Porque construir personajes es como educar a un hijo...
Recientes lecturas (no reseñadas) han hecho que me planteé abrir una nueva sección en el blog, dedicada por entero al trabajo de construcción de personajes.
Y es que, aunque resulte increíble, todavía hay gente que se mueve en base a estereotipos (que no arquetipos), dando al traste así con historias que podrían haber sido maravillosas y que ahora no pasarán de terribles bodrios.
Como resulta imposible hablar en un mismo post de todos los tipos de personajes, cada una de las entradas referentes a este tema se centrará en un tipo concreto de personaje.
Empezaremos pues con el grupo de personajes que con mayor frecuencia es bañado en estereotipos por los escritores. ¿Sabéis quiénes son?
Los villanos.
Que los malvados me fascinan no es un secreto, hace ya un tiempo dediqué un post entero a la construcción del villano para hacer de él un personaje decente.
Pero no solo yo tengo un imán para estos agentes del caos, de hecho, suele decirse que un héroe brilla en la medida que lo hace su villano: un malchechor mediocre convierte al héroe en un pelele encumbrado.
Así pues, por mucho que tú te alinees con el Lado Luminoso de la Fuerza, o te curras a tus villanos, o tus héroes van a parecer hechos de cartón piedra. Y seguro que no quieres eso.
Como de las formas de encaminar a un personaje en el nada recomendable sendero del Mal ya hablamos, lo que viene a continuación es un listado de características para hacer brillar a nuestros malhechores, sean o no los protagonistas de la historia.
Existen infinidad de tipos de villanos y seguro que al menos uno se adapta a las necesidades de tu historia sin que para ello debas recurrir a estereotipos manidos.
Veamos algunos:
1. El villano sensual
Bautizado así no por su atractivo físico (que puede tenerlo), sino por su capacidad de comerse el escenario cada vez que aparece en la narración. Son personajes magnéticos, que seducen al lector haciéndole desear saber más sobre ellos.
Este tipo de villanos se caracterizan por una desmedida seguridad en sí mismos, un ego como la puerta de Alcalá, y la irritante costumbre de lucir una perpetua sonrisa de suficiencia.
¿Veis lo que decía de comerse el escenario? |
Son el tipo de malvado que no tendría ningún problema en marcarse un número musical colorido si tu historia fuese una película de Disney, un villano que cuida tanto sus planes como sus puestas en escena. ¡Y le sale natural!
Habitualmente trabajan al mando de un grupo de esbirros dignos de lástima, o bien manipulan a terceros para que actúen según sus intereses.
Habitualmente trabajan al mando de un grupo de esbirros dignos de lástima, o bien manipulan a terceros para que actúen según sus intereses.
Por su manera de ser, este tipo de personajes avanzan por la vida convencidos de que se van a comer el mundo, suelen estar de vuelta de todo, y si su pérfido plan fracasa... Bueno, tienen veinte más: la rendición es una desconocida para ellos.
Esta tenacidad, convertida en obsesión por algunos escritores poco dados a reconocer las virtudes de sus villanos, hacen de ellos los antagonistas perfectos para historias de alto movimiento. Su capacidad de adaptación a nuevas circunstancias asegura más de un giro de guión.
Cuando no momentos hilarantes, pues entre sus aptitudes también se cuentan una mente prodigiosa y un desarrollado sentido del humor. Aunque muchas veces, el chiste solo lo ven ellos ^^'
Este tío se lo curró antes de LOTR... Que pregunten en Númenor |
Algunos de los villanos más memorables del cine se incluirían en esta categoría, como por ejemplo El Joker, Loki o Kilgrave. Y Scar. Seguramente Scar también.
2. El villano terrorífico
No tiene por qué ser una monstruosa cucaracha del espacio sideral, de hecho puede ser un tirillas de manual y seguir englobado en esta categoría, pues estamos hablando de malvados que ponen los pelos de punta.
Tal vez sea su parecido con cualquier persona sin aspiraciones a genio del mal lo que los hace tan aterradores a ojos del lector.
Por norma general son villanos tranquilos, que gustan de llevar una vida pública apacible y que apenas causan revuelo entre sus vecinos. Son el "siempre saludaba" de la literatura.
A causa de este hecho, los malhechores que presentan perfiles de este tipo suelen hallarse con más facilidad en obras de terror o novelas policíacas, siendo en casi la totalidad de los casos seres humanos.
EL EJEMPLO |
Otro tipo de villano terrorífico sería el de aspecto siniestro, el que causa pavor más por las capacidades que se le adivinan que por la apariencia que pueda presentar.
Ejemplo de esto sería el Dr. Facilier (Tiana y el sapo), que nos causa pesadillas por el poder que maneja, no por su apariencia o su fuerza.
Seguramente también pondría a César, el villano de Sorgina, en esta categoría. Aunque claro, eso es algo que deberían decidir los lectores ^^'
Ah, si no habéis leído la novela, os informo de que hay un concurso activo (hasta el 12 de febrero) organizado por Dalayn en el que podéis adquirir un ejemplar.
