Crear personajes basados en figuras históricas



El pasado es una fuente de inspiración para las novelas futuras.

Por primera vez desde que abrí este blog os voy a dar la brasa con mi campo de estudio: la historia. Y más concretamente con los ilustres protagonistas de la misma.

César, Maquiavelo, la Reina Victoria... Todos ellos son mundialmente conocidos y sus hazañas recordadas. Hay otros, como Dracón, que incluso han dado lugar a vocablos de uso recurrente (draconiano).

Como es de esperar, nosotros no podremos usar esas palabras en mundos de fantasía donde el tal Dracón no exista. Necesitaremos crear un equivalente.

Bien, pues hoy vamos a aprender cómo usarlos de esqueleto para construir a nuestros personajes de ficción.

Reseña: Crónica del Rey Cautivo (+ análisis)

¿Cuál es el precio del poder?


Portada por Germán Carratalá
BÁSICO

Título: Crónica del Rey Cautivo
Editorial: Libros.com
Autor: Víctor Blanco

EDICIÓN

Formato: Rústica 
Nº de páginas: 319
Año de edición: 2014
Precio de compra: 15€
(Puedes adquirirlo aquí)

PUNTUACIÓN: 5/5 


Como algunos tal vez recordéis, este libro fue mi auto-regalo del Día del Libro, y hoy por fin, tras una eternidad, he decidido reseñarlo y analizarlo.

Crónica del Rey Cautivo fue publicado por la editorial Libros.com tras una campaña de crowdfundig (como a la que ahora se enfrentan dos interesantísimas obras de fantasía en español).

Grandes olvidados de la fantasía


¡Madre mía! ¡Qué sabios eran nuestros antepasados! Lástima que no recordemos ni sus nombres...

Sucede continuamente en las novelas de fantasía, y el agravio es tan imperceptible que pasa desapercibido tanto para autores como para lectores. Pero está ahí.

Como vengo repitiendo hasta la saciedad, escribir fantasía no es fácil, hay que planificar, crear y detallar hasta el más ínfimo detalle para dotar de verosimilitud a nuestro mundo.

Y uno de estos puntos cruciales para dar realismo es la historia. Hay que dotar de un pasado, más o menos legendario, al mundo creado y a sus distintos reinos y países.

Hasta aquí todo correcto: los escritores se desmelenan y llenan páginas y páginas sobre el origen del mundo, la separación de los reinos, los grandes conquistadores, esa batalla que selló la enemistad entre enanos negros y enanos azules... etc.

Fantástico, ¿verdad? Tenemos héroes y reyes conquistadores para montar una granja. Pero nos falta algo. En nuestra planificación, hemos obviado a personajes indispensables para la evolución de una sociedad.

¿Dónde están los filósofos y los pensadores?

A buenas horas te acuerdas de nosotros...

Sí, burlaos si queréis. Tachadme de alarmista, pero cuando vuestro príncipe esté sentado con su mentor, estudiando gruesos volúmenes, ¿me podéis decir qué libros va a estudiar? ¿Zanjaréis la cuestión con un simple libros de filosofía?

"Oh, también puedes nombrar a los filósofos, pensadores y matemáticos de nuestro mundo"

...

Muy bien. Todos los que piensen que estos detalles son superfluos tienen mi bendición para abandonar este blog ahora mismo, pues el contenido de esta entrada no les aportará nada útil ^^'

Para los demás: la filosofía, así como las otras muchas ramas del saber, no pueden ser algo accesorio en vuestros mundos de fantasía. Que no aparezcan explícitamente no significa que no debas trabajarlos.

He aquí unos sencillos consejos para no dejar huérfano el mundo del saber en tus mundos de fantasía:


1. Qué necesitas


Lo primero es saber qué necesitamos, y para ello es importante conocer en qué momento de la historia se ubica tu novela.

Por poner un par de ejemplos: en un mundo de corte clásico (griego, romano) los grandes hombres serán filósofos-matemáticos. En cambio, en un mundo moderno (s. XVI) destacarán los pensadores, los políticos y los inventores.

