Diez lecturas que cambiaron mi vida


Porque leer nos transforma como personas.

Hará unos días comentábamos en el blog que la lectura tiene numerosos beneficios para las personas y su modo de interactuar y comprender el mundo. Pero no solo para el desarrollo del intelecto y la imaginación es positiva la lectura. 

Como ya adelanté en su momento, a lo largo de mi vida lectora me he cruzado con libros que, por uno motivo o por otro, han influenciado notablemente en mi vida.

Hoy vengo a hablaros de esos libros con dos objetivos en mente. El primero de ellos, ampliar vuestra lista de lecturas pendientes. El segundo, que me conozcáis un poquito mejor, pues como dicen los sabios, el estante de un lector es una puerta a su mente ;)



1. Visions i cants, de Joan Maragall

La primera de las lecturas que ha tenido una gran influencia en mí fue este libro de poemas, escrito por Joan Maragall, autor destacado de la literatura catalana.

El libro llegó a mis manos como una de las muchas lecturas obligatorias de la secundaria. Ya os dije en su momento lo que opino de esta práctica, pero me alegra poder decir que en este caso, leer fue más un placer que una tortura.

Visions i cants, sobre el que podéis obtener más información aquí, es un poemario complejo en el que Maragall mezcla historia, folclore y tradición. Poemas que hablan sobre el paisaje catalán se entremezclan con largas historias contados en verso que retratan a famosos personajes del imaginario popular.

De hecho, es la particular visión que Maragall da al folclore lo que me enamoró de su obra. Ahora bien, si me hacéis elegir un solo fragmento de toda la historia, no tengo ninguna duda de con cuál me quedo: La parte VI de El Comte Arnau.

El Comte Arnau, con quien no quieres (ni debes) cruzarte

¿Por qué este poema y no otro? Bueno, supongo que porque habla de un hombre ambicioso que, por sus pecados y excesos, fue condenado a vagar enternamente con su séquito de perros y su caballo de llamas.

Una visión preciosa y demoníaca. Si os gustan las leyendas y las historias románticas, este libro es adecuado para vosotros (aunque ignoro si se ha traducido al castellano).



2. Dos velas para el Diablo, de Laura Gallego

Puedo afirmar sin miedo a equivocarme mucho que todos los jóvenes lectores de España han tenido entre sus manos una novela de Laura Gallego, una de las autoras de YA más conocidas dentro y fuera de nuestro país.

En mi caso, fui de los lectores que devoraron alegremente casi la totalidad de lo que esta autora publicó. Pero no tengo ninguna duda de que de todos esos libros, Dos velas para el Diablo fue el que más me gustó y más influenció en mi vida.

¿Recordáis que mencioné que no todas las lecturas te influyen por su argumento? Bien, pues esta es una de ellas.

Ahora bien: la edición es de las más bonitas que he visto

La historia es bastante lineal y podría definirse como fantasía urbana: una guerra entre ángeles y demonios que se luchará en varios países, narrada desde el punto de vista de Caterina, la hija de un ángel muerto en batalla.

Como veis, no es nada que no se haya escrito mil veces antes (y probablemente se escribirá otras mil en el futuro), pero a mí me gustó lo suficiente como para crearme un usuario en los foros de la autora y convertir el placer de leer en algo mucho más social.

También empecé a escribir y compartir mis primeros relatos, que hasta ese momento no habían abandonado nunca el cajón de mi escritorio. Los comentarios me ayudaron a mejorar y a aprender. Pero no fue eso lo único que me llevé de mi experiencia forera.

Gracias a eso, conocí a una de las personas a las que más quiero. Que, por cierto, me hizo respetar la ortografía con sus maneras de grammar nazi. Gracias a él sé que es Mägo de Oz, no Magö (como si esa acentuación fuera natural...).



3. Mujeres, de Charles Bukowski

Sobre esta novela y su polémico autor ya os hablé hace varios meses. En su momento me pareció fascinante por muchos motivos y es algo que aún mantengo. Sin embargo, ese no es el motivo por el que está en esta lista.