Seguramente también pondría a César, el villano de Sorgina, en esta categoría. Aunque claro, eso es algo que deberían decidir los lectores ^^'
Ah, si no habéis leído la novela, os informo de que hay un concurso activo (hasta el 12 de febrero) organizado por Dalayn en el que podéis adquirir un ejemplar.
3. El villano autosuficiente
En este grupo se incluyen aquellos villanos que se bastan solitos para hacer lo que se proponen. Igual que los villanos sensuales, también gozan de un grandísimo ego y de la fe ciega en sus capacidades.
Ahora bien, el hecho de ser unos freelance del Mal los obliga a ser también muy conscientes de sus propias limitaciones, de modo que intentarán por todos los medios no exponerse a situaciones potencialmente peligrosas.
Lo que más les gusta es jugar en casa, sabiendo que tienen la partida ganada de antemano. Por este motivo, son el complemento perfecto a héroes que destaquen más por su ingenio que por su fuerza física.
Y menuda fuerza... |
Básicamente porque el 90% de villanos incluidos en esta categoría son grandes bestias como Smaug o el egocéntrico Tamatoa (Vaiana), a los cuales no puedes ganar por la fuerza, sino mediante el engaño.
Este tipo de malhechor lo único que despierta en el lector es rabia: son tan mezquinos y miserables que cualquier desgracia que les ocurra será vitoreada por el público.
No suelen aparecer como antagonistas principales, pues suelen ser por naturaleza cobardes, prefiriendo retirarse antes que pelear para lograr sus objetivos, de modo que son perfectos para utilizar como rivales temporales.
Gríma es el paradigma de este tipo de villano, pues se trata de una criatura vil y manipuladora, pero que carece de poder por sí mismo, motivo por el cual huye como una rata a la primera de cambio.
También los Thenardier forman parte de tan selecto elenco de seres despreciables, porque lo que más rabia da de este tipo de personajes es su capacidad para putear a los que se hallan en peor situación con alevosía y crueldad.
Y es que además, suelen encajar en el perfil de ciudadano ejemplar y respetable de la sociedad en la que viven: legisladores, consejeros, el hermano del rey, el mayordomo...
Vamos, que te dan rabia porque cuentan con la presunción de inocencia solo por ser quienes son ¬¬
Este da pavor porque actúa como una fuerza desatada de la naturaleza: no atiende a más razones que a su deseo de destrucción.
Carecen de la capacidad de razonar, o están tan cegados por la sed de violencia que son incapaces de hacerlo. Este es el detalle que los diferencia de los villanos autosuficientes.
Su mejor baza es la brutalidad sin límites, el instinto más primario y animal, motivo por el cual la mayoría de estos villanos no son humanos, sino un amplio espectro de monstruos y de grotescas criaturas.
Trolls, gigantes, licántropos y vampiros (en su forma más brutal) componen este variopinto grupo, cuyo representante más famoso es el Balrog.
Podríamos incluir también aquí a deidades del caos o fuerzas naturales: dioses del fuego, del trueno, de los volcanes... De hecho, una tormenta por sí misma podría ser considerada un villano de estas características.
Sucede que a veces, el malhechor actúa sin ser consciente de que es el villano de la historia. La mayoría simplemente buscan cumplir con su deber, y en el camino se convierten en el principal obstáculo del héroe.
Su motor de acción es el cumplimiento del deber, son diligentes y trabajadores, pero el punto de vista de la historia convierte esta dedicación en el ejercicio del mal.
Contado la historia desde otro prisma, estos villanos representarían, con sus luces y sombras, a unos ciudadanos modélicos que solo buscan hacer su trabajo.
Javert o el Juez Frollo encajan en este modelo: su objetivo es cumplir con su deber, sin cuestionarse el daño que esta manera de actuar puede causar en terceras personas, a las cuales, por cierto, consideran culpables y merecedoras de todo mal.
Es muy posible que el arrepentimiento o la muerte sean el destino de estos villanos, pues al percatarse del error cometido, prefieren quitarse la vida, o por el contrario se dejan matar antes que reconocer que se han equivocado.
A grandes rasgos, estos son los tipos de villanos más usuales en la literatura, y lo mejor de todo es que son combinables entre sí.
Prueba a mezclarlos para encontrar al villano que hará única y especial tu historia. Añádeles tu toque personal y procura evitar a toda costa el malo gratuito, que con Voldemort y los Chandrian ya hemos tenido más que suficiente.
Además, recordad que lo aquí expuesto no son más que patrones para crear el esqueleto de vuestros malhechores, necesitaréis un poco más de trabajo para dotarlo de una personalidad propia.
Pensad que la vileza es como un vestido, a cada uno nos queda bien un tipo distinto. Tu obligación como escritor es encontrar el outfit adecuado para tu malhechor.
