Vender tu obra a una editorial: el gran reto


Porque lo difícil no es acabarla, sino venderla...

Una vez el escritor ha llevado a cabo la titánica tarea de finalizar su historia, corregir el borrador y adecentar la obra, se siento henchido de orgullo, pues tiene entre sus brazos un libro recién nacido: su bebé.

Sin embargo, no es conveniente recrearse en esta alegría, ya que después de la complicada tarea de crear una buena historia llega la peor parte: tratar de presentarla al mundo.

Para ello existen dos opciones: la vía tradicional y la autopublicación.

Si eres un valiente, te crees capacitado para ello (y tuviste la maravillosa idea de hacer cierto curso sobre el tema), la segunda opción es para ti.

Pero si por el contrario crees que la tarea de preparar un libro para convertirlo en producto de mercado va a ser titánica para ti, te tocará ponerte en manos de esa oscura criatura ávida de almas: la editorial tradicional.

Sede de una editorial tradicional random según un escritor

Para evitar que el abismo de la desesperación os engulla, hoy os traigo una lista de recomendaciones para ofrecer a vuestra criatura a una editorial y evitar el rechazo (o el abuso).




1. Estudiar a tu objetivo


Lo más importante a la hora de presentar un manuscrito a una editorial es ser selectivo. De igual modo que no vas a comprarte cualquier casa, no deberías vender tu trabajo a la primera editorial que pase.

Es importante que investigues concienzudamente para elaborar una lista de editoriales candidatas a recibir tu manuscrito. Para ello, deberías tener en cuenta los siguientes criterios:


a) Línea editorial

No es de recibo presentar una novela de fantasía a una editorial de novela negra, por muy buenos que te parezcan sus libros, ya que no es un género que ellos trabajen.

Este primer filtro te ayudará a descartar a la gran mayoría de editoriales, pues solo deberían permanecer en tu lista aquellas que se ocupen específicamente del género de tu nuevo vástago de tinta.


b) Obras publicadas

Este es otro detalle a tener en cuenta, pues aún publicando tu género, puede que esta editorial se haya especializado en traducciones del extranjero o en clásicos.

Observa su catálogo y plantéate seriamente si tu libro encaja bien en él. Si te parece que destaca más que una rosa en un estercolero, tacha esa editorial de tu lista.


c) Recepción de manuscrito

Puede que hayas encontrado a la editorial ideal, la que publica tu género y cuyo catálogo parece idóneo para albergar a tu recién nacido. Sin embargo, de poco va a servierte esto si la editorial no tiene abierta la recepción de manuscritos.

Asegúrate de que esas editoriales candidatas están buscando nuevas obras antes de mandarles tu manuscrito, sino quedarás como un maleducado que no se informa y, cuando abran recepción, no querrán saber nada de ti.


Con todos estos criterios de selección, al terminar este punto deberías tener entre manos una lista de reducida de no más de diez editoriales (a lo sumo) que puedan estar interesadas en tu trabajo.


2. Llamar antes de entrar


Es de buena educación presentarse como es debido antes de incordiar al personal. Esta regla básica de la cortesía también se aplica en el trato con las editoriales.

Si quieres causarles una buena impresión, resulta imprescindible que en primer lugar te presentes. Hay muchas formas de hacerlo, pero yo recomiendo la carta de presentación.

Se trata de un breve resumen de lo que vendría a ser un currículum literario, donde en pocas líneas expongas los siguientes datos de la forma más clara posible:

- Quién eres
- Géneros que trabajas
- Obras anteriores: título y editorial
- Motivo por el que contactas

El objetivo de estas líneas es dar una idea general de tu persona y tus intenciones en apenas dos párrafos consistentes y sin circunloquios. 

Así sabrán quien eres y qué deseas sin necesidad de leerse tres páginas de currículum. Piensa que las editoriales detestan perder tiempo, así que procura ponérselo fácil.


