Porque la divinidad es algo relativo y cambiante.
Título: American Gods
Editorial: Rocabolsillo
Autor: Neil Gaiman
EDICIÓN
Formato: Tapa blanda
Nº de páginas: 560
Año de edición: 2013
Precio de compra: 9,95€
Nº de páginas: 560
Año de edición: 2013
Precio de compra: 9,95€
(Puedes adquirirlo aquí)
PUNTUACIÓN: 3/5 ★★★
¿Alguna vez te has preguntado qué pasa con los dioses cuando sus cultos y sus fieles desaparecen? ¿No te has planteado nunca qué aspecto tendrían si vivieran entre nosotros?
Si estas preguntas (y otras del mismo estilo) te han pasado por la cabeza en alguna ocasión, debo decirte que estás de suerte: acabas de encontrar el libro adecuado para darles respuesta con mucho humor negro.
Antes de nada, debo confesar que mi relación con el autor de esta historia es algo contradictoria. Para mí, el afamado Neil Gaiman es un autor que no suele entrarme fácilmente. Y la verdad es que no sé muy bien por qué.
Ya en su momento me costó entrar en el mundo de Neverwhere y en esta ocasión me ha vuelto a suceder prácticamente lo mismo. Será porque a mí me gustan las historias que tienen arranques acelerados y American Gods no es una de ellas.
De hecho, lo primero que debo deciros sobre esta novela es que su ritmo es pausado. A excepción de capítulos puntuales, en los que tendremos el gusto de conocer sobre las vicisitudes de varios secundarios muy interesantes, la totalidad de la historia se narra desde el punto de vista de su protagonista, Sombra.
Y esto, para bien o para mal, condicionará la velocidad con la que, como lectores, comprendemos lo que sucede a nuestro alrededor. En otras palabras: conectaréis tanto con el protagonista que hasta vais a compartir su desconcierto.
La historia se pone en marcha en el momento en el que Sombra sale de la cárcel y encuentra que su vida se ha hecho pedazos: su mujer y su mejor amigo han muerto en un accidente de tráfico y con ello ha perdido el trabajo y al amor de su vida en menos de veinticuatro horas.
Por si con esto no fuera suficiente, un misterioso caballero que se hace llamar Wednesday irrumpe en su vida para ofrecerle un trabajo estable de esos que tienen toda la pinta de que van a devolverte a la celda antes de que te des cuenta.
Pero el tal Wednesday no es quien dice ser. Y junto a su inquietante presencia, Sombra descubrirá dos cosas bastante inquietantes:
1. Los dioses existen y están entre nosotros.
2. Se avecina una guerra entre los antiguos poderes y los dioses modernos (la Ciudad, el Ordenador, la TV...).
Con tan interesante premisa, solo faltaba un elenco variopinto e integrador. Que es precisamente lo que nos ofrece Gaiman en esta historia. A fin de cuentas, las deidades que poblaron el continente americano acompañando a los invasores colonos, eran diversos, ¿no?
Ambientes decadentes, profesiones sórdidas... Miseria y malvivir salpimientan una historia que es, a ratos intensa y a ratos desgarradora. Pero siempre trágicamente humana.
Podría decirse pues que American Gods es el tipo de historia que podría ocurrirle a la más anodina de las personas y que sirve para poner de manifiesto una realidad que a veces nos pasa a todos un poco desapercibida.
El verdadero poder de los dioses no son sus atributos ni su carácter, sino la devoción de sus fieles. Un dios al que nadie reza se convierte en un paria que anda la tierra sin rumbo, malviviendo de las migas que puede conseguir.
No es otro que el ser humano quien realmente condena o salva a los dioses de esta novela. Y con ello creo que Gaiman quiere decirnos (o al menos así lo he entendido) que nosotros como individuos tenemos poder más allá de cultos y modas extrañas.
Si podemos ser alguien sin Odín, ¿por qué no deberíamos ser también capaces de dominar a Internet?
En resumen, si os flipa la mitología, las mezclas multiculturales y los personajes de pasado tormentoso y presente de malvivir, American Gods es vuestra historia.
Y si no estáis convencidos, echadle primero un vistazo a la serie. Eso sí, cuando no haya niños delante, porque al igual que en la novela, el sexo explícito y las palabras malsonantes son una constante más.
¡Nos leemos! ^^
¿Alguna vez te has preguntado qué pasa con los dioses cuando sus cultos y sus fieles desaparecen? ¿No te has planteado nunca qué aspecto tendrían si vivieran entre nosotros?
Si estas preguntas (y otras del mismo estilo) te han pasado por la cabeza en alguna ocasión, debo decirte que estás de suerte: acabas de encontrar el libro adecuado para darles respuesta con mucho humor negro.
Antes de nada, debo confesar que mi relación con el autor de esta historia es algo contradictoria. Para mí, el afamado Neil Gaiman es un autor que no suele entrarme fácilmente. Y la verdad es que no sé muy bien por qué.
