Una de las grandes preguntas que un escritor puede llegar a plantearse a la hora de dar a conocer su obra es si utilizará su nombre real o un seudónimo para firmarlas.
En la mayoría de los casos, las personas suelen decantarse por la primera opción. Total, si escriben ellos, que se les reconozca el trabajo con nombre y apellidos.
¿Pero qué sucede con el otro grupo? ¿Por qué deciden usar seudónimo? ¿Qué factores les llevan a ello?
Si quieres dar respuesta a esta preguntas y descubrir si necesitas realmente un alter ego literario, sigue leyendo ;)
Motivos para no dar nuestro nombre real los hay a patadas y todos ellos son legítimos. A fin de cuentas, esta es una decisión personal que debe convencerte solamente a ti, no a tu entorno o a la sociedad.
Si tenéis curiosidad, os invito a echar un ojo más tarde a este maravilloso post de David Orell, donde más de una veintena de autores ofrecen su punto de vista entorno a este tema.
En cualquier caso, muchos de los argumentos dados a favor del seudónimo giran entorno a cuestiones de sexo, género y roles sociales, que es sobre lo que vamos a tratar a continuación.
Y no, no me voy a centrar solo en las mujeres que escriben con nombre de hombre y viceversa porque el género que les gusta es "demasiado masculino/femenino". Vamos a ir un poquito más allá.
1. No quiero un cambio de trato
Los escritores somos personas con tendencias asociales: la gran vida interior que cultivamos nos hace reacios al contacto con las multitudes. Por eso vemos en el seudónimo una forma de escapar del bullicio. O mejor: de cuidar nuestra tranquila y cómoda rutina diaria.
Seamos francos (que no dictadores), todos y cada uno de los juntaletras con los que puedas relacionarte sueñan con la fama y la gloria, con viajes pagados y firmas en el extranjero.
Pero al mismo tiempo, no quieren renunciar a la tranquilidad de poder salir a la calle y comprar el pan sin que un grupo de forofos de su trabajo le asalte. Y el seudónimo permite precisamente eso: mantener la vida de escritor lejos del ámbito de lo privado.
Esta circunstancia está en muchos casos relacionada con las cuestiones de género. No son pocas las escritoras que optan por el seudónimo para proteger su intimidad o para huir de preguntas tipo: ¿Y tu pareja qué opina de que escribas? ¿Cuando seas madre dejarás de escribir? ¿Es la escritura un impedimento al matrimonio?
Y en situación semejante se encuentran los escritores varones, a quienes se les atribuyen todo tipo de vicios sobre los cuales son interrogados: ¿Ser escritor es un arma de seducción? ¿Es usted un alma tan sensible que parece femenina? ¿La escritura le ha conducido a un mundo de vicio y perversión que lo hace un monstruo a ojos de las mujeres*?
Cuando nadie sabe quién demonios eres (ni qué demonios eres), no te cruzas con impertinentes que vengan a husmear en tu vida privada, y a cuestionarla, claro porque se ve que ser personaje público es motivo de peso para que cuestionen tu forma de vida en lugar de hablar de tu trabajo.
* Porque claro, cualquier entrevistador que haga este tipo de preguntas también dará por hecho que eres cis heteronormativo...
Los escritores somos personas con tendencias asociales: la gran vida interior que cultivamos nos hace reacios al contacto con las multitudes. Por eso vemos en el seudónimo una forma de escapar del bullicio. O mejor: de cuidar nuestra tranquila y cómoda rutina diaria.
Escritora comprando pan tranquilamente gracias al seudónimo |
Seamos francos (que no dictadores), todos y cada uno de los juntaletras con los que puedas relacionarte sueñan con la fama y la gloria, con viajes pagados y firmas en el extranjero.
Pero al mismo tiempo, no quieren renunciar a la tranquilidad de poder salir a la calle y comprar el pan sin que un grupo de forofos de su trabajo le asalte. Y el seudónimo permite precisamente eso: mantener la vida de escritor lejos del ámbito de lo privado.
Esta circunstancia está en muchos casos relacionada con las cuestiones de género. No son pocas las escritoras que optan por el seudónimo para proteger su intimidad o para huir de preguntas tipo: ¿Y tu pareja qué opina de que escribas? ¿Cuando seas madre dejarás de escribir? ¿Es la escritura un impedimento al matrimonio?
Y tras esas preguntas, se va el keep calm a tomar por el culo ^^' |
Y en situación semejante se encuentran los escritores varones, a quienes se les atribuyen todo tipo de vicios sobre los cuales son interrogados: ¿Ser escritor es un arma de seducción? ¿Es usted un alma tan sensible que parece femenina? ¿La escritura le ha conducido a un mundo de vicio y perversión que lo hace un monstruo a ojos de las mujeres*?
Cuando nadie sabe quién demonios eres (ni qué demonios eres), no te cruzas con impertinentes que vengan a husmear en tu vida privada, y a cuestionarla, claro porque se ve que ser personaje público es motivo de peso para que cuestionen tu forma de vida en lugar de hablar de tu trabajo.
* Porque claro, cualquier entrevistador que haga este tipo de preguntas también dará por hecho que eres cis heteronormativo...
