hacer pinchitos de humano con el cuerno.
ResponderEliminarTeniendo esto en cuenta, lo difícil es que los personajes no mueran xD
Es la gracia: si no hay precariedad y tensión, no hay historia ^^' (Quiero uno de esos unicornios)
EliminarDe hecho no me sorprendería que un unicornio «cornease» a la gente, puesto que, según algunos mitos, hay un factor que condiciona su reacción ante otros seres: la virginidad. Al parecer solo se deja tocar por muchachas vírgenes. En una novela podría decirse que la carencia de virginidad le provoca conductas homicidas. Ya me imagino yo una banda de violadores siendo ensartados por un unicornio.
EliminarEs curioso, pero creo que es más original hacer que importen tu armadura de un país lejano que mandársela hacer al enano/mago de turno. Será que en las novelas de fantasía son más de potenciar el PIB xD
ResponderEliminarYo también soy de olvidarme de dónde he dañado al personaje, así que cuando lo hago me aseguro de que no se pueda mover en una temporada para tenerlo controlado. Menos problemas y más sadismo, que siempre gusta (?)
¡Viva la importación! Y viva el sadismo! ^^
EliminarGracias por presentar un análisis tan elaborado de esos errores tan recurrentes. Son tan habituales que ni siquiera nos percatamos de lo graves que son. Lo de la curación instantánea es un clásico. Me horroriza ver que un personaje cae de un tejado, rompiéndose varias costillas en su impacto contra el suelo, y luego aparece a la semana siguiente caminando por ahí como si nada. No me estoy refiriendo a nadie en concreto. Lo juro.
ResponderEliminarParece que tienen los huesos de goma, algunas veces. A mí es que me encantan esas escenas de héroe herido que aprovecha para confesar aquello que le atormenta:
Eliminar"Armando...-susurra-, tengo que contarte algo. ¿Recuerdas cuando padre te zurró por haber perdido una gallina? En realidad... cof cof... fui yo quien la dejó escapar. No dije nada... porque tenía... miedo"
Algo así mola mucho, y le da +10 de empatía con el lector.
¡Totalmente de acuerdo con tu entrada de hoy!
ResponderEliminarLo de luchar en fila me repatea muchísimo, en Eldest [AVISO DE MINI SPOILER] hay un momento en el que Regan en un combate lucha así, en fila, y termina subido en una montaña de cadáveres tras derrotar a doscientas personas ÉL SÓLO Y TODOS DE UNO EN UNO SIN HUIR DE AHÍ. Como he detestado esa relectura, por dios xD [FIN DEL MINI SPOILER]
He aprovechado tu entrada para darle una repasada a mi historia y no, no cometo ningún gran error. Mis personajes sangran y tardar en recuperarse y no hay ninguna sociedad perfecta xD
¡Oh, dioses! Ya me recordaste esa escena odiosa que tantos años me costó borrar de mi mente XD
EliminarMe alegro de que tu historia haya pasado con nota el examen y que no tengas que modificar nada. De todas formas, como indicaba Marcos, nunca está de más añadir elementos innovadores para hacer más creíbles/novedosas las escenas tópicas.
¡Nos leemos! ^^
¿Y las heridas psicológicas? ¿Es que nadie piensa en las heridas psicológicas?
ResponderEliminarXD Me ha encantado la entrada. Cosas que no tienen puto sentido en la literatura fantástica, parte 1. Yo en una historia que escribiré quizás dentro de una década había pensado en tres tipos de montura: Caballos, una especie de león y una especie de reptil, cada uno con sus ventajas y desventajas a la hora de cargar a una batalla épica.
Mola la idea, la diversidad puede dar mucho juego, sobretodo a nivel de planificación de estrategias de combate (o como elemento cultural, si cada opción es propia de un territorio concreto).
EliminarAsí que, dentro de una década, habrá una lectora deseosa de saber más de esa historia ^^
Respecto al apartado de autosanación, tenía pensado lo siguiente:mi heroína tiene un cetro que hace de todo y entre otras funciones está la autosanación.Puede curar cualquier herida excepto las heridas mortales en el corazón, la cabeza y heridas de cualquier tipo en su marca sagrada que porta en una de sus manos. También tiene otro "pero":la autosanación se debilita a medida que ella se aleje del cetro. Si, por ejemplo,se deja el cetro en la taberna y le asaltan a un kilómetro de él, golpe y adiós.El cetro es como una extensión suya que le permite ser casi invencible pero extremadamente débil sin él.