Como soy una persona llena de bondad, os dejaré un esquema sencillo de qué es lo más común en cada periodo:

Antigüedad: Filósofos-matemáticos, militares, retóricos.
Medievo: Pensadores religiosos, militares, trovadores.
Renacimiento: Pensadores, inventores.
Barroco: Militares, pensadores.
Edad Moderna (s. XVII): Filósofos revolucionarios, políticos.
Edad contemporánea: Políticos, científicos y doctores.

Así, a grades rasgos, ya tenemos un poquito más claro qué es lo que necesitamos. Ahora toca el siguiente paso:



2. El pilar


Por comodidad, trabajaré en base a un mundo medieval, puesto que es el más común en las novelas de fantasía (a ver si invertimos ese tópico, eh...).

Sabemos que en el Medievo de nuestro mundo, los pensadores estaban vinculados al ámbito religioso, pues la fe era un pilar básico para la sociedad medieval.

En tus mundos no tiene por qué ser distinto: localiza el pilar, el tema obsesivo, y a raíz de ahí desarrollar distintas interpretaciones. Porque claro, no existen corrientes de pensamiento homogéneo.

Ejemplo: 

Los agoritas (pueblo) creen que su Diosa Madre era una flor azul. Pero mientras los agoritas puritanos defienden que todas las flores azules son sagradas, los agoritas ortodoxos solo creen en la sacralidad de las violetas.

¿Veis? Dos corrientes de pensamiento (religioso en este caso) surgen de una creencia común. Lo mismo puede hacerse con otras líneas de pensamiento:

Ejemplo:

Los agoritas y los idionitas creen en la igualdad de los hombres. Los idionitas, sin embargo, solo consideran hombre al varón mayor de 25 años y de piel blanca, mientras que los agoritas definen como hombre a todo aquel que antropológicamente lo sea o parezca.

Crear corrientes de interpretación hará de tus mundos un lugar diverso, además de brindarte una excelente fuente de conflictos.



3. Elige y dosifica


Asumido el proceso de construcción de las distintas corrientes de pensamiento es fácil emocionarse y crear infinidad de teorías e interpretaciones. 

Se parece un poco a crear religiones: empiezas con un culto monoteísta y acabas con una versión fantasiosa del panteón hindú. Es necesario hacer una selección, pues es imposible dar cabida a tantas interpretaciones en una novela.

Volviendo a los agoritas y sus creencias, tenemos cinco ramas de interpretación acerca de la sacralidad de las flores:

1- Todas las flores azules son sagradas.
2- Solo las violetas son sagradas.
3- Solo la lavanda es sagrada.
4- La flor azul es el mar.
5- La flor azul es una metáfora del alma.

Como veis, las cinco creen en la flor azul como base de su religión, pero lo interpretan de forma muy distinta. Hay corrientes que son casi hermanas (2 y 3), mientras que otras están totalmente aisladas (5). ¿Cómo elegir cuáles aparecerán finalmente en la novela?

Lo más cómodo es establecer como corrientes principales a dos líneas de pensamiento opuestas. Éstas serán las que nuestros personajes o los grandes grupos sociales manifiesten a lo largo de la novela.

En este caso, nos quedaríamos con 1 y 2, por ejemplo.

El resto de interpretaciones deben ser desechadas, pues es impracticable que todas aparezcan en la novela. Tienes que repetir este proceso con cada línea de pensamiento que hayas decidido incluir en tu mundo.



4. Nombres


Casi hemos terminado. Ahora solo falta vincular cada corriente de pensamiento a un personaje famoso y respetado. Del mismo modo que existen epítetos para los reyes, debe haber representantes de cada línea de pensamiento.

No es necesario que sean entes individuales, pueden ser grupos o colegios. Además, una misma persona puede representar a distintas corrientes de pensamiento de disciplinas diferentes (filósofo-matemático).

Ejemplo:

Adawer es el representante de los agoritas puritanos, mientras que los miembros de la Concordia fueron los ideólogos de la doctrina ortodoxa.