2. Huir del privilegio
También es posible encontrar autores que deciden usar un seudónimo para huir de ciertos privilegios que les vienen dados de serie por razón de su sexo o género.
El otro día, durante la fiesta de clausura de Llibreria ChronosAlister no llores, tuve el gusto de cruzar unas palabras con una chica (a la que llamaré Miss Saturday para preservar su intimidad) que afirmaba querer dar el salto a la literatura con un seudónimo neutro por miedo a que la juzgaran antes por su sexo que por su trabajo.
Según explicaba, al haberse movido en el mundo del dibujo y la ilustración, habían contactado en no pocas ocasiones con ella para dar charlas o formar parte de mesas de debate en entornos feministas o centros de la mujer.
Lo que esta chica se cuestionaba a veces es si la llamaban para dar estas charlas porque valoraban su trabajo como artista y querían usarla de referente para otras chicas, o si simplemente la avisaban por el hecho de ser mujer. Y esta perspectiva, como es lógico, no le gustaba nada en absoluto.
Como esta chica, muchas son las autoras que hoy en día optan por utilizar seudónimo para publicar sus obras por miedo a convertirse en "una mujer que..." en lugar de ser simplemente ellas, con nombre y apellidos.
El mismo caso puede darse en hombres, desde luego, aunque no conozco personalmente ningún caso parecido al de Miss Saturday. De modo que si tenéis noticia de alguno, dejadlo en los comentarios para que lo añada ;)
3. Zas, en toda la boca
En el último grupo de los fans del seudónimo se encuentran los escritores que utilizan uno con el fin de dejar con tres palmos de boca abierta a su audiencia.
La provocación es innata en muchos juntaletras, así como la denuncia ante las injusticias sociales. Escribir es una forma de cambiar la sociedad, y desde que los escritores nos hemos convertido en imagen de nuestra propia marca personal, también nosotros somos estandarte de las luchas que abanderamos.
Por eso no os extrañe que esa dulce escritora que teclea sobre romántica y homoerótica resulte ser un señor barbudo. Al igual que ese escocés borracho que escribe westerns descarnados acabe resultando ser una jovencita de baja estatura y dulces rasgos faciales.
Y es que a veces no hay nada mejor que poner a las personas frente a sus ideas preconcebidas para que sen den cuenta de lo ridículo que resulta dividir el mundo en cosas de hombres o cosas de mujeres.
Con estas reflexiones, espero que vuestra idea sobre el seudónimo como máscara se haya enriquecido. Ahora cuando os encontréis con un libro entre manos, sobre todo si desconocéis al autor, espero que reflexionéis sobre ello y no deis nada por sentado.
¡Nos leemos! ^^
El otro día, durante la fiesta de clausura de Llibreria Chronos
Según explicaba, al haberse movido en el mundo del dibujo y la ilustración, habían contactado en no pocas ocasiones con ella para dar charlas o formar parte de mesas de debate en entornos feministas o centros de la mujer.
¿Me quieres por mi trabajo o por mi género? |
Lo que esta chica se cuestionaba a veces es si la llamaban para dar estas charlas porque valoraban su trabajo como artista y querían usarla de referente para otras chicas, o si simplemente la avisaban por el hecho de ser mujer. Y esta perspectiva, como es lógico, no le gustaba nada en absoluto.
Como esta chica, muchas son las autoras que hoy en día optan por utilizar seudónimo para publicar sus obras por miedo a convertirse en "una mujer que..." en lugar de ser simplemente ellas, con nombre y apellidos.
El mismo caso puede darse en hombres, desde luego, aunque no conozco personalmente ningún caso parecido al de Miss Saturday. De modo que si tenéis noticia de alguno, dejadlo en los comentarios para que lo añada ;)
3. Zas, en toda la boca
En el último grupo de los fans del seudónimo se encuentran los escritores que utilizan uno con el fin de dejar con tres palmos de boca abierta a su audiencia.
La provocación es innata en muchos juntaletras, así como la denuncia ante las injusticias sociales. Escribir es una forma de cambiar la sociedad, y desde que los escritores nos hemos convertido en imagen de nuestra propia marca personal, también nosotros somos estandarte de las luchas que abanderamos.
Los escritores, como Scaramouche, tenemos tendencia a la provocación |
Por eso no os extrañe que esa dulce escritora que teclea sobre romántica y homoerótica resulte ser un señor barbudo. Al igual que ese escocés borracho que escribe westerns descarnados acabe resultando ser una jovencita de baja estatura y dulces rasgos faciales.
Y es que a veces no hay nada mejor que poner a las personas frente a sus ideas preconcebidas para que sen den cuenta de lo ridículo que resulta dividir el mundo en cosas de hombres o cosas de mujeres.
Con estas reflexiones, espero que vuestra idea sobre el seudónimo como máscara se haya enriquecido. Ahora cuando os encontréis con un libro entre manos, sobre todo si desconocéis al autor, espero que reflexionéis sobre ello y no deis nada por sentado.
¡Nos leemos! ^^
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Recuerda que al comentar en esta página estás aceptando nuestra política de privacidad. Puedes obtener más información al respecto en el siguiente enlace:
http://escribeconingenio.blogspot.com/p/politicas-de-privacidad.html