El pasado fin de semana tuvo lugar la Fira Literal de Barcelona, un encuentro del sector del libro que este año ha debido postergarse hasta diciembre por causa del Covid.
Pese al virus, la Literal pudo llevar a cabo sus charlas temáticas, que pudieron seguirse tanto de manera presencial con aforo limitado, como a través de las retransmisiones en Youtube.
Dentro del ciclo de charlas, por su interés para el género fantástico y la comunidad lectora en general, quisiera hacer mención a dos de ellas.
El fantástico catalán tiene voz de mujer
«El moment dolç del fantàstic català té veu de dona». Bajo tan sugerente título, el domingo se reunieron cuatro de las grandes voces femeninas del panorama literario de género en catalán.
El objetivo de este encuentro no fue otro que analizar cuál es la realidad de la literatura fantástica en catalán y qué papel juegan en ella las mujeres.
La voz femenina es fuerte dentro del panorama literario catalán. Y se ha consolidado a lo largo de los últimos años. Como comentó durante el debate Anna Llisterri, traductora y colaboradora del sello Chronos, los equipos mixtos o con fuerte presencia femenina son comunes dentro del gremio.
Sin embargo, la autoría femenina ya no es tan común. Esto se debe, como apuntaba Marta Torres, editora de Hermenaute, a un recelo o inseguridad por parte de las autoras. Los escritores vienen a ti, en cambio a las autoras hay que ir a buscarlas, decía Marta.
Este síndrome del impostor ataca con más fuerza a las mujeres porque ellas han carecido durante mucho tiempo de referentes. No ya dentro de la ficción, donde el protagonismo del hombre blanco ha sido una constante. Sino dentro del propio panorama literario, donde las autoras son una extraña rareza.
Explicaba Judit Terradellas, editora de Mai Més Llibres, que esto es debido en parte a la atención que la prensa pone al hablar del trabajo de las autoras. Dado que su labora ha sido invisible por décadas, cuesta más a los investigadores hablar sobre ellas y su legado. En cambio, hablar sobre los autores es harto sencillo: siempre hay alguien que lo hizo antes.
"De pequeña me parecía normal que los protagonistas de las series, películas y libros de ciencia ficción fueran hombres. Que cuando se hablase de humanidad, te imaginaras un hombre"Marta Torres (Hermenaute)
Por eso es digna de apreciar la labor realizada desde Mai Més para publicar en catalán a autoras emergentes del panorama fantástico internacional como son la estadounidense Rebecca Roanhorse o la autora malaisia Cassandra Khaw.
Pero no solo de nuevas voces vive el fantástico. Es necesario recuperar los referentes que han caído en el olvido para que las nuevas generaciones tengan acceso a ellos. Y esa es una tarea que recae en nosotros, tal y como señalaba Alícia Gili, editora de Edicions Secc.
Por eso es tan importante que libros como Lengua Materna de Suzette Haden Elgin (Chronos) o Alba de Octavia Butler (Mai Més Llibres) se publiquen en catalán. Que se las publique a ellas, pero también a ellos: a los que hablan con protagonistas diversos y tratan el feminismo en sus obras.
A autores como Terry Pratchett o Mike Resnik. A grandes voces como Ursula K. Le Guin. A nuevas escritoras. A viejos referentes. A todes les que puedan sumar en esta causa que es traer al catalán a las voces que necesitamos para que este momento dulce siga teniendo la voz de los que, hasta ahora, no han podido tenerla.
Desde los márgenes, pero nunca solos
Y es que las luchas, las causas, deben ser defendidas desde la comunidad. Puede que caminando por los márgenes de lo hegemónico, pero siempre trazando alianzas.
Sobre este tema versó la segunda charla sobre la que quiero hablaros. «Resistència des del marges» fue un encuentro entre tres sellos editoriales muy comprometidos que debatieron sobre la defensa de las causas a través de la literatura y cómo estas luchas crean comunidades.
ContraEscriura, Antipersona y Orciny Press son tres micro-editoriales con unas características comunes. Todas ellas son independientes. Las tres poseen un fuerte ideario político que se refleja en su catálogo. Y en todos los casos, han sabido crear entorno a ellas una comunidad.
Como señalaba Marta Martínez, editora de ContraEscritura, estas comunidades son un pilar clave del proyecto editorial. Permiten con su apoyo que el sello goce de independencia económica y se siga financiando. Como dice Marta, su comunidad son los paladines de la editorial.
En el caso de Layla Martínez, editora de Antipersona, sus inicios en el mundo editorial fueron a través de la publicación de fanzines. El público de este género es un grupo muy reducido. Sin embargo, es esta pequeña comunidad la que ayudado a crecer a Antipersona y consolidarse como sello tras seis años.
Por lo que respecta a Hugo Camacho, editor de Orciny Press, él vertebra su comunidad, el Inner Circle, a través de Patreon. Los miembros de la misma gozan de una serie de ventajas a cambio de su apoyo económico y se han convertido a lo largo de los años en un grupo muy activo.
Durante la pandemia, la existencia de estas comunidades comprometidas ha permitido a estos tres sellos sobrevivir. Sus lectores y seguidores han mantenido los proyectos con vida no solo porque disfruten de sus libros, sino también porque les apoyan a nivel ideológico.
Y es que ser una micro-editorial que se opone a los mecanismos impuestos desde la pirámide del sector editorial es un acto de rebeldía. Pero contarle a su comunidad los entresijos del mundo del libro, es un acto de sinceridad y de resistencia.
La comunidad no acaba entorno a la editorial. También forman parte de ella los libreros, los impresores, los distribuidores, los traductores y los lectores esporádicos. Se crea así, como decía Hugo Camacho, un gran ecosistema cuya riqueza radica en su diversidad.
Un ecosistema que debe hablar desde todos los ángulos si desea seguir existiendo. Los problemas de los libreros, de los editores y de los lectores son problemas de la comunidad del libro. Y como tales deben ser abordados desde el común. De forma totalmente horizontal.
Hablar de estos temas, así como exponer otra luchas en sus publicaciones es sello de identidad de estas editoriales. Y también algo que sus comunidades aprecian: conocer la otredad, las voces al margen del discurso hegemónico.
El 2020, contra todo pronóstico, ha ayudado a afianzar estas comunidades y los que representan. Un público más consciente que ha apostado por mantener con vida estos proyectos. Desde los márgenes, sí. Pero nunca solos.
Si tenéis interés en profundizar en el contenido de estos debates, podéis visualizarlos a través del canal de Youtube de la Fira Literal:
- «El moment dolç del fantàstic català té veu de dona» (CAT)
- «Resistència des del marges» (CAST)
¡Nos leemos! ^^