Pero Adawer, además, fue firme defensor de la libertad universal del hombre, en contraposición a Cacil el Viejo, que solo reconocía ese derecho en varones +25.

En el futuro, si queréis, os enseño a desarrollar personajes para vuestras novelas basándolos en personajes históricos (dejad en los comentarios si os interesa).


Y de este modo habremos dado cuerpo a nuestro insulso mundo, dando nombres y apellidos a los pensadores que configuraron el mundo. Grabaos esto a fuego: la historia no solo la hacen los reyes y sus guerras.

¡Mirad lo bien que vas a quedar diciendo que el príncipe estudiaba los textos de Adawer en lugar de decir libros de filosofía!

Con todo, he de advertiros de que tampoco debéis abusar de este tipo de datos en vuestras novelas. Está muy bien desarrollar filosofías y pensamientos para dotar de verosimilitud a nuestros mundos, pero mencionarlos a cada página es inadecuado y aburrirá al lector.

Lo mejor es el término medio: no dejarlos caer en el olvido, pero tampoco hacerles omnipresentes. 

Y con esto concluyo esta entrada, no sin antes agradecer a la persona que me alentó a escribirla que me hiciera reflexionar sobre estos temas.

¡Nos leemos! ^^



Relato: No se puede poseer el viento


He aquí un relato que publiqué hará un tiempo en la página de Facebook

Como muchos otros, surgió de una noche en la que los sentimientos se agolparon en mí, tomando posesión de mi cuerpo y arrastrándome a vomitar sobre el papel mis inquietudes.

Espero que lo disfrutéis ^^



No se puede poseer el viento




–Otra –exijo con una voz que hace rato que dejó de ser la mía.
Sueña ronca, áspera como la arena arañando un cristal. No tiene nada que ver con la melodiosa voz que no hace mucho deleitaba a nobles y plebeyos. No exagero, han llegado a pagarme en oro solo por poder disfrutar de una de mis canciones. Pero desgraciadamente eso ha quedado atrás.
Y todo por su culpa.
–Otra –insisto, alzando nuevamente la voz. El mesonero duda antes de servirme.
–Creo que ya bebiste bastante –insinúa, pero la jarra se acerca a mi vaso, goteando el preciado líquido dorado–. Deberías marcharte, no estás acostumbrada a beber y tampoco te conviene emborracharte en tu...
No tengo ni paciencia ni ganas para los consejos de nadie, y menos para los de un proveedor de cirrosis como él. Estampo el puño contra la mesa y sus ojos se cruzan con los míos.
–De lo único que estoy borracha es de rutina –escupo arrastrando las palabras–, así que llena el puto vaso antes de que te salte los dientes.
El mesonero obedece, volcando el contenido de su jarra hasta que éste rebosa por el borde de mi vaso. Lo alzo con cuidado y doy un trago largo. El frío de la cerveza se mezcla con el calor del alcohol en mi garganta, y el sabor amargo inunda y aturde mi paladar.
–Te odio... –mascullo entre trago y trago.
–¿Puede preguntarse quién es el depositario del rencor de una joven tan hermosa? –pregunta una voz a mi derecha.
Me giro para toparme con los ojos almendrados de un hombre de mediana edad, con la camisa raída y el cabello, salpicado por las primeras canas, completamente alborotado. Con todo, el extraño olía a limpieza, a colonia.
–No creo que sea cosa tuya –espeto antes de girarle la cara.
–Y no lo es –reconoce el extraño, centrándose en su propio vaso. No bebe cerveza, sino vino.
Lo ignoro durante un buen rato, esperando que apure su vaso y se largue, pero no parece tener intención de hacerlo. Paladea su bebida a tragos cortos, suaves. No bebe, degusta. Y de tanto en tanto me mira, como esperando una respuesta.
–Eres mía –digo al fin, enterrando los ojos en el culo de mi vaso, contemplando mi reflejo sucio en lo que queda de la cerveza–. Me lo decía cada noche. Se plantaba ante la puerta y me observaba dormir. Eres mía. Eres mía... Lo repetía como quién no sabe decir otra cosa.
El extraño sonríe.
–Pobre idiota –comenta en tono jocoso. Frunzo el ceño. ¿Se burla?–. Hay que ser un necio para creer de verdad que se puede poseer el viento.
Me encojo de hombros.
Palabras poéticas que no llevan a nada. Es un bello discurso, idealista y musical. Como mis canciones. Pero no es cierto, y solo una necia creería semejantes idioteces. ¿Que no se puede poseer el viento? ¡Ja! Quizá no, pero sí se puede usar a voluntad, sí se puede convertir su furia en motor para los barcos, en energía para los molinos... Tal vez no pueda tenerse, pero sí domesticarse.
–No se puede –insiste el extraño, y sus labios se mojan en el rojo líquido–. Los necios tratan de sacar provecho, pero cuando se levanta el vendaval... Los tejados vuelan, las velas crujen, los barcos se hunden. –Suspira–. No, lo único que un hombre sensato puede esperar del viento es disfrutar de las caricias que le regale, y rezar para que nunca se sienta ofendido.
Alzo los ojos de mi vaso y me pierdo en los de él. Los escruto sin encontrar nada. Solo hay calma y silencio. Mil preguntas se agolpan en mis labios, pero solo una es lo suficientemente fuerte para escapar entre ellos y tomar cuerpo entre el estruendo de la taberna.
–¿Lo has intentado alguna vez?
–Nunca.
–¿Entonces cómo sabes que no se puede?
El extraño sonríe de nuevo, sin apartar su mirada de la mía. Sus ojos me queman, pero soy incapaz de apartar la vista.
–Si el fuego no puede ser domado, ¿por qué debería ser distinto el viento?


