Referentes: la importancia de sentirse representado en la ficción


Todo el mundo necesita referentes. Modelos que sirvan de avatar de tus ideas, circunstancias personales... Por suerte, parece que estos son cada vez más diversos.

O tal vez no.


Cuando hablamos de referentes en la ficción, hablamos de figuras que se presenten como un avatar para su público. Son personajes que, además de jugar su rol dentro de la historia, representan a ciertas ideologías o colectivos.

Este uso de los personajes como representación de ciertos sectores no es nuevo. Lo encontramos ya en los arquetipos del teatro griego. Y de forma más elaborada en el elenco de la Commedia dell'Arte.

Sin embargo, en la actualidad, el término referente no hace tanto alusión a personajes con las atribuciones de sus rangos sociales (el aristócrata, el militar, la cortesana...) como a personajes que pertenecen a ciertos colectivos.

Algunos de los personajes de la Commedia dell'Arte

En nuestra sociedad, donde la norma es heterosexual, masculina y blanca, todo el que no se adscriba a estas características difícilmente puede verse representado en la ficción.

Hace unos años, esta dificultad era aún mayor. Y los pocos personajes que se salía de la norma, lo hacían a base de tópicos y convirtiendo sus características casi en una chanza. Seguro que sin esfuerzo se te ocurren varios personajes que eran "el amigo gay", por ejemplo.

Eso, en lugar de ayudar, convierte las circunstancias de estas personas en un argumento humorístico de pésimo gusto. Pues no solo no sirven para visibilizar, que es el objetivo de los referentes. Sino que directamente se trata de personajes muy mal construidos.



Cómo es el buen referente

Vaya por delante que nada de lo que voy a decir aquí es una ley inmutable. Es simplemente una opinión sobre lo que yo busco o evito cuando trato de visibilizar colectivos a través de mis personajes.

Para empezar, un buen referente existe y se define por sí mismo. No es "la lesbiana, el negro o la vegana" de su historia. Son personajes con arco propio que, además de jugar su rol, son lesbianas, personas racializadas o veganos.

En segundo término, el personaje tiene agencia por sí mismo y no se articula en base a los tópicos propios del colectivo al que representa. Por ejemplo: una mujer de rasgos asiáticos no tendría por qué cocinar sushi. De hecho, podría odiarlo y amar las judías con chorizo.

Por último, el personaje está integrado dentro del tejido social al margen de sus características no normativas. Es decir: no es una excepción dentro de su mundo. No debe ser la pitufina extraña, sino un individuo más con sus circunstancias*.

*Eso no quiere decir que, retratando una sociedad como la nuestra, los personajes no normativos no puedan sufrir discriminación o violencia por parte de otros personajes. Pero el ser blanco del maltrato no es la característica imprescindibles de ningún personaje aunque el recurso quiera utilizarse para visibilizar esta realidad que sufren.

Un ejemplo de buen referente actual podrían ser las tres hermanas de el reboot de Embrujadas

Para empezar, las nuevas brujas no son mujeres blancas y heterosexuales, sino que se presentan como una familia latina, las Vera. Además, cada una de las hermanas presenta características propias que las hacen escapar de la norma.

Las hermanas Vera, protagonas del reboot

La hermana mayor, Macy, es afro-latina. Su estatus de persona racializada ha condicionado su vida y la hacer ser consciente de su otredad. Sin embargo, esta circunstancia no le impide ser una mujer con estudios superiores en genética molecular. Ella es pues una mujer de ciencias con un gran potencial y agencia por sí misma más allá del color de su piel.

La hermana mediana, Mel, trabaja en la universidad en el departamento de Estudios de la Mujer. Es activista feminista y también lesbiana. Ambas circunstancias son vividas por ella con naturalidad y sin que supongan nunca un motivo de rechazo o se la juzgue por ellas.

La hermana pequeña, Maggie, es vegana y bastante distante de los ideales de Mel. A diferencia de su hermana, Maggie se siente cómoda en los roles femeninos. Adora la fiesta, el maquillaje y también las hermandades de chicas. Con todo, tanto su dieta como su decisión de participar de los roles femeninos son respetados y no se convierten nunca en motivo de chanza o desprecio.

Desde mi punto de vista, estos personajes pueden ser buenos referentes porque llevan sus características no normativas como algo natural, integrado en ellas y en armonía con su mundo. Nunca son vistas como anomalía ni el pertenecer a cierto colectivo les conlleva un trauma.



Los otros referentes

Pero un referente no siempre tiene por qué representar a un colectivo discriminado o infrarrepresentado socialmente. A veces, un personajes puede convertirse en referente por el simple hecho de mostrar a su público cierto rol y presentarlo como alcanzable.

Xena, la princesa guerrera

Uno de los ejemplos más claros de este concepto son las heroínas guerreras de ficción. Mujeres fuertes y dueñas de sí mismas que combaten y pelean con fiereza. Damas que no necesitan ser rescatadas porque son ellas quienes salvan el mundo.

Xena, la icónica princesa guerrera de los noventa es una buena muestra de ello. Al margen de los numerosos sesgos sexistas presentes en la serie, Xena se convirtió en modelo para toda una generación de niñas. Gracias a este personaje, muchas se dieron cuenta de que ser mujer no es un impedimento para pelear, algo considerado masculino.

Esta idea de que la mujer puede ser también una guerrera heroica también quedó reflejado en los mangas y animes sobre magical girls. En esos mundos animados, dominados por los personajes femeninos, las mujeres son quienes dominan la magia, los dotes de combate o el poder para salvar al mundo.

Por poner un par de ejemplos, Sakura, protagonista de Card Captor Sakura, era la única capaz de controlar y usar las cartas de Clow. Y las guerreras marineras de Sailor Moon tenían el deber sagrado de salvar la tierra de las amenazas de otros mundos.

Las guerreras marineras de Sailor Moon

Y si bien es cierto que esta visión tan progesista sobre el empoderamiento femenino gracias a las magical girl responde a una feliz malinterpretación (como queda explicado en Los secretos de las magical girls, de Héroes de Papel), lo cierto es que en Occidente ayudaron a romper una lanza en favor de los roles femeninos activos.

Recuperando de nuevo a Macy, la mujer científica, presentar a personajes que desempeñan roles tradicionalmente vetados a determinadas personas por razón sexo, color de piel o clase social es también un modo de construir referentes para las generaciones futuras.



Existen muchos más ejemplos de este tipo de personajes referentes. Y también queda mucho trabajo pendiente en este campo. Dentro de la ficción televisada o en la literatura misma, a la que se ha dedicado muy poca atención en este artículo. Pero abarcar todos estos aspectos en un solo post sería casi imposible.

De modo que como diría Michael Ende, los personajes referentes de la literatura de género son otra historia. Y trataremos sobre ellos en otra ocasión.


¡Nos leemos! ^^

2 comentarios:

  1. No se me ocurre mucho que decir, pero como mínimo debería dar las gracias por artículos como este. Gracias.

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