Ya en su momento me costó entrar en el mundo de Neverwhere y en esta ocasión me ha vuelto a suceder prácticamente lo mismo. Será porque a mí me gustan las historias que tienen arranques acelerados y American Gods no es una de ellas.
De hecho, lo primero que debo deciros sobre esta novela es que su ritmo es pausado. A excepción de capítulos puntuales, en los que tendremos el gusto de conocer sobre las vicisitudes de varios secundarios muy interesantes, la totalidad de la historia se narra desde el punto de vista de su protagonista, Sombra.
Y esto, para bien o para mal, condicionará la velocidad con la que, como lectores, comprendemos lo que sucede a nuestro alrededor. En otras palabras: conectaréis tanto con el protagonista que hasta vais a compartir su desconcierto.
La historia se pone en marcha en el momento en el que Sombra sale de la cárcel y encuentra que su vida se ha hecho pedazos: su mujer y su mejor amigo han muerto en un accidente de tráfico y con ello ha perdido el trabajo y al amor de su vida en menos de veinticuatro horas.
Sombra y Wednesday (sí, hay serie) |
Por si con esto no fuera suficiente, un misterioso caballero que se hace llamar Wednesday irrumpe en su vida para ofrecerle un trabajo estable de esos que tienen toda la pinta de que van a devolverte a la celda antes de que te des cuenta.
Pero el tal Wednesday no es quien dice ser. Y junto a su inquietante presencia, Sombra descubrirá dos cosas bastante inquietantes:
1. Los dioses existen y están entre nosotros.
2. Se avecina una guerra entre los antiguos poderes y los dioses modernos (la Ciudad, el Ordenador, la TV...).
Con tan interesante premisa, solo faltaba un elenco variopinto e integrador. Que es precisamente lo que nos ofrece Gaiman en esta historia. A fin de cuentas, las deidades que poblaron el continente americano acompañando a los invasores colonos, eran diversos, ¿no?
Ambientes decadentes, profesiones sórdidas... Miseria y malvivir salpimientan una historia que es, a ratos intensa y a ratos desgarradora. Pero siempre trágicamente humana.
Podría decirse pues que American Gods es el tipo de historia que podría ocurrirle a la más anodina de las personas y que sirve para poner de manifiesto una realidad que a veces nos pasa a todos un poco desapercibida.
El verdadero poder de los dioses no son sus atributos ni su carácter, sino la devoción de sus fieles. Un dios al que nadie reza se convierte en un paria que anda la tierra sin rumbo, malviviendo de las migas que puede conseguir.
No es otro que el ser humano quien realmente condena o salva a los dioses de esta novela. Y con ello creo que Gaiman quiere decirnos (o al menos así lo he entendido) que nosotros como individuos tenemos poder más allá de cultos y modas extrañas.
Si podemos ser alguien sin Odín, ¿por qué no deberíamos ser también capaces de dominar a Internet?
En resumen, si os flipa la mitología, las mezclas multiculturales y los personajes de pasado tormentoso y presente de malvivir, American Gods es vuestra historia.
Y si no estáis convencidos, echadle primero un vistazo a la serie. Eso sí, cuando no haya niños delante, porque al igual que en la novela, el sexo explícito y las palabras malsonantes son una constante más.
¡Nos leemos! ^^
Sombra! Eso explica por qué me morí del aburrimiento a tal punto que no lo conseguí terminar. Y es que pese a que todo se veía muy interesante, los dioses modernos, los dioses antiguos, su guerra interna y cómo se alimentan de los humanos y todo en general pues su protagonista me mataba del aburrimiento. Me frustraba muchisimo lo muerto que era, frente a él pasaba mierda sobrenatural y emocionante y él, con cara de muerto, no se inmutaba cuando #Spoiler ¡VEÍA A SU EX MUERTA VOLVER A LA VIDA COMO UN ZOMBI! ¡REACCIONA, PEDAZO DE CRIATURA! ¡QUE ES EL PUTO LOKI CON QUIEN ESTAS HABLANDO! ¡QUE ACABAS DE CONOCER A MEDIO PANTEON EGIPCIO! ¡LA TELE TE ESTÁ HABLANDO. TE ESTÁ HABLANDO! ¡¿POR QUÉ TODO LO INTERESANTE LE PASA A ESTE PERSONAJE ABURRIDISIMO TOTALMENTE CHOF?!
ResponderEliminarTienes mucha razón, Sombra es un personaje bastante apático. Aunque yo creo que casa muy bien con el tono de la historia.
EliminarYo (al igual que dicen en otro comentario) tampoco lo conseguí terminar. Me pareció que a mitad de la novela el ritmo narrativo se detenía de golpe que me sentí defraudada. Continué y a poco del final pensé «ya está bien, tengo cosas mejores que leer». Una gran decepción y un problema que encuentro una y otra vez en los libracos: le sobran la mitad de las páginas.
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