Y hasta aquí el relato de hoy, que más parece una reflexión que otra cosa. Podéis dejar libremente vuestra opinión en los comentarios (dice, apuntándolos con un arma).

¡Nos leemos! ^^

La cultura en los mundos de fantasía


"Hola, querido personaje extranjero: es una suerte que nuestro autor no se trabajara el worldbuilding y que nos entendamos tan bien".

La globalización, al parecer, no es solo propia de nuestra realidad, sino también un elemento común en las novelas de fantasía. 

Personajes que viven cada uno en una punta del globo hablan la misma lengua, visten parecido, le rezan a los mismos dioses... Tienen la misma cultura, vamos.

Desde mi humilde punto de vista, esto es un error, un sinsentido y una muestra de falta de planificación y trabajo previo por parte del escritor

Queridos juntaletras que ahora leéis esto, permitidme que os diga (y como lectores estaréis de acuerdo) que si existe algo en el mundo que fastidie más que encontrar escenas incongruentes, es toparse con un worldbuilding que da vergüenza ajena.

Sí, que es un ahorro de faena enorme el dotar a tus pueblos de una lengua vehicular común, por poner un ejemplo, pero no es creíble que hasta el mas nómada de los pastores la conozca. ¿Qué pasa? ¿Que no tienen legado propio como pueblo?

Como he mencionado hasta la saciedad, es importante dotar a  la sociedad de tus mundos de fantasía de elementos diferenciadores para enriquecerla y hacer que parezca verosímil. Y si tienes veinte pueblos distintos en tu novela, el trabajo se multiplica. ¿Quién dijo que escribir fantasía era coser y cantar?

Además, dotar al mundo de una cultura homogénea representa renunciar al conflicto. La diferencia cultural es una fuente inagotable de conflictos, y como no me canso de repetir, sin conflicto no hay novela.


La conquista de América: violento incidente que en tu novela no existirá

Pero no os quitéis la vida todavía, hay muchas maneras de solventar este problema en una novela (sin tener que construir mundos desde cero).



1. Establecer puntos de unión


Esto es útil si tienes dos sociedades cercanas entre sí pero quieres establecer diferencias. Por poner un ejemplo de nuestro mundo: el imperio romano de oriente y el de occidente.

