Porque la belleza de un libro también está en el exterior...
Estimados lectores y juntaletras, existe una verdad ineludible que debemos empezar a asumir cuanto antes si no queremos llevarnos un disgusto: los libros se venden por la portada.
"Pero hombre, Alister. ¡Qué frivolidad! ¿Para qué están las sinopsis entonces?".
Bueno, las sinopsis se añaden para informar al lector de lo que va a encontrar entre las páginas de nuestra novela y terminar de convencerle de que esa es la historia que andaba buscando. Pero nada de esto es posible si el lector ni siquiera coge el libro del estante (digital o físico) porque el exterior no llama su atención o le parece pobre y descuidado.
Hay que atraer a los potenciales clientes a través de nuestras portadas, motivo por el cual la mayoría de escritores contratan los servicios de un ilustrador. Aún así, algunos de ellos deciden arriesgarse a probar suerte presentando portadas diseñadas por ellos mismos.
Si eres de este último grupo, mantente atento. Porque en este post me disponga a contaros cómo diseñar portadas estéticamente correctas y funcionales.