El motivo por el cual considero que la obra de Bukowski marcó un antes y un después en mi vida es porque me descubrió que estaba equivocada. Antes de cruzarme con Mujeres vivía en el convencimiento de que no podría leer jamás novela realista.

Hasta el momento, todas las obras del género me habían resultado insulsas, aburridas o directamente infumables. Pero el problema no era el realismo, sino la influencia del costumbrismo y el naturalismo en él.

Además, querría tener tan pocos pelos en la lengua como el autor

Ese deseo incomprensible de muchos autores realistas por ser preciosistas o idealizar los hechos descritos me ponía de los nervios. No comprendía por qué ese deseo de vender vidas perfectas o artificiales como realistas.

Toparme con el realismo sucio de Bukowski, que lejos de maquillar la realidad la deforma hasta hacerla grotesca, supuso para mí el reconciliarme con la narrativa contemporánea y el realismo.

A veces el problema está en creer que algo no puede gustaros o en centrarnos en disfrutar de aquello que teóricamente le gusta a todo el mundo.

Ya no tendré que vivir en la resignación de no poder salir del fantástico, bastará con que las obras que escoja no se recreen en la idealización ;)



4. V de Vendetta, de Alan Moore y David Lyord

Del mismo modo que Mujeres me convirtió de que el realismo no me estaba vetado, V de Vendetta logró que empezara a leer novelas gráficas. 

Debo sincerarme: hasta que mi amigo (el grammar nazi de antes) me incitó a leer V de Vendetta, lo cierto es que yo desdeñaba las novelas gráficas porque consideraba que una historia llena de dibujitos no podía ser buena. Ya ves tú qué gilipollez más grande, lo que hace la juventud...

El caso es que leerla me hizo cambiar mi punto de vista y agrandar mis horizontes lectores. Después de eso, el salto al cómic y al manga fue fácil y muy grato. Con lo que me gustan ahora este tipo de lecturas...

De odiar las novelas gráficas a convertirla en referente ^^'

Además, V de Vendetta también ejerció de puente hacia otro género que hasta el momento no había tocado: las distopías. Pensar que de no haberla leído jamás habría nacido en mí el amor a George Orwell (y más recientemente a Margaret Atwood)... Qué pena más grande, ains...

Ah, una última curiosidad. Con esta novela descubrí que las asociaciones del cerebro son caprichosas y que uno acaba vinculado cosas que no tienen nada que ver. Se me ocurrió ponerme a leerla con Alex Ubago de fondo. Ahora es pensar en V de Vendetta y tener un hilo musical deprimente de fondo. Ridículo, ya lo sé ^^'



5. Caín, de José Saramago

Otra de las lecturas obligatorias del instituto. Mi profesora de literatura universal echaba pestes del pobre Saramago a diario, de modo que el hecho de ver sus lecturas en el plan de estudios la ponía mala de rabia.

A día de hoy sigo sin explicarme por qué tanta inquina hacia Saramago, porque lo cierto es que leerme Caín a mí me resultó una experiencia muy grata, tanto como lector como para descubrirle una nueva utilidad a la escritura.

Esto para mí es TOP

Por aquel entonces yo ya escribía de forma regular, pero mis historias eran mero entretenimiento, sin mensajes polémicos ni comentarios que pudieran molestar a nadie (y eso que aún no publicaba...).

Saramago me enseñó que la literatura es algo más que un divertimento, que bien hilada es una herramienta poderosa de crítica social. Y dado que siempre he tenido el alma reivindicativa y rebelde, fue flechazo automático con el autor y con la denuncia social en la escritura.



6. Delbaeth Rising, de Víctor Blanco y Gonzalo Zalaya

A parte de una reinvención de lo que significa ser un héroe, para mí Delbaeth Rising fue la puerta al mundillo de la literatura de género en el panorama español.

Hoy día es una de mis lecturas recomendadas recurrentes, pero en su día fue el modo en que conocí a Ronin Literario y a sus integrantes, a quienes hoy día considero grandes amigos y compañeros en el oficio de escribir.