Ambos tienen la misma base/legado cultural, pero mientras que uno, por influencias bárbaras, acabó evolucionando a una serie de reinos independientes, mientras que el otro conservó su unidad territorial y un sistema de gobierno de corte oriental. 

Como puede verse, las circunstancias los hacen evolucionar de forma distinta manteniendo puntos de unión.

Así, por ejemplo, ambos imperios son cristianos y se consideran en parte aliados (de ahí el impacto emocional de la caída de Bizancio en Occidente...). Por tanto, le rezan a un mismo dios y elogian una misma lengua, el latín.

Lo mismo ocurriría con los reinos occidentales entre sí: aunque hay muchas diferencias entre un francés y un alemán, en comparación con las que éstos tienen respecto a un mongol éstas son minucias.


2. Sociedades espejo


Sistema apto para culturas muy distantes entre sí. Una manera de "ahorrar" trabajo es crear un juego del espejo (no me refiero a ese espejo) donde cada sociedad es reflejo inverso de la anterior.

Por poner un ejemplo muy sencillo:

Sociedad A: Gerontocracia, esclavismo y politeísmo.

Sociedad B: Monarquía, servitud y monoteísmo.

Como es fácil deducir, para los primeros (A) el colectivo B son unos autoritarios y unos débiles por consentir la igualdad entre los hombres. Por el contrario, B opinará que A son unos bárbaros que atentan contra las libertades del hombre y unos cerdos paganos.

¿Veis? Una inagotable fuente de conflictos y discusión para dar profundidad a vuestros mundos de fantasía acaba de abrirse ante vuestros ojos.

Y lo mejor es que se puede jugar con estas combinaciones de opuestos para crear...


3. Lo importante es el matiz


Sociedades que juegan con los mismos elementos pero dándoles un significado/valor radicalmente opuesto. Vayamos a los ejemplos evidentes:

El arroz en Europa es un lujo, mientras que en los países asiáticos compone la base de su dieta. Mismo elemento, distinto valor.

Esta es, según mi punto de vista, la mejor manera de dar riqueza a las sociedades de vuestros mundos de fantasía sin caer en maniqueísmos (sí, a Tolkien le iba muy  bien jugando en blanco y negro, pero nosotros no somos él).


Y para que veáis con un ejemplo real que la cultura puede dar mucho juego, contamos hoy aquí con la presencia de Roberto Alhambra, escritor de Los Que Ignoran, que muy amablemente nos hablará de los elementos culturales en su novela.

¡Un aplauso para el caballero!



1. En Los Que Ignoran hallamos tres elementos culturales de gran importancia. El té azul, el mineral azul y el polvo de fuego. Háblanos de ellos.


Para mí los elementos culturales son esenciales para dotar de verosimilitud al mundo donde se desarrolla la historia. Los tres son la representación física de los tres poderes: el militar, el político y el religioso. Están estrechamente relacionados y son los motores que mueven la economía del universo de Los Que Ignoran.



2. ¿Por qué estos tres elementos? ¿Hubo un proceso de descarte entre otros muchos?


No hubo descartes. Esos eran los elementos mínimos para que la trama funcionaseUn detalle, el té azul es en realidad el destilado que se saca del mineral. Por eso es tan valioso. Tiene un simbolismo muy potente, y seguro que encuentras “té azul” en nuestros días y nuestro mundo.


3. Un hecho llamativo de tu novela es que los tres están presentes en los distintos pueblos que en ella aparecen. ¿Es este hecho una casualidad o estaba totalmente planificado?


Planificadísimo. Todos los elementos de la novela están planificados desde un principio, y responden a un objetivo en la trama. Los universos aislados pueden ser más realistas, pero yo no estoy interesado en hablar sobre ellos, sino que trato de reflejar la globalización que existe en nuestros días. Y para ello utilizo mi fantasía.



4. ¿Cómo fue el proceso de construcción de éstos elementos culturales?



