Cómo NO fomentar la lectura


Porque no hay que dejar morir el amor por los libros...

Existen pocas cosas más descorazonadoras para un amante de la lectura que el verse solo en su afición. Esto, por desgracia, resulta bastante habitual, sobretodo entre los jóvenes de nuestro país (y supongo que de todo el mundo).

No estoy diciendo que la juventud no lee, eso es una mentira muy grande: simplemente no mantienen este hábito cuando alcanzan la edad adulta.

¿Cuál es la causa de este abandono de la lectura pasado el periodo educativo obligatorio?

Todo indica que las tomas de contacto previo con el mundo de los libros son las responsables de que, cuando se abandona la secundaria, un gran número de jóvenes destierre el placer de la lectura de sus vidas.


Duele pensar que "disfrutar un libro" signifique esto para muchos

Esto es debido a que las lecturas que se les han presentado durante su infancia y juventud no han sido capaces de atraerles lo suficiente como para mantener tan saludable hábito una vez deja de ser obligatorio leer X libros al año.

Actualmente, con tanto estímulo externo, leer es casi un ejercicio de fe más que una práctica de ocio. Y si a eso le sumamos el toparse con los libros menos indicados en la etapa de consolidación de esta actividad...

Sí, mis estimados lectores: existe un club de Damnificados por Lecturas poco Gratas, de lectores en potencia que se perdieron por culpa de tragarse bodrios infumables.

Así que, hablando en plata, hoy voy a rajar abiertamente de aquellas lecturas que pueden arrastrar a un joven al odio visceral hacia los libros

¿O acaso tú no detestaste nunca una lectura obligatoria del colegio?

Construyendo personajes III: Hacedores de magia


Porque existen quienes alteran la naturaleza con su arte...

Dado el éxito de las anteriores entregas sobre como construir villanos y personajes inmorales, adelanto el post dedicado a un colectivo de personajes algo especiales.

Me refiero a aquellos que, en lugar de dedicarse a trabajar como hacemos todos, prefieren alterar la realidad mediante poderes ocultos para obtener lo que quieren.

Magas, brujos, chamanes, hechiceras... Toda una extensa galería de personajes cuyos poderes escapan de la comprensión de la mayoría de mortales (que no de su escritor, ya que tiene la obligación de saber de todo).

El rasgo común en todos ellos es pues el control de la magia, siendo un factor diferencial el medio por el cual la controlan y el uso que de ella hacen.

Así pues, a continuación trataré de clasificar a los hacedores de magia en base a esas particularidades. Ahora bien, ya os advierto que en ocasiones el matiz que los diferencia es tan ínfimo que casi podría decirse que su naturaleza depende del criterio de quien los juzgue.

Lo que el escritor puede aprender de Supernatural


Porque hasta viendo series puede uno aprender...

Tal y como anuncié hace unos días, hoy se os viene encima un post que apela a la nostalgia y que, espero, os resultará muy útil para mejorar como escritores.

¿Y qué mejor forma de aprender a escribir que usando de referencia una serie de éxito que, a mi criterio, no está envejeciendo nada mal?

Sí, sé lo que estáis pensando. ¿Otra entrada como la de Rune Factory para justificar el rato que pasas procrastinando, Alister?

Pues sí, para qué mentir. Me gusta usar el blog para justificar mis pecados y ahorrarme la visita al confesor, porque eso de las iglesias me hace echar humo... Si entendéis por dónde voy.

Bueno, queridos lectores. Dejémonos de rodeos y vayamos directamente a desgranar los motivos del éxito de Supernatural y lo que de él podemos aprender los juntaletras.

Reseña: La extraña tienda de Río Rojo

Porque hay objetos que mejor no tener nunca cerca...


BÁSICO

Título: La extraña tienda de Río Rojo
Editorial: Ronin Literario
Autor: Cristina M. Caladia (Cris Miguel

EDICIÓN

Formato: Digital
Nº de páginas: 148
Año de edición: 2016
Precio de compra: 2,99€
(Puedes adquirirlo aquí)

PUNTUACIÓN: 4/5 




Canelita en rama os traigo hoy al blog: un western femenino de la maravillosa Cris Miguel, a la que ya os presenté hace varias semanas con motivo de mi participación en el proyecto Adopta una autora.

Aunque más que adoptar, digamos que en mi caso ha sido un "ábrele tu corazón a las letras de una gran escritora para que se quede en él por siempre" ^^'

Pero bien, vayamos a la reseña porque la novela bien lo vale a pesar de lo extraña que resulta. Varios de sus lectores la han clasificado como Weird Western, así que ya podéis imaginar por dónde van a ir los tiros.

Construyendo personajes II: Los inmorales


Porque también los humildes delincuentes merecen ser amados...