¡Nos leemos! ^^
4. El villano odioso
Este tipo de malhechor lo único que despierta en el lector es rabia: son tan mezquinos y miserables que cualquier desgracia que les ocurra será vitoreada por el público.
No suelen aparecer como antagonistas principales, pues suelen ser por naturaleza cobardes, prefiriendo retirarse antes que pelear para lograr sus objetivos, de modo que son perfectos para utilizar como rivales temporales.
Vaya tipejo ingrato... |
Gríma es el paradigma de este tipo de villano, pues se trata de una criatura vil y manipuladora, pero que carece de poder por sí mismo, motivo por el cual huye como una rata a la primera de cambio.
También los Thenardier forman parte de tan selecto elenco de seres despreciables, porque lo que más rabia da de este tipo de personajes es su capacidad para putear a los que se hallan en peor situación con alevosía y crueldad.
Y es que además, suelen encajar en el perfil de ciudadano ejemplar y respetable de la sociedad en la que viven: legisladores, consejeros, el hermano del rey, el mayordomo...
Vamos, que te dan rabia porque cuentan con la presunción de inocencia solo por ser quienes son ¬¬
5. El villano brutal
Este da pavor porque actúa como una fuerza desatada de la naturaleza: no atiende a más razones que a su deseo de destrucción.
Carecen de la capacidad de razonar, o están tan cegados por la sed de violencia que son incapaces de hacerlo. Este es el detalle que los diferencia de los villanos autosuficientes.
Su mejor baza es la brutalidad sin límites, el instinto más primario y animal, motivo por el cual la mayoría de estos villanos no son humanos, sino un amplio espectro de monstruos y de grotescas criaturas.
Una fuerza desatada e irracional |
Trolls, gigantes, licántropos y vampiros (en su forma más brutal) componen este variopinto grupo, cuyo representante más famoso es el Balrog.
Podríamos incluir también aquí a deidades del caos o fuerzas naturales: dioses del fuego, del trueno, de los volcanes... De hecho, una tormenta por sí misma podría ser considerada un villano de estas características.
6. El villano por accidente
Sucede que a veces, el malhechor actúa sin ser consciente de que es el villano de la historia. La mayoría simplemente buscan cumplir con su deber, y en el camino se convierten en el principal obstáculo del héroe.
Su motor de acción es el cumplimiento del deber, son diligentes y trabajadores, pero el punto de vista de la historia convierte esta dedicación en el ejercicio del mal.
Aquí mi personaje favorito de Los Miserables |
Contado la historia desde otro prisma, estos villanos representarían, con sus luces y sombras, a unos ciudadanos modélicos que solo buscan hacer su trabajo.
Javert o el Juez Frollo encajan en este modelo: su objetivo es cumplir con su deber, sin cuestionarse el daño que esta manera de actuar puede causar en terceras personas, a las cuales, por cierto, consideran culpables y merecedoras de todo mal.
Es muy posible que el arrepentimiento o la muerte sean el destino de estos villanos, pues al percatarse del error cometido, prefieren quitarse la vida, o por el contrario se dejan matar antes que reconocer que se han equivocado.
A grandes rasgos, estos son los tipos de villanos más usuales en la literatura, y lo mejor de todo es que son combinables entre sí.
Prueba a mezclarlos para encontrar al villano que hará única y especial tu historia. Añádeles tu toque personal y procura evitar a toda costa el malo gratuito, que con Voldemort y los Chandrian ya hemos tenido más que suficiente.
Además, recordad que lo aquí expuesto no son más que patrones para crear el esqueleto de vuestros malhechores, necesitaréis un poco más de trabajo para dotarlo de una personalidad propia.
Pensad que la vileza es como un vestido, a cada uno nos queda bien un tipo distinto. Tu obligación como escritor es encontrar el outfit adecuado para tu malhechor.
¡Nos leemos! ^^
Muy buena entrada. A mí también me gustan los villanos, especialmente los que son muy humanos y tienen limitaciones. Al menos, los que son humanos. Mi favorito es el villano por accidente; es muy carismático.
ResponderEliminarPuede que no sea el mejor, pero uno de los villanos más reales es Le Chiffre de Casino Royale. No diría que es mi favorito, pero destaca.
Hola, Alister.
ResponderEliminarMe gustó mucho la entrada. un buen villano no solo puede comerse toda la historia, sino que arrastran al héroe a una espiral de donde parece no existir escapatoria hasta que uno de los dos muera. Claro que allí es donde encaja el ingenio del héroe, si es que quiere hallar otra solución.
En lo particular, creo que el villano brutal puede representar el mayor de los desafíos, porque no existe razonamiento ni redención que le valga. Claro que esto puede jugarle en contra, como sucede en Drácula, donde mencionan que, en su malevolencia, el conde tiene una mente "infantil", que siempre recurre a las mismas formas de actuar.
Saludos.