Y la portada es AGGDSDTSR *¬*

Hasta este momento, para mí la escritura era algo personal y silencioso. Si bien compartía el resultado, concebía el proceso como algo solitario que no podía ser compartido ni comentado con nadie más. Por enésima vez, me equivoqué.

Conocer a otros escritores me hizo darme cuenta de que, si bien es cierto que el acto de escribir debe hacerse solo (salvo escribas acompañado, como Víctor y Gonzalo), eso no significa que no puedas hablar con otras personas sobre aquello que se fragua en tu cabeza.

Y desde entonces vivo muy feliz atormentando a las personas que me rodean con mis idas de olla cuando estoy en proceso creativo. ¿Verdad, Muso Chinobi? ^^



7. Orgullo y Prejuicio, de Jane Austen

Lectura de un verano, con Jane Austen descubrí que las historias románticas no tienen por qué ser moñadas como las que me habían hecho leer hasta el momento (en serio, hay algunas obras de instituto que no perdonaré jamás haber tenido que leer).

He de decir que al principio cogía el libro con pinzas, pues me esperaba una historia cursi y predecible sobre una chica bonita que conoce a un hombre rico y atormentado del que se enamora perdidamente. Pero a los pocos capítulos constaté que, para variar, estaba prejuzgando erróneamente.

Adorables *¬*

Me encanta Darcy, pues considero que se trata de un personaje muy trabajado y humano. Ahora bien, nadie puede equipararse a Lizzie Bennet, una mujer avanzada a su tiempo (como la autora que la creó).

Considero que en los institutos debería leerse más a Jane Austen. Y más concretamente esta novela. Creo que resultaría de gran ayuda a la hora de educar a los jóvenes en cómo no es adecuado juzgar a los demás por su apariencia. Y en que si un hombre es desagradable contigo, no tienes por qué aguantarlo solo porque "las señoritas no contestan".



8. Un mago de Terramar, de Úrsula K. Le Guin

De incorporación reciente a mi listado de libros de cabecera, la obra de Le Guin es una de las que mayor influencia está teniendo en mí actualmente.

Reconozco que llegué muy tarde a conocer a esta autora, pero como ya he dicho en alguna entrevista, nunca es demasiado tarde para sumergirse en la obra de la gran Le Guin. De hecho, es algo que recomiendo a todo el mundo.

Un mago de Terramar no es la única novela de la autora que he leído. Antes de ella pude disfrutar de La mano izquierda de la oscuridad. Sin embargo, no puede equipararse lo que esa novela causó en mí con la fascinación que despertó el personaje de Ged desde el primer momento.

Personalmente me cuesta mucho sentirme identificada con los personajes sobre los que leo. Es algo que solo me ha sucedido tres veces en toda mi vida lectora. La última, con el protagonista de las Historias de Terramar.

Hay ediciones preciosas de esta novela

Ged, conocido como Gavilán, es un personaje muy profundo y humano al que vemos evolucionar a lo largo de la saga. De joven, vanidoso y engreído, se atreve a desafiarlo todo y eso lo condena a vagar por el mundo encadenado a una sombra de la que no podrá huir jamás.

A nuestro modo, todos estamos encadenados a una sombra y debemos aprender a lidiar con ella. Le Guin, a través de sus personajes, es una de las mejores maestras de las que aprender a convivir con esa inquietante realidad.



9. El paraíso perdido, de John Milton

Probablemente uno de los poemas más largos que he tenido el gusto de leer a lo largo de mi vida. Y también uno de los que alberga algunas de las reflexiones más interesantes que he visto en obras en verso.

Para haber sido escrito a mediados del siglo XVII, El paraíso perdido es una obra cuyo mensaje y reflexiones siguen siendo de rabiosa actualidad. Para bien y para mal.

La obra ha sido ilustrada por Gustave Doré (argumento extra)

En dicho poema, Milton narra la historia bíblica de la rebelión de Lucifer, su caída al Infierno y su posterior andanza por la Tierra durante los primeros años de la creación. Ya sabéis, el cuento ese de la manzana que se comió Eva y la bronca que les cayó por obra y gracia de Dios.