Desde el principio tenía claro de qué quería hablar en esta historia. Por supuesto todavía me interesan y me gustan las historias de honor y superación, de valentía y de traición, pero creo que Los Que Ignoran está en otro momento de la literatura fantástica. Un momento posterior. Quería hablar de otras ideas menos manidas en este género y para ello necesitaba que estos elementos culturales representaran exactamente valores más actuales, no tan clásicos. Por eso le di muchas vueltas buscando este juego con los elementos culturales que nombras.


5. No valoran del mismo modo los guinakos el consumo del té azul que los habitantes del imperio. ¿Supone esta diferencia a un deseo de distanciar a ambos pueblos o responde a otros motivos? 


Efectivamente, es un hecho diferenciador. Si dentro de una misma cultura se encuentran con facilidad este tipo de diferencias, creo que debía buscar estas diferencias con más ahínco tratándose de dos pueblos tan diferentes, que representan culturas tan distintas.


6. Otro detalle destacado es lo polivalente de los elementos culturales en Los Que Ignoran. No ya a nivel cultural, sino a nivel de utilidad, cosa que le confiere realismo a la historia. ¿Cómo llegaste a dotarlos de esa versatilidad? 



Tan sencillo como pensar en qué hubiese evolucionado nuestra cultura si contase con tales elementos. De hecho, fue así de sencillo porque sí contamos con ellos: los llamamos de otra manera, pero esos anhelos y vicisitudes que plantean son los mismos en todas las culturas. Cambia el nombre, el color y la forma, pero el fondo es el mismo.


7. Ésta es tu oportunidad para vender tu novela a quienes aún no la han leído. Danos 5 motivos por los que leer Los Que Ignoran:



Porque molaPorque creo que normalmente no se escribe este tipo de fantasía en nuestro idioma. Porque es corto y no te llevará mucho leerlo. Porque no engaño a nadie con una sinopsis tramposa. Y porque si HBO quiere hacer una serie, no les voy a dejar que se alejen de mis tramas y les obligaré a calcar mis diálogos.


Muchas gracias, Roberto, por pasarse usted por nuestro blog a compartir su experiencia ^^

Y vosotros, ahora que habéis visto el peso que pueden tener los elementos culturales para el desarrollo de la trama de una novela, ¿qué hacéis todavía aquí sin ir a revisar vuestros textos y novelas?


¡Nos leemos! 


Reseña: Relatos Insólitos

¿Quién quiere un cuento para (no) dormir?


BÁSICO

Título: Relatos Insólitos
Editorial: Hiboria
Autor/es: Jaume Vicent, Pedro Pablo Picazo, Carlos Gómez Gurpegui, Giny Valrís, Íñigo Bolao Merlo, Ana Nieto Morillo.

EDICIÓN

Formato: Digital
Precio de compra: Pago social
(Puedes adquirirlo aquí)

PUNTUACIÓN: 4/5 


Hoy os traigo la nueva apuesta de Editorial Hiboria, una antología de relatos de estilo weird. ¿Y eso qué es?

Bueno, los entendidos hablan del weird como del estilo de lo extraño (no un género), cuya finalidad es hacer pedazos la razón del lector mediante el uso de elementos perturbadores, macabros y horrorosos.  

Una muy recomendable lectura para dormir a nuestros adorados sobrinos e hijos, ¿verdad?

Seis son los relatos que componen esta antología, a la cual podéis acceder mediante pago social en Lektu, cada uno de ellos apostando por una visión distinta del weird. A continuación unas líneas sobre cada uno de ellos:



El guardián de mi hermano, por Jaume Vicent


Relato de terror (qué sorpresa tratándose del autor de Blackwood) de corte del weird más tradicional. El tono de la narración, escrita en primera persona, recuerda a las inquietantes atmósferas tan propias de Lovecraft.

La historia se ambienta en un humilde y tranquilo pueblo de los Estados Unidos. Y hasta aquí puedo leer, porque no quiero destriparos nada. Solo digo, que los lectores de Stephen King van a disfrutarlo bastante.