ResponderEliminarMe gusta, esa fragilidad surgida de depender de un objeto... Dará mucho juego, de eso no hay duda; a fin de cuentas es un pulso contra el destino por ver cuánto aguanta una persona con semejante poder en sus manos =D
Eliminar¡Me ha gustado esta entrada! Lo de ir uno a uno contra el protagonista no es sólo de mundos de fantasía, se me vienen a la mente todo tipo de películas de acción! A veces es tan descarado...
ResponderEliminarLo de los caballos me ha resultado super curioso; no lo sabía, ni que pisoteaban la sangre en la ficción ni que lo odiaban en la realidad. Todos los días se aprende algo, que se dice.
En conclusión, muy acertado todo lo que mencionas y me encanta que además des consejos para solventarlo. Me apunto lo del mundo idílico porque aunque no estoy escribiendo una historia de fantasía, sí que escribo sobre un intento de crear una "ciudad ideal" que a ratos se me va de las manos... y creo que me vendrán bien tus consejos :) ¡Gracias!
De nada, a ti por comentar ^^
EliminarMe alegra leer que mis pobres consejos puedan serte de utilidad a la hora de escribir.
Sobre la caballería, yo me he estado documentando sobre su uso en la Edad Media y me he encontrado más problemas de los esperados con la caballería pesada, que es la que me interesa (la ligera es clara).
ResponderEliminarSegún las fuentes primarias, la pesada parece un tanque que arrase por donde pasa, sin concretar mucho, pero las fuentes secundarias tampoco me aclaran los detalles que me harían falta para describir como se siente un caballero cargando.
¿Alguien sabe de algún libro dónde expliquen estos "aspectos prácticos" de la caballería? Por ejemplo, ¿las protecciones de los caballos eran eficaces? ¿Por qué hay tan pocas batallas donde se ordenó a los arqueros "disparar contra los caballos"? ¿Cómo se enfrentaban a las picas y a las estacas que solían poner arqueros y ballesteros? ¿Cómo hacían los caballos para no quedarse frenados ante la priemra línea? Porque no pueden embestir como hacen en esa escena del Señor de los Anillos. ¿Qué hacían los jinetes con la cantidad de lanzas diseñadas con ganchos para derribarlos?
La historiografía de la guerra es un campo amplio y lleno de incógnitas, como historiadora te lo digo.
EliminarNecesitarías meses de estudio de documentación para dar una respuesta medianamente satisfactoria a tus dudas, y aún así, las conclusiones a las que llegarías apenas pasarían de conjeturas (a no ser que te des a la historia experimental, consigas 40 caballos con equipación concreta, y te lances contra los críos del campo de fútbol más cercano ^^').
Con todo, déjame recomendarte un par de libros. Son manuales bastante específicos, la cual cosa puede hacerlos difíciles de localizar en bibliotecas públicas, pero es lo más adecuado que se me ocurre para dar respuesta a tu inquietud, aún así no puedo asegurar que logren dar respuesta a todas tus dudas:
- La caballería y el mundo caballeresco, de Josef Fleckenstein.
- La Caballería, de Maurice Kenn (editada por Ariel).
- Caballeros medievales y sus armas, de Martín de Riquer.
Éste último tiene un buen apartado dedicado al armamento, aunque no recuerdo si se centra en las armaduras del caballo y las tácticas militares...
De todos modos, puedes consultar libros de historia de la equitación, doma y uso del caballo, a veces hay datos muy interesantes al respecto.
Sobre la experiencia de un caballero, a lo más que puedes aspirar es a tratar de imaginarlo en base a las (fantasiosas) novelas de caballería contemporáneas a los hechos y los cantares de gesta. Sí, está todo muy embellecido, pero es la "mejor" manera de hacerse una idea de lo que se debía sentir. En ese sentido, puedes echarle un ojo a "Amadís de Gaula", "Tirant lo Blanch" o "La chanson de Roland".
Espero que la parrafada te sirva de ayuda ^^'
Muchas gracias por los consejos, las fuentes primarias no me sirven, por desgracia, dan demasiado pocos detalles.
EliminarPero sobre los otros libros que recomiendas, el último me lo he leído, pero no así los otros dos. ¡Muchas gracias! Aunque sean muy específicos, necesito esa información para ambientar mi escrito.
Por ahora, los libros que me he leído sólo dan información contradictoria. Según algunos, los caballos no cargan contra formaciones cerradas. Otros dicen que sí, pero sólo si el caballero llevaba lanza y que se rompía al primer golpe. Según otros, me complico la vida porque en la Edad Media no se hacían muros de escudos y no había formaciones cerradas (y la verdad presentan pruebas para que te creas que eso del muro de escudos vikingo/sajón es una exageración)... Al final nado en un mar de dudas.
Las contradicciones son, en parte, culpa del marco geográfico-cultural en el que se estudia. Pero sí, tienes razón: es un absoluto mar de dudas.
