La tarjeta de autor: cómo sacarle partido


Porque hay que presentarse con elegancia...

Todos vosotros habréis visto alguna vez, ni que sea en una película antigua, cómo un elegante caballero le ofrece al protagonista un rectángulo de papel donde se detallan su nombre, dirección y teléfono de contacto.

Este papelito, queridos lectores, es una tarjeta de visita y como ya dije en otro post, todo escritor debería tener una. Ahora veréis por qué.



¿Qué es una tarjeta de autor?

Al igual que una tarjeta de visita, una tarjeta de autor es un método portátil y eficaz de presentarnos ante terceros y facilitarles las vías a través de las cuales pueden contactar con nosotros.

La única diferencia real entre una tarjeta de visita y una de autor es que en esta última, en lugar de nuestro domicilio personal, lo que aparecerá serán algunas de nuestras obras más importantes (o las únicas que tenemos).

Tarjeta que podría haber lucido Hemmingway según Moo

El objetivo, como decía antes, es que echando un vistazo a dicha tarjeta, la persona pueda hacerse rápidamente una idea de quiénes somos y qué es lo que hacemos.



¿Cómo son?

Habitualmente, las tarjetas de visita se componen de dos partes: anverso y reverso, si bien es posible que en algunos modelos, toda la información se concentre en esta primera (tarjetas de una sola cara).

En cualquiera de los dos casos, la información incluida suele ser siempre la misma:

Nombre
Dirección
Profesión
Contacto

En las tarjetas de autor, como bien comentaba un poco más arriba, lo habitual es no dar la dirección (salvo que se tenga un despacho al margen del domicilio) y, en su lugar, incluir información sobre los libros publicados, sean en papel o en digital.

Anverso y reverso de tarjetas de Adara Kirin

Sobre la información de contacto, también es habitual no dar un número de teléfono, sino incluir información sobre redes sociales, como el usuario de Twitter o el nombre de nuestra página de autor en Facebook.

En algunos casos recientes, como detalle adicional se incluye un código QR que redirige al usuario a nuestro blog de autor o a un relato gratuito que hayamos colgado en cualquier plataforma como puede ser Lektu o Amazon.



¿De verdad es necesaria?

Las opiniones aquí discrepan: hay autores que consideran que es un recurso inútil, sobretodo en la era digital, mientras que otros se declaran fans acérrimos de este elemento, como es el caso de Roberto Alhambra (en serio, tengo dos modelos de tarjetas suyas).

La tarjeta de Roberto Alhambra (me enamora *¬*)

Sus detractores suelen esgrimir como argumento que la impresión y diseño de dichas tarjetas supone un gasto que, en la mayoría de los casos, acabará en saco roto: osea, con la tarjeta en la primera papelera que se encuentre el destinatario de la misma.

Y es que hay que reconocer que no todo el mundo es forofo de las tarjetas. A mí, por ejemplo, sí me gusta pedirla en los comercios o lugares a los que voy a menudo (librerías, tiendas de comida preparada, el dentista...), porque luego me resulta sencillo contactarles. Pero asumo que no todos comparten este gusto.

Sin embargo, hay quienes opinan que merece la pena hacer esta inversión para colocar nuestra tarjeta como obsequio en los libros durante las firmas, para llevarlas a los eventos que asistamos (quién sabe a qué editor influyente podríamos atraer con ella...) o para simplemente dejarlas en una esquina de la mesa cuando nos inviten a una charla.

Y si el formato es lo que tira para atrás a muchos, me gustaría recordar que existen iniciativas la mar de ingeniosas: los marcapáginas-tarjeta.

¿A que es PRECIOSO? ^^

Los descubrí hace poco, después de que Dalayn me obsequiara con uno de su propia creación (¡gracias!), y lo cierto es que me parecen el formato idóneo de tarjeta de presentación para escritores: un elemento que el lector difícilmente desechará y que además le resultará útil durante la lectura.


Como veis, las opiniones respecto a la tarjeta de autor pueden ser diversas, como también lo son el formato y la utilidad que cada escritor puede ver en ellas. ¿A vosotros qué os parece? ¿Os compensaría encargar una tarjeta de autor o preferís otros métodos para daros a conocer?


¡Nos leemos! ^^

1 comentario:

  1. La idea del marcapáginas-tarjeta me ha enamorado. Me la apunto.

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