Porque el arte de embaucar es inevitable, pero sutil.
A menudo a los escritores nos gusta jugar con el lector. Queremos que disfrute al leernos y por eso nos las ingeniamos para que nuestras historias le resulten amenas e interesante.
Por este motivo, muchos escritores gustan de hacer uso del cliffhanger. O directamente se valen de sus personajes para crear fabulosos e inesperados giros de guión.
Y es que hay que ser sinceros, apreciados lectores: el narrador puede llegar a engañarte.
Uno de los motivos por los que últimamente está arrasando el formato de PoV en la literatura de género es porque permite a los escritores dosificar la información y mantener la incógnita narrativa por más tiempo.
El narrador personaje (PoV) nos cuenta la historia desde su punto de vista. Por lo tanto, lo que ofrece al lector es una información sesgada. O directamente una interpretación personal de los hechos.
Será necesario jugar con otros puntos de vista o personajes para que, a la manera de un puzzle, la historia se vaya desplegando ante el lector. Y será él en última instancia quien decidirá cuál es La Verdad.
Algunas de las combinaciones de PoV narrativos que dan mejores resultados son las siguientes:
A) Protagonista-Antagonista
Esta es tal vez el modo más básico de la técnica de puntos de vista. El héroe protagonista y el villano son quienes cuentan la historia alternando sus perspectivas.
Un ejemplo de ello lo tenéis en la trilogía de Bartimeo, de Jonathan Stroud. En esta serie juvenil, Nathaniel y el djinn Bartimeo son quienes alternan los capítulos para relatarnos sus aventuras y desventuras.
El "amable" Bartimeo y sus pullas hacían de su narración una joya |
También mi novela Sorgina cumple con este esquema; la narración se cuenta a través de los ojos de Paloma (protagonista) y de César, su perseguidor.
Se trata de un formato que se adecua muy bien a historias cortas o con pocos hilos argumentales. Nos permite, capítulo a capítulo, que las tramas de la novela (no más de dos en este tipo de narraciones) avancen paralelas y equilibradas.
B) Dualismo + complementarios
Algo parecido al esquema anterior. La narración tienen como pilar fundamental el punto de vista del protagonista y de sus rival. Pero no solo ellos narrarán la historia.
Otros personajes secundarios intervendrán en la historia aportando su propio punto de vista y matizando los datos aportados por los narradores principales.
Este método, adecuado a novelas de cualquier extensión, resulta especialmente útil cuando la acción sucede en varios escenarios distintos o se produce la separación de nuestros personajes en varios subgrupos.
Otro grupo de bellísimas personas ^^' |
La novela Delbaeth Rising: Camino de Odio presenta este esquema. Gran parte de la historia la conocemos por boca del elfo Delbaeth y de su enemigo, Gumbald el Rubio.
Sin embargo, otros personajes como Decoyen, espía de Gumbald, intervienen en la narración y dan al lector datos adicionales sobre los demás personajes o acerca de las acciones que están llevándose a cabo de espaldas a lo mismos.
Utilizar este modelo hace más complicado engañar al lector, pues dispondrá de más información gracias a los distintos puntos de vista. Sin embargo, sí puede llegar a causarle desconcierto.
Ej. En el capítulo anterior el protagonista salía victorioso y obtenía el preciado mapa de manos de su rival. En el capítulo siguiente, el esbirro del villano es felicitado por haber sustraído el mapa original y engañado al héroe para que robase una falsificación.
C) Melé de PoV
O dicho de otro modo: Canción de Hielo y Fuego. Aquí casi todos los personajes cuentan con su propio punto de vista. Y dado que la historia es compleja y extensa, eso supone una pesadilla (especialmente para lectores con poca memoria).
Es tanta la información que recibe el lector si ponemos en práctica esta técnica, que resulta muy sencillo inducirle a equívocos o jugar con su percepción.
La posibilidad de que se pasen por alto frases clave es directamente proporcional al volumen de personas que parloteen en la novela. El resultado: giros de guión que solo ves venir una vez han ocurrido y sorpresa permanente.
Lector sometido a una novela con 20 PoV |
Ahora bien, hacerse cargo de tamaña cantidad de narradores es un infierno, por muy buena escaleta que hagas. De modo que se desaconseja usar este modo de narración para historias en formato breve o novelas auto-conclusivas.
De no hacerlo así, corremos el riesgo de aburrir al lector. O de matarlo de un derrame cerebral al resultarle imposible comprender cómo puede pasar tanto en tan poco espacio.
Como veis, los narradores personaje sirven para darle juego a nuestras historias, seducir al lector. Y sobre todo, sorprenderle en el momento más inesperado.
¿Qué os parece? ¿Sois adeptos a este modo narrativo o por el contrario os resulta un calvario?
¡Nos leemos! ^^
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