Reseña: El misterio de la gruta amarilla

Un recorrido por el Japón de la Edad Moderna.



BÁSICO

Título: El misterio de la gruta amarilla
Editorial: Quaterni
Autor: Carlos Bassas del Rey

EDICIÓN

Formato: Tapa blanda
Nº de páginas: 304
Año de edición: 2015
Precio de compra: 19,50€
(puedes adquirirlo aquí)

PUNTUACIÓN: 4/5 



El Japón del Periodo Tokugawa es un escenario que despierta pasión en Occidente. El país del sol naciente causa fascinación en público bien diverso. 

Y cuando este se mezcla con un delicioso toque sobrenatural no es de extrañar que sean pocos los lectores de género que se resisten a explorarlo.

Este es el caso de El misterio de la gruta amarilla, una novela de aventuras ambientada en Japón entorno al año 1604, obra de una de las plumas más reputadas en este campo.

Carlos Bassas del Rey es maestro de la katana y un de los tres autores participantes en la antología El hombre sin nombre, un homenaje a la obra de Akira Kurosawa. Pocos escritores conocen tan bien la historia de Japón como él.



Esto es visible en la precisión con la que el autor logra ponernos en contexto a lo largo de la novela, ofreciéndonos los datos necesarios para comprender los entresijos del Japón del principios del siglo XVII.

Esta novela es la continuación de las aventuras del joven Aki, iniciadas en Aki y el misterio de los cerezos. En ella, nos encontramos con un protagonista curtido por los hechos anteriores y que cada vez está más cerca de dejar atrás su niñez.

Pese a tratarse de la segunda parte de una trilogía esta novela puede ser leída de forma independiente gracias a las pinceladas sobre el pasado de Aki que se nos van presentando por boca de otros personajes.

Además, el lector cuanta con un índice de personajes, tanto históricos como fictícios, que lo ayudan a situarse sin problemas a lo largo de la novela.

En esta ocasión, el joven aprendiz y su amigo Ichiro acompañan al anciano maestro Miyamoto hasta la capital, Edo. Allí reciben un encargo muy especial: deben investigar la extraña desaparición de Kido Hanshichi, el cazador de yokais (demonios).

La historia se desarrolla como una mezcla bien calibrada de novela de misterio con un marcado toque sobrenatural. Con todo, la proximidad de de Aki así como los debates morales que el personaje plantea convierten a la trilogía de Carlos Bassas en una muy buena historia para el público joven.

Sin embargo, el uso frecuente de vocablos nipones entorpece el ritmo de lectura, obligando al lector poco avezado en el rico lenguaje japonés a echar un vistazo al glosario incluido al final de la novela.


Piense que es una opción para aprender japonés, lector-sama

Pese a ello, El misterio de la gruta amarilla cuenta con suficientes ingredientes como para seducir a un amplio espectro de lectores.

Si te gusta la historia del Japón o disfrutas con las novelas de misterio con toque sobrenatural yo no dejaría perder la ocasión de disfrutar de la obra de Carlos Bassas.


¡Nos leemos! ^^

Asúmelo: no eres un genio


Puede que tu madre lleve años diciéndote que eres fabuloso y especial, pero ya va siendo hora de que abras los ojos. Eso es una patraña.

No eres maravilloso, ni único, ni fantástico. Eres solo otro juntaletras más. Y da gracias a que yo no soy Jaume ni Rafa, sino diría directamente que eres un escritor de mierda.

Pero no pasa nada, ¿eh? Todos lo somos en mayor o menor medida. Y la buena noticia es que tiene remedio ^^

Reseña: La cita. Mamarracha. El niño infame

Que nadie te venda que la cultura pop es cursi y suave



BÁSICO

Título: La cita. Mamarracha. El niño infame
Editorial: Autopublicado
Autor: Jennifer Camacho

EDICIÓN

Formato: Digital
Nº de páginas: 11
Año de edición: 2018
Precio de compra: Pago social
(puedes adquirirlo aquí)

PUNTUACIÓN: 4/5 



La última lectura del 2018 fue esta breve pero intensa antología de relatos, escrita por Jennifer Camacho y publicada en Lektu.

Su autora, a quienes muchos conoceréis por Twitter gracias a su afición por la literatura rusa del siglo pasado y a hablarnos de las vicisitudes de trabajar como librera, mezcla en este compendio una suma de ingredientes explosivos.

Una lectura no apta para paladares sensibles o mentes censoras. Sin embargo, un caramelito apetecible para matar la rutina a hachazos.

No escribiré literatura de evasión


El ser humano tiene una mala costumbre. Bueno, en realidad tiene varias conductas aberrantes. Pero quiero centrarme solo en una por ahora: la puñetera manía de etiquetarlo todo.

Nos gusta agrupar las cosas y a las personas por categorías, en pequeños grupos. Y como suele pasar cuando haces esto, acabas polarizando el conjunto en bloques.

Lo normal es que uno de ellos acabe por imponerse. Actualmente, la rama que triunfa en la sociedad es el positive thinking de las narices. Anda la peña con una alegría por el mundo...

Hemos rozado el ridículo en esto. Tanto, que llamamos tos productiva (porque ser productivo mola en el Capitalismo Rules) a la puta tos con mocos. Es más esperpéntico que Luces de Bohemia, que es un referente del género.

De hecho, hemos desterrado bien lejos los postulados de Max Estrella y su retrato cochino del mundo. Ya no queremos oír a Bukowski y su realismo sucio. Ahora imperan otras corrientes más agradables de digerir.

Todo es bonito, todo es genial, todo es muy integrador y maravilloso. Como era de esperar, este derroche de buenrollismo y fantasía se acaba trasladando a la literatura.

La cresta de la ola se cabalga ahora construyendo mundos ideales. Mundos tan chachi pistachis que ya querría pillarlos Aladín para irse de paseo con la churri. No es un tractor amarillo, lo que se lleva ahora es la literatura de evasión.

Pero cuando surfear te la trae al pario, la verdad es que las olas y sus crestas te importan tirando a nada. Por eso no escribiré literatura de evasión. Pues para mí, esta tendencia no suma ni me permite representar lo que quiero decir.

Y si tenéis la paciencia de leerme antes de ir a rajar por redes sociales os explicaré por qué. Luego ya podéis hacer lo que os salga de las gónadas, como seres libres que sois.