Cada vez que escribas un email, imagina que él es el destinatario

Ahora bien, la efectividad de este párrafo dependerá de tu habilidad para introducirlo en el cuerpo del mensaje. Queda muy feo presentarse hablando de uno mismo, así que antes de dar la chapa, muestra tus respetos a tu futuro shogun.

Ser educado y demostrar en las primeras líneas que sabes a quién te diriges y que conoces se trabajo hará que el receptor de tu email se muestre más dispuesto a leerlo entero antes de borrarlo.

En resumen: métete por el culo los mensajes impersonales de copy-paste, por favor.



3. Solo la puntita


Hay que ser prudente y no espantar a nuestros posibles editores haciéndoles llegar un mamotreto de 30.000 palabras a la primera de cambio. Eso es casi tan violento como bajarse los pantalones/la falda en la primera cita.

Para que una editorial se interese por ti, debes hacerla sentir cómoda, demostrar que te preocupa su tiempo e intentar que pierdan el menor volumen de él posible. Lo que decíamos antes: hay que ponérselo fácil.

Una excelente manera de conseguirlo es mandarles una muestra de tu trabajo en lugar de la pieza entera. Si les pica el gusanillo, ya vendrán pidiendo más.


Escritor buscando la mejor muestra

Esto pueden ser los tres primeros capítulos, el final o un fragmento de extensión moderada que creas que puede resultarles atractivo e interesante.

Debes elegir sabiamente, joven padawan, pues el objetivo de la muestra que entregues no debe ser otro que cautivar a quien te lea. Debes lograr que el editor disfrute de tu trabajo, que desee más, solo así accederá a conocer algo más sobre tu obra.



Siguiendo estos consejos, podrás vender tu obra a una editorial desde el respeto, la educación y la seriedad. Ahora bien, recuerda que la última palabra la tendrá siempre el editor o editora, tanto si es afirmativa como negativa.

Lo único que tú como escritor puedes hacer es tener paciencia y perseverar, por muchos rechazos de recibas. Al principio hicimos una lista, ¿recuerdas? 

Eso significa que hay más de una opción, así que no vale la pena quitarse la vida si a la primera no funciona, es mejor seguir intentándolo y, sobretodo, no perder nunca las formas y la corrección.

¡Nos leemos! ^^

6 comentarios:

  1. Gran artículo y muy bien explicado.
    Publicar no es tan fácil como la mayoría nos creemos de entrada, hay que hacer mucho trabajo de campo antes de saber si nuestra obra encajará o no en su línea editorial y hay que frotar bien, antes de aclarar y hacer un envío masivo —como suele hacerse—. Creo que has dado en el clavo.
    El único punto, en el que no estoy de acuerdo, es que en lo más difícil siempre es escribir :P Terminar tu novela es la parte difícil, publicarla es... bueno... cuestión de muchos de factores. Pero si tienes ganas de sacrificar pollos, la cosa irá rodada ;)
    Muy buen artículo! Un saludo!

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    1. Gracias por comentar ^^

      Desde mi punto de vista, si escribir es la Ilíada, publicar es la Odisea: no es tan chungo como una guerra, pero tampoco un camino de rosas.

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  2. Hay un factor fundamental: kilos de paciencia.
    En esta época en la que todo es "¡Ahora y ya!", la paciencia es básica para no dejarlo y que se pierdan talentos de escritores en potencia.

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    1. Para ser artista, y un escritor no deja de ser un artista de las palabras, es imprescindible ser paciente desde que empiezas la obra hasta que intentas venderla. Si no, mal vamos.

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  3. Muy buenos consejos :D
    Espero que me sirvan para el futuro cuando me embarque en la titánica tarea de intentar publicar.
    (Acabo de encontrar tu blog, y me he pasado por unas cuantas entradas y me ha gustado bastante, así que me quedo y felicidades por este blog)
    Un saludo!!

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    1. Celebro que te haya gustado el blog y espero de verdad que disfrutes de tu estancia en él ^^

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