A ver, quienes esperaban una entrada especial por San Valentín ya pueden ir desfilando, porque no la hay. Así que si queréis aprender sobre fantasía y amor, mejor visitad a la Doctora Jomeini ;)

Tal y como os prometí, seguimos con los post de construcción de personajes. En esta ocasión nos centraremos en la flor y nata de la sociedad, en aquellas entrañables personas de oficio poco reconocido y código moral revisable.

Hablamos de truhanes, piratas, ladrones, bandidos, asesinos y carroñeros. De personajes de moral dudosa que acostumbran a tener las manos manchadas con alarmante frecuencia, no de chocolate precisamente, y a quienes por nada del mundo querrías encontrarte en una calle solitaria.

Esta galería de bellas armas, que nunca antes fue reconocida por la literatura y ha sido (y es) usada por norma como mal ejemplo didáctico, goza desde hace una década aproximadamente del amor de escritores y lectores por igual.

¿El motivo?

La irrupción en el panorama literario fantástico de esa genialidad a la que algunos llaman fantasía oscura y otros grimdark. Sí, ese género con el que se etiquetan las novelas sembradas de sangre, muerte y deshonor (ahora entiendo por qué mis editores definieron como tal a Sorgina…).

Sea como fuere, la cuestión es que hoy día los lectores ansían ver en los libros a estos dechados de virtudes y los escritores, cómo no, están deseando crear mil y un delincuentes para deleitarles y de paso escapar del maniqueísmo y la heroicidad.

Pero claro, cuando construyes a un personaje de semejantes características debes dotarlo de las herramientas necesarias para que sea un cabrón más allá de por su nombre. Un asesino que no asesina no es nada (salvo que sea Vaurien Scapegrace…).

Tienes que hacerlo delinquir sin que sus actos resulten una broma, retorcer su esencia para crear una vileza que no sea gratuita y que además pueda ganarse la simpatía del público.

Seamos sinceros, estos personajes enamoran por el carisma, no por las acciones. ¿O acaso creéis que los fans de Jack Sparrow lo admiran por su valor, honestidad y voluntad de sacrificio?


A mí no me preguntéis, siempre preferí a Héctor Barbossa...

Pero bueno, que no cunda el pánico. Aunque parezca mentira puedes hablar muy bien sobre delincuentes sin haber ejercido jamás. Y por si aún no estás convencido, aquí te dejo el catálogo de bellísimas personas para que, por lo menos, sepas por dónde empezar.

Cómo hacer un buen booktrailer


Porque las imágenes son aliadas de la palabra.

¿Quieres promocionar tu obra y no sabes cómo? ¿Has pensado en un booktrailer y no te atreves a hacerlo? ¿Cansado de ver vídeos y blogs que solo te enseñan cómo se construyó el del autor?

Bien, pues deja de leer esto con voz de teletienda y coje una libreta para tomar nota, porque en el post de hoy os voy a enseñar cómo hacer buenos booktrailers para novelas de fantasía.

Escribir es como dibujar manos


Porque cualquiera que haya dibujado lo entenderá...

Muchos de nosotros hemos intentado en algún momento de nuestra vida dibujar una figura humana. No importa que hiciéramos el retrato de la tía Paca o un boceto de algún personaje nuestro. Todos lo hemos probado.

Al principio todo marcha bien: los ojos están nivelados, la nariz parece humana... Pero ¿y las manos?

Ay... Esas malditas extremidades se niegan a quedar estéticas, se nos rebelan y acaban por convertir nuestra obra de arte en una soberana porquería.

Entonces lloramos, nos tiramos de los pelos y echamos pestes durante horas hasta que llegamos a la dolorosa conclusión de que si queremos dibujar bien, debemos aprender a hacer las manos.

¿Y este cuento a qué viene? ¿Es que tienes ganas de desfogar tus frustraciones artísticas, Alister?

Bueno, pues en parte sí, porque el no saber dibujar bien es algo que siempre me ha dado mucha rabia, pero el objetivo de este post no es ese.

No, mis adorados lectores, lo único que quería deciros es que escribir bien se parece mucho a aprender a dibujar: si queremos un conjunto armonioso, más no vale aprender a escribir bien todas la partes.

Soy librosexual, ¿y qué?


Porque ya es hora de salir del armario (o del estante...).

Seguro que a lo largo de tu vida como lector te has sentido inclinado a ciertas prácticas que solo te atreves a llevar a cabo en la intimidad de tu hogar, lejos de miradas indiscretas.

Más de una vez habrás contemplado a tu último libro adquirido, mirándote desde el escritorio, y has tenido que apretar los puños para evitar el impulso de abalanzarte sobre sus virginales páginas y devorarlo.

Tales anhelos te hacen sentir sucio, pecador y enfermo. Un incomprendido que no se atreve a contar abiertamente lo que siente y que por ello vive frustrado.

Mi querido lector, no pasa nada. No estás solo en esto. Como tú somos muchos y ya va siendo hora de que salgamos del estante y proclamemos la verdad al mundo.

Somos librosexuales y eso está muy bien.