Los hilos que mueven el mundo, por Pedro Pablo Picazo


Con un humor negro notable, el autor de Este sueño está patrocinado nos trae una premisa ya conocida pero innovada: su relato se basa en el don que se convierte en maldición (Midas Style).

El cotidiano objeto entorno al que gira la historia son unas sencillas gafas con la capacidad de hacer realidad aquello que su poseedor anhela. Podría tildarlo de lectura amena, a pesar del "divertido" final.



Linaje, por Carlos Gómez Gurpegui


Segundo relato de terror de la antología, con claros toques lovecraftianos que traslada los Mitos de Cthulhu a tierras sevillanas.

Isabel, una simpática muchacha, mantiene una relación sentimental con Robert, un inglés cuya vida gira entorno al estudio de toda suerte de libros prohibidos, grimorios y compendios de artes oscuras. Sobre él planea un terrible secreto...



Mantwoman, por Giny Valrís


En este relato, influenciado por Kafka, nada es lo que parece, y la autora juega fabulosamente a la ambigüedad hasta el último momento.

Amanece, y una pobre mujer cuya vida había sido un dechado de normalidad se despierta convertida en una gigantesca y horripilante mantis religiosa.



El ojáncano, por Íñigo Bolao Merlo


Partiendo de un personaje propio de la mitología cántabra, el ojáncano (una suerte de cíclope terrible) el autor narra las desventuras de fray Juan de San Andrés en la villa de Santillana durant el año 1455.

Una ambientación sublime que se refleja en los actos de los personajes, cuya mentalidad te transporta al siglo XV sin esfuerzo, y una resolución magistral de la trama.



Solve et coagula, por Ana Nieto Morillo


Quizá el relato más místico de la antología. El joven Sam es víctima de ciertas visiones incomprensibles que le hacen ver fragmentos de cuerpos que desaparecen.

Cansado, buscará vía online una solución, topando con Neil, un chamán (y personaje recurrente de la autora) dispuesto a ayudarle. ¿A quién le apetece un viaje astral?


Y ya me callo porque sé que te mueres de ganas de leer por ti mismo esta escalofriante antología. Y si ya la has leído, coméntala en Goodreads ^^


¡Nos leemos!


6 cosas que no decirle a un escritor



¿Escribes? Ah, pues entonces voy a destrozarte con total impunidad ^^

Parece mentira la facilidad con la que la gente arremete contra cualquiera que dedique su vida a crear belleza, sea pintando, escribiendo o bordando manteles.

Parece un deseo generalizado de la sociedad cargar contra cualquier artista, como si te dieran vales de descuento por cada escritor al que haces pedazos/cabreas/indignas/conviertes en psicokiller con tus palabras.

O el arte está muy perseguido, o hay mucho gilipollas suelto. En fin...

Esta entrada nace con el objetivo de que la reenviéis a vuestros familiares, amigos, vecinos, compañeros de curro... A todas las personas que conviven con vosotros a diario, para que sepan que seis cosas no hay que decir nunca a un escritor:

Reseña: Lobo contra Perro


¿Hasta qué punto te excusa el honor?


Portada de estilo nipón
BÁSICO

Título: Lobo contra perro
Editorial: Ronin Literario
Autor/es: Raquel Mayorga

EDICIÓN

Formato: Rústica
Nº de páginas: 196
Año de edición: 2016
Precio de compra: 12€
(Puedes adquirirlo aquí)

PUNTUACIÓN: 5/5 

Lo que empezó en digital como una Serie Literaria de la editorial Ronin Literario llega ahora convertida al formato físico, con un tamaño muy muy portátil y una edición cuidada.

Con esta trepidante aventura, la editorial saca a la luz su primer chambara en papel. 

Para quien no lo sepa, un chambara es el nombre por el que se conoce al género cinematográfico de ficción samurái. Y como no podía ser de otro modo, es el ritmo propio del cine el que impregna la totalidad de la novela.