El libro llegó a mis manos literalmente caído del cielo. Dado que mi edición es la de Espasa (tapa dura, 400 páginas), que se precipitase desde el estante superior hasta mi cabeza fue un atentado contra mi vida. Y como tenía por protagonista al Diablo, pues se lo perdono todo.

***Paréntesis***

Alister, ¿hay algo que tenga demonios y no hayas leído?

Seguramente, pero me encantaría corregir eso. Así que agradecería cualquier recomendación que me podáis hacer a este respecto ^^

***Fin del paréntesis***

Pero volviendo al motivo por el cual esta obra me resulta tan interesante. La historia, que como comenté está protagonizada por Lucifer, presenta en todo momento un tono reflexivo que la acerca en muchos fragmentos al monólogo interior más que a la narrativa.

Tras ser expulsado del Cielo, Lucifer se plantea muchas cosas. Si su rebelión tuvo sentido, si valía la pena... Todas estas preguntas se van respondiendo a lo largo del poema, con mayor o menor acierto. En cualquier caso, existe una máxima irrevocable que el mismo Lucifer verbaliza al inicio del poema: «Mejor reinar en el Infierno que servir en el Cielo».

Por lo tanto, el poema de Milton es un canto a la libertad individual y a la lucha que cada uno debe emprender para lograr aquello que desea. Aún si fracasa en el intento. A mi parecer, se trata de una reflexión muy acertada sobre la que cimentar tu filosofía de vida. O al menos a mi yo de catorce añitos se lo parecía.



10. Crónica del Rey Cautivo, de Víctor Blanco

Otra de mis recomendaciones habituales. Este libro cayó en mis manos hará ya unos años como regalo de Sant Jordi. Y debo decir que me resultó de gran ayuda.

En el momento de leerlo yo estaba lidiando con una situación personal complicada. Lo que menos necesitaba en esos momentos era leer sobre familias perfectas y felices donde los padres aman a sus hijos y los cuidan. Me resultaba algo vacío, falso...

Supongo que por eso conecté de inmediato con Laura Hels, la protagonista de Crónica del Rey Cautivo. En su primera aparición, la vemos trabajando en el telar de su familia hasta que le anuncian que su padre está a punto de morir. Lejos de ponerse a llorar, Laura actúa del siguiente modo:


[...] Su madre asintió, como si hubiera esperado esa actitud de antemano. Laura ni siquiera le dedicaba una mirada.
—¿No vas a entrar a verle por última vez?
—Claro que no. Ojalá se muriera solo, que es lo que merece.

Ver cómo un personaje actuaba de forma tan natural ante una situación en la que se presuponía que los lazos de sangre debían ponerse por encima de todo me alivió. Me sentí comprendida por primera vez en mucho tiempo y supongo que por ese motivo Laura Hels fue el segundo personaje con el que logré conectar al 100%.

Pero sería muy superficial quedarse solo con esa parte. Al principio de la historia, Laura es un personaje lleno de ira contra un mundo que la desprecia. Pero esa ira, aún siendo legítima, solo la destruía por dentro y le impedía avanzar.

Como Laura, también yo tenía mucha rabia y mucho odio dentro. Pero no fue hasta leer sobre ello que me di cuenta del daño que albergar esos sentimientos dentro me estaba haciendo. Supongo que para mí ese fue el momento de cambio, cuando decidí que no quería cargar con ello por más tiempo.


Y puedo decir que lo he logrado. He tardado años, y por el camino he hecho daño a mucha gente (cosa de que los brotes de ira no se controlen). También he perdido cosas que valían mucho la pena y que jamás podré recuperar, pero al menos puedo asegurar que algo así no volverá a pasarme.




Hasta aquí el listado de lecturas de que más peso han tenido en mi vida personal y lectora, cada uno por un motivo concreto. Ha habido otros libros que me han fraguado como persona, pero las implicaciones sentimentales que puedo tener con ellos no son las mismas que con estas novelas.

¿Vosotros qué libros tenéis en un pedestal por haberos marcado a lo largo de los años? ¿Es larga la lista o solo hay un libro de cabecera para vosotros?


¡Nos leemos! ^^

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