Eróticas criaturas para el Concurso Empotradoras


Porque aún no había bestiario del erótico fantástico.

Buenos días, mis muy queridos lectores. ¿Qué tal lleváis el relato para el #ConcursoEmpotradoras? Espero que a las mil maravillas, Virginia y yo nos morimos por leerlos.

Pero si sois de los que no se han puesto aún manos a la obra por falta de inspiración no os apuréis. Aquí os traigo un breve (pero intenso) catálogo de criaturas* que bien pudieran protagonizar vuestros relatos.

*Por razones evidentes, no hablaré de aliens, pues no existe una mitología al respecto. No os sintáis discriminados, autores de cifi. Siempre podréis convertir cualquiera de estas criaturas en una nueva raza del espacio sideral ;)




1. Sardinas sensuales: las sirenas

Cuando una visualiza un bestiario fantástico de lo erótico, una de las primeras criaturas que le viene a la mente son las sirenas y su contraparte masculina, los tritones.

Seres híbridos entre un humano y un pez, las sirenas son una suerte de espíritus de los mares cuya principal diversión consiste en seducir a los marineros para hacer que sus barcos se estrellen contra las rocas y naufraguen.

Su otra gran diversión es intentar directamente que dichos marinos se lancen por la borda, hipnotizados por el canto de las sirenas, y terminen ahogados o devorados vivos bajo las aguas del mar. Terrible forma de morir.


Ilustración: Medusa Dollmaker

También existe una variante griega de las sirenas. En este caso, se trata de mujeres con cabeza femenina y cuerpo de ave rapaz, que se lanzan sobre los desprevenidos marineros desde el aire.

Así pues, las atractivas sirenas son monstruos marinos de pérfidas intenciones. Pero eso no quita que por el beso de una de ellas no lo hayan dado todo más de un marinero.



2. Diablos del desierto: los djinn

Una de las criaturas más conocidas de la mitología árabe son los djinn, a los que en Europa conocemos como genios de la lámpara por si tendencia a terminar encerrados en una tetera por obra de un poderoso hechicero.

Hay tantos tipos de djinn como dunas tiene el desierto, pero todos ellos comparten una serie de atribuciones que los hacen especialmente seductores (y peligrosos) para los humanos que les rodean. 

En primer lugar, se trata de espíritus del fuego, cambiantes y muy poderosos. Por lo tanto, controlar a un djinn es una verdadera prueba de fe. En segundo lugar, su tendencia al engaño y a las medias verdades: los djinn conceden deseos, sí, pero siempre intentando engañar a sus amos.

Por último (y como causa de su gran atractivo) hallamos su capacidad para jugar con los sentidos de los humanos, creando ilusiones y llegando incluso a hipnotizarlos para convertirlos en títeres sin voluntad.

Ya, suena terrible, pero no todos los djinn lo usan para hacer de tu vida un tormento. Algunos deciden emplear sus poderes para recibir a sus seres amados con un fragante baño perfumado de rosas. ¿Quién se resiste a eso, eh?



3. Víboras vanidosas: los vampiros

Después de las sirenas, los vampiros son las criaturas fantásticas más vinculadas a la sensualidad, a la pasión y a la lujuria. Esto ha dado lugar a ríos de tinta describiendo el famoso "beso del vampiro".

La realidad, siento deciros, es algo distinta: los vampiros no son más que cadáveres parasitarios que devoran la vida de otros para mantenerse eternamente jóvenes y vitales (tan vital como puede estar un muerto, claro). Sanguijuelas muertas con una carcasa bonita.


Ilustración: Victoria Francés

A favor del vampiro hay que decir que, pese a tan desagradable naturaleza, cuenta con la ventaja de ser de los pocos monstruos medianamente racionales que existen dentro de la mitología.

Con un vampiro se puede mantener una conversación, de modo que es posible crear una vínculo afectivo con él. Luego te va a sorber como a un batido, pero eso es lo de menos. En la previa disfrutarás de una interesante conversación y de eróticos mordiscos. Gran candidato para una noche de pasión, sobretodo si te van las emociones fuertes.



4. Sensuales semihumanos: los sátiros

Para los amantes del vello corporal y las pasiones desatadas los dioses griegos crearon a los sátiros, híbridos de humano y macho cabrío que corren por los bosques con un único fin: reproducirse con todo lo que se mueve.

Del mismo modo que ocurría con el vampiro, los sátiros son criaturas propensas al diálogo y a establecer relaciones (sobretodo sexuales) con otras criaturas de su entorno, incluidos los humanos.

A diferencia de las criaturas presentadas hasta ahora, los sátiros no tienen en origen contraparte femenina, de modo que suelen unirse a ninfas y hadas de los bosques. Aunque tampoco le hacen asco a los centauros, las cabras o las personas con las que se cruzan. Son los pansexuales de la mitología.

Esto los hace idóneos para retratar escenas de sexo grupal que pueden durar horas, porque otra de sus notables virtudes es ser insaciables y muy difíciles de cansar. ¿Verdad que se merecen protagonizar un relato de poliamor y pasión?



5. Etéreos enamorados: los espíritus

Aun sus papeles estrella casi siempre los obtienen en el género de terror, fantasmas y espíritus tienen mucho potencial para convertirse en protagonistas del erótico fantástico (a pesar de su falta de corporeidad).

Como de todos es sabido, los fantasmas son la representación en el mundo material del alma de los difuntos que murieron dejando asuntos por resolver. Estos espíritus vagan por el mundo sin hallar descanso y se presentan ante amigos y familiares para solicitar su ayuda.

Solo si estos humanos logran resolver el asunto que los retiene en el mundo de los vivos podrán liberarse estos fantasmas. Si no, pueden terminar convertidos en desquiciados y malignos poltergeist.

En cualquier caso, mientras dura su vinculación con el mundo material, a los fantasmas les está permitida la interacción con otros seres vivos. Y esto permite que surja el amor (o que se mantengan las llamas de la pasión post mortem).



6. Indómitos seductores: los íncubos y súcubos

Parientes de los vampiros, estos demonios de la mitología judeocristiana son la representación en el plano físico del deseo sexual y de las pesadillas nocturnas.

Los íncubos son espíritus masculinos que se presentan ante las mujeres luciendo una apariencia atractiva e irresistible con el fin de seducirlas y dejarlas encintas tras varias nochas de pasión. Fruto de esa unión nacen monstruosos demonios malformados y vengativos.

Por su parte, los súcubos son espíritus femeninos que también suelen presentarse ante sus víctimas (varones) mostrando una forma hermosa y seductora. Sin embargo, su objetivo no es tanto quedar embarazadas de sus escarceos nocturnos como arrebatar su simiente a los hombres y usarla para fines terribles.


Ilustración: Phobs

En cualquiera de los dos casos, el aspecto que suelen presentar íncubos y súcubos no es más que una máscara para ocultar su verdadera naturaleza de criaturas deformes y putrefactas. Nada sensual ni agradable.

Además, los repetidos encuentros con estos seres drenan la vida de sus víctimas, que enferman de forma repentina y mueren sin remedio tras una larga y dolorosa agonía.



Como veis, existen múltiples criaturas que se prestan a protagonizar relatos de erótica fantástica. Las que aquí os he presentado no son más que unos ejemplos que, espero, os hayan servido para inspiraros y participar en el Concurso Empotradoras.

¿Qué os parece? ¿Podrían estos seres ser protagonistas de vuestros relatos? ¿O tenéis candidatos mejores?


¡Nos leemos! ^^

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