Raquel Mayorga nos sumerge desde las primeras páginas en la no tan idílica realidad del Japón feudal, huyendo de cualquier tópico: aquí no hay combates bajo los cerezos, solo el crudo e implacable invierno (de hecho, las únicas flores que aparecen en la novela, no querréis verlas ni en sueños...).

Cualquier excusa es buena para llevar kimono

La historia da inicio en la corte del shogun, el gran señor de Nihon, quien encarga a los fieles samuráis del Clan Somekawa (conocidos como Inu, perro), la "heroica" misión de traele en el plazo de siete días un maravilloso objeto que los monjes del templo de Ginkagami guardan con celo.

Siguiendo los desvaríos del shogun, Somekawa Renka se lanzará a cumplir con la misión, pero los monjes no van a entregar su tesoro sin resistencia, y mientras la nieve empieza a caer, una oscura sombra se cierne sobre el templo.


¿A que ya tenéis ganas de devorarla? Bien, pues cuando os diga que, tras la lectura, os podrían dar un máster en cultura japonesa y vocabulario, vais a salir en estampida a la librería.

Y es que una de los mayores atractivos del libro es su respeto por el vocabulario: Raquel no ha occidentalizado su obra, sino que consigue que el lector comprenda y asimile los conceptos que van apareciendo, aún si éste no está familiarizado con la ambientación.


Como de éstos aspectos ya habló Cuervo-san la semana pasada, yo voy a centrarme en analizar el breve (pero intenso) elenco de personajes, concretamente a los dos que llevan la voz cantante.


Somekawa Renka, el Perro


Renka es el orgulloso hijo del gran Fudo, jefe del clan Somekawa. Es un hombre joven y ambicioso, y será él quien lidere la misión hacia el templo de Ginkagami.

Este joven samurái está convencido de que es su deber servir al shogun y obedecer sus órdenes (aunque el pobre hombre esté loco de atar) a cualquier coste. 

Además, Renka es un hombre de éxito, ya que consigue tener tras de sí al único personaje femenino de la historia: una bella mujer de largos cabellos, cuello de cisne y sonrisa cautivadora que no lo deja solo ni a sol ni a sombra (te quejarás, eh, perrito...).

Haku, el Lobo


Haku es un antiguo guerrero retirado que lleva dos décadas llevando una vida de retiro como monje en el templo de Ginkagami. La misión de los perros del shogun lo obligarán a reencontrarse con su pasado.

Al igual que Renka, tiene en alta consideración el valor de la palabra dada, y será éste su motor de acción a lo largo de la novela: una promesa hecha.

Además, y como reveló la autora durante la presentación del libro en Barcelona, Haku existe. Raquel confesó haberse inspirado en su perro, el lobo que siempre la acompaña, para delinear a este personaje.

Raquel Mayorga durante la presentación en Barcelona

Y es que ese es otro de los grandes puntazos de la historia; la autora tiene un profundo conocimiento sobre conductas animales, lo que le permite describir de forma fidedigna y exacta escenas que involucren a seres no-humanos como parte activa.

La impresionante tarea de documentación, sumada al perfecto dominio de un estilo de escritura suave pero constante hacen de Lobo contra perro una novela que te absorbe desde las primeras páginas.

Neyra-sama lo avala como lectura para toda la familia

Os lo garantizo, no vais a poder dejar de leer. Y cuando cerréis el libro, solo una pregunta permanecerá dando saltos por vuestra mente: ¿soy lobo o perro? 

Acostumbraos, no vais a encontrar la respuesta hasta dentro de muchos años, pues Raquel se ha encargado bien de hacer tan humanos a sus protagonistas, que es imposible elegir: ambos retratan lo mejor y lo peor de la condición humana.


Resumiendo: combates a ritmo de katana bajo el implacable invierno de las montañas, un objeto místico, un poder oscuro y dos hombres enfrentados por una misma razón. ¿Qué más tengo que deciros para convenceros? 

Ah, sí: que podéis leer la primera parte totalmente gratis desde aquí.


¡Nos leemos! ^^