EliminarEspero que al menos esos libros te sirvan para algo ^^
Estos comentarios tienen un año de viejos que en tiempo de internet es como una era geológica, pero igual voy a responder, o dejar que alguien más responda por mi en formato podcast:
Eliminarhttps://co.ivoox.com/es/tortulia-14-los-caballeros-medievales-son-audios-mp3_rf_4766765_1.html
Creo que estos muchachos explican de una manera muy sencilla y bastante redonda los problemas de los caballeros medievales y por qué existieron si no eran tan invencibles ni efectivos como los pintan. en fin que les aproveche.
BTW se echan los primeros diez minutos del podcast hablando de otras cosas así que igual si quieren saltar esa intro eterna el podcast en serio empieza como en el minuto 9.
Saludos :)
Así es: el palafrén es para viajar, y el caballo de batalla para cargar (por eso se usan razas robustas, de los llamados "sangre fría" muchas veces).
ResponderEliminarAhora bien: una cosa es la teoría y el entrenamiento, y otra muy distinta el instinto. Teóricamente, estas bestias están preparadas para ser usadas cual tanque a causa de su robusta estructura. Hasta aquí todos de acuerdo.
Los caballeros cargan contra la primera línea, en pugnas entre señores esta posición es ocupada por campesinos mal armados, de modo que la carga lo que busca es la dispersión y el caos en el ejército rival.
Si en la primera posición encontramos un línea de lanceros, yo no te recomiendo cargar por razones obvias, y la caballería (ligera) pasa a ser usada como ala de batalla: se sitúa en los flancos y se usa para cortar retiradas al rival.
Como ves, los caballos de batalla sí cargan, pero no están pensados para ser usadas como arma en sí mismos, sino más bien como fuerza de impacto para romper la formación enemiga.
Ni el caballo mejor entrenado puede escapar a su instinto, salvo que bloquees sus fosas nasales con un bozal de metal y le tapes los ojos para que solo tenga visión frontal, y aún así no puedes evitar que se encabrite.
A fin de cuentas, no es una idea muy inteligente lanzarse al corazón de un ejército enemigo a lomos de un caballo. Si te caes, el peso de la armadura no te dejará levantarte lo bastante rápido. Si lo hieren y cae, su peso te arrastrará al suelo.
En la medida de lo posible, el caballo ha de ser usado como fuerza de impacto, no como arma, pues sus protecciones, al menos hasta la Baja Edad Media, no están preparadas para una carga peliculera ^^'
Perdón por la parrafada, a lo largo de mi carrera me han hecho leer tanto, que cuando me sacan el tema no puedo evitar explayarme.
Aún así, como ya le respondí a Ernest, el mundo de la caballería y las tácticas de guerra sigue siendo como una madriguera: llena de agujeros, y muchas veces, los planteamientos teóricos no se ajustan con la realidad.
De todos modos, si el tema te interesa, existen muy buenos manuales al respecto, y algunos historiadores no tienen ningún problema en responderte y orientarte si les escribes al correo que tenga habilitado en su página personal.
Muchas gracias por comentar (y por la paciencia de tragarte este rollo) ^^
¿Ustedes dicen «Sana, sana, culito de rana»? Con razón no les funciona el conjuro. Es «Sana, sana, colita de rana».
ResponderEliminarNo tengo nada que añadir a la lista, la verdad. Todos estos son errores que he notado y que yo misma he cometido, sobretodo lo de la carga de caballo. Me tomó algo de investigación entender que a los caballos no les gusta mucho eso de cargar contra algo que, evidentemente, te va a ensartar. Se ve chévere en las películas, pero no.
Con razón no me surtía efecto el conjuro... ^^'
EliminarTodos hemos cometido estas equivocaciones o parecidas (y de forma reincidente), a veces se dan por hecho las cosas y no se investiga lo suficiente y pasa lo que pasa: llega un lector puntilloso como yo y acabas avergonzado y tratando de salvar los muebles como se puede.
Es el caso de las cargas de caballería, se ven tan llamativas que se nos olvida que los caballos no son depredadores, sino presas, y que su instinto más inmediato es huir (cosa distinta ocurre con búfalos y ciervos, que sí suelen embestir...).
Gracias por comentar ^^
Hola! Estoy de acuerdo contigo, siempre y cuando hablemos de una novela histórica, es decir, que recrea una época en concreto y ha de mantenerse a ella a lo largo de la esta... otra cosa muy distinta es la fantasía "épica", que como tal, escapa a toda la lógica, quedando a merced del autor y SU mundo, el creado, con sus leyes (ya sean de la física) pues por ello es fantasía.
ResponderEliminarSi partimos de la base de tu post, entendemos entonces que, un ejemplo básico, El Señor de los Anillos es una sin fin de errores, por ejemplo; los orcos no existen, los elfos no existen, por ende, los caballos que no rehuyen a la sangre tampoco :P
Solo intento expresar mi parecer, espero que no te molestes.
Pero el título de tu entrada da, a mi parecer, una idea equivocada sobre lo que se lee a continuación. Si se trata de hablar de los errores que se comenten en una historia de época no respetando los mínimos conocimientos de la misma (ya sea armaduras, heridas que te dejan medio muerto y no eres superman...) bien, eso es correcto. No obstante, al titular que son errores que pasan en "las novelas de fantasía", el genérico de este título confunde, porque, ni la fantasía es real ni se puede ver el futuro en una bola de cristal para así seguir el antagonista y sus planes de maldad :D
Besotes, y nos leemos.
Tranquila, no me molesto, cada uno es libre de tener su propia opinión sobre un tema y no debería ser censurado por ello. Otra cosa es que no comparta tu punto de vista ^^'
EliminarVeamos, cuando uno escribe novela histórica, debe documentarse MUCHÍSIMO porque trata de recrear un periodo real de nuestra historia (y aún así hay incongruencias y episodios fantasiosos a patadas...).
Y evidentemente, en la fantasía épica se dan momentos de marcado heroísmo donde el realismo se sacrifica en pro de realzar las virtudes del hombre y conferir a la obra un tono heroico. Son las novelas de caballería de nuestros tiempos.
Entiendo y respeto, como escritora que soy, que quien crea un mundo de fantasía es amo y señor del mismo, y que las cosas que en él suceden dependen de su entera voluntad, pero eso no significa que esté dispuesta a tragarme cualquier cosa simplemente porque como escritor no quisiste documentarte bien.
Como dijo Andrés Díaz "toda novela de Fantasía Épica o de Espada y Brujería, si es buena, puede considerarse una “novela histórica” con elementos sobrenaturales".
Aquí ya entra en juego el nivel de tolerancia de cada uno, pero si me dices que tu novela está basada en el medievo, quiero feudalismo, caballeros y espadas. Sí, puedes meter rayos láser, pegasos y indios azules, pero justifícamelo.
Aunque seas el autor de un mundo de fantasía, tienes que establecer unas normas, debe haber un por qué para lo que ocurre y para lo que exista. Por eso Tolkien, a pesar de que sus cargas de caballería no son más que una escena épica (y muy bien escrita), no es, desde mi punto de vista, un escritor que cometiera un sinfín de errores. Al contrario: yo sé perfectamente de dónde salen los elfos y los orcos (en el Silmarillion lo explica TODO), es coherente que existan en su mundo, y por ello me lo creo. Otra cosa es que su novela tenga un tono épico, pero es que en este caso se trata de una alegoría a la condición humana, puedo asumir que se sacrifique parte del realismo.
Ahora bien, asumiré ese sacrificio si, como ya indiqué, veo un verdadero esfuerzo de construcción de mundos: sociedades complejas, economía, geografía... etc. Si ocurren cosas maravillosas y geniales, el argumento de "oh, es que es fantasía" yo al menos no lo quiero; lo considero una excusa. Que algo no sea real no te da derecho a hacer lo que quieras y saltarte a la torera cualquier consideración lógica.
"Ya, pero es que Tolkien..." No, en serio: no hay que escudarse en lo que hizo Tolkien porque nosotros no somos él, ni lo seremos jamás. Él dedicó 50 años de su vida a crear la Tierra Media, ni en mis sueños más pretenciosos equipararía mi novela a las suyas, y mucho menos escudaría en su épica errores que haya cometido por no documentarme bien.
Resumiendo: puedo escribir lo que quiera, sí, pero solo si lo puedo justificar para que resulte lógico al lector y no romper el pacto establecido con él.
Si escribes fantasía grimdark, por poner un ejemplo, y me dices que creas un mundo duro y hostil, pero tu héroe es intocable, y se cura al instante, tu crudo y hostil mundo se va al garete, y mi atención como lector también: me prometiste realismo y aquí todo es maravilloso y el bien triunfo SIEMPRE. No me estás dando lo esperado, y además todo resulta arbitrario...
La fantasía es algo más que la épica. Supongo que pensaste que me refería solo a la fantasía clásica y por eso no te pareció adecuado el título ^^'
Y ya paro, que vaya Sagradas Escrituras me están quedando. Muchas gracias por comentar, es interesante contrastar puntos de vista, así que espero verte por aquí más veces.
¡